ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Tomo I
Notas
(1)

La carga tenia dos arrobas i era lo que podía cargar una llama.
Volver

(2)

Antonio de Herrera nada dice de este presente de oro siendo así que nos refiere el de 30 mil pesos hecho en Topisa. El padre Alonso de Ovalle, siguiendo a Garcilaso, lo refiere, i don Francisco Pizarro de Orellana en su Historia de los Varones Ilustres del Nuevo Mundo, afirma que fueron mas de 600 mil ducados.
Volver

(3)

Así llaman a la plebe.
Volver

(4)

Parece que el derecho natural permite que el que puede mas deshaga agravios, i restituya a la inocencia opresa i despojada cuando no puede o no quiere el que debe Hacerlo. i acaso Almagro, conducido de este principio repuso en el estado de Copiado al legítimo heredero i sentenció a muerte al usurpador.
Volver

(5)

Algunos autores de los que escribieron los sucesos del Perú, acriminan la conducta de los Pizarro sobre el proceso i sentencia de muerte contra Almagro, i hacen una apología de este; i otros condenan a este i abonan a aquellos, i reproducen la 11. C. dada en Barcelona a 14 de marzo de 1538, en la que el Rei desaprueba la conducta de Almagro por haber abandonado la conquista de Chile i por la violenta ocupacion del Cuzco. Haciendo una juiciosa crítica de la que traen sobre este negocio los historiadores del Perú no se si me engañase juzgando que ambos partidos i sus caudillos no carecieron de culpa, i que jamas pudieron lícitamente disputar sus derechos con las armas.
Volver

(6)

En diciendo pesos o reales se entiende moneda de América.
Volver

(7)

El préstamo de 70 mil pesos consta del lib. 1.° de provisiones de la capital, en el acuerdo de 31 de mayo de 1541, primero de su fundacion, donde los capitulares, dicen: "Es don Pedro de Valdivia liberalismo, como se vio en los caballos i armas que nos dió a todos para hacer esta jornada a Chile, que fueron en cantidad de mas de 7 mil pesos de oro, que de todos ellos nos ha hecho suelta" (lib. 1.° páj. 77; de esta coleccion).
I por el gasto de los 8  mil léase a Antonio García, lib. l.° cap. 3. Esto hace ver que no era  Pedro de Valdivia, un pobre infante así dice don Jerónimo de Quiroga en su memoria de las cosas de Chile que solo tenia una capa al nombro, como también se explica don Alonso de Ercilla, acaso porque lo pidió así la fuerza del consonante; cant. 3. oct. 3.
Volver

(8)

Los escritores de Chile no convienen en el numero de españoles i de auxiliares con que entró Pedro de Valdivia en este reino. Unos afirman quo fueron 200 i otros lo suben hasta 470, pero en uno de los acuerdos del lib. 1.° de provisiones, afirma el ayuntamiento el número que hemos puesto. La mayor parte de estos españoles firmaron el acuerdo celebrado en 31 de mayo de 1541 i los pondré según el Orden que allí tienen, i son los siguientes: (Véase el lib. 1.° de esta coleccion, páj. 89 i siguientes:) I al dia siguiente en otro instrumento firmaron por testigos Alonso de Monroi, Pedro de Villagra, Francisco de Arteaga, Juan Nuñez de Castro i Luis Cartajena, escribano de cabildo.
El padre  Miguel de Olivares nos pone 14 por este orden: Diego de Oro Hernán Paez, Pedro Pantoja, Francisco de Aguirre Pedro Gómez de las Montañas, Francisco de Villagra, Francisco Riberos Ontiberos, Jerónimo de Vergara, Fernando Ortiz, licenciado Antonio de las Penas, Cristóbal de la Cueva Juan Negrete, Francisco Cabtera, Alonso Monroi. Otros escritores nombran los mismos 14 i no hai duda se fueron copiando unos a otros en esta nomenclatura. Porque el licenciado Antonio de las Peñas no fué de los que entraron con Pedro de Valdivia: el mismo Valdivia lo afirma diciéndonos: «porque no  letrado en esta tierra con quien aconsejarme». Consta por el citado libro de provisiones, que fué a Chile este letrado 8 años después, i fué el primer jurista que hubo en dicho reino.
Los primeros sacerdotes que entraron a Chile con Pedro de Valdivia, fueron: el bachiller don Bartolomé Rodrigo Gonzalez Marmolejo, que después fué su primer obispo, i don Diego Medina, presbítero, i los padres mercedarios frai Antonio Rondon, frai Antonio Correa frai Bernabé Rodríguez, frai Juan de Zamora, frai Antonio de Olmedo, frai Diego Jaime i el hermano lego frai Martín Velasquez.
Volver

(9)

Los Andes son conocidos también por Sierra Nevada o Cordillera; este último nombre es el que se usa en América.
Volver

(10)

Don Antonio García, lib. 1.° cap. 4.°.
Volver

(11)

Parece que este hecho no es cierto porque los mismos capitanes i soldados de esta expedicion que estaban recién llegados en el acuerdo de 4 de junio de 1541, dicen: I habernos traído i gobernarlo don Pedro de Valdivia con tanto acierto, sin escándalos ni disensiones. Haga ahora el lector el juicio que le parezca.
Volver

(12)

Balza es unas maderas flotantes unidas con dos o tres barrotes clavados o atados con sogas} i una de sus cabezas se corta en figura de punta de diamante para que rompa las aguas.
Volver

(13)

Hablaba Galasquin de las armas de fuego i de los caballos.
Volver

(14)

Provincias de Quillota i Aconcagua entonces denominadas Chile por el río de este nombre que las baña.
Volver

(15)

Esta servidumbre de indios de carga la establecieron los incas, i la continuaron los españoles hasta que hubo bagajes.
Volver

(16)

Aquí capitulan algunos escritores a Pedro de Valdivia de inadvertido, porque no dejó poblado i fortificado el país que dejaba a su retaguardia i porque no llevaba consigo en rehenes a los caciques de las provincias por donde pasaba. Del primer reparo queda vindicada su conducta en el cap. 3.° Eran pocos los españoles i hubiera sido mui imprudente su división. En el reparo segundo, pensó su prudencia, que pondría desconfiada a toda la nacion con la prisión de algunos, i que era manifestarles temor exigibles seguridades. Lo cierto es que, en esto mismo, se deja entender que la perspicaz penetracion de Pedro de Valdivia conoció el carácter de aquella bárbara nacion, que no hace cuenta de las vidas de los prisioneros que le toman, i poco después se lo comenzó a acreditar la experiencia.
Volver

(17)

Toqui equivale a capitán general, i en su propio lugar hablaremos de este empleo, de su eleccion i autoridad.
Volver

(18)

En ningún autor se halla la entrada en Chile i pérdida de estos 18 españoles, i el citado lib. 1.° de provisiones donde hallé la noticia, no dice cómo pasaron a Chile} ni quien era su comandante.
Volver

(19)

Los escritores de Chile están discordes en la designacion del tiempo en que salió Pedro de Valdivia a esta exploracion, sin duda por que no vieron el lib. 1.° de provisiones de la capital. En el se ve que en los acuerdos celebrados desde el 11 de marzo de 1541 hasta 31 de mayo del mismo año} no suena el nombre de este jefe; i se convence que este fué el tiempo de la primera salida que hizo de la capital} por que en el acuerdo de 18 de marzo se dice que muchos de los capitulares se hallan ausentes; por que en el de 31 de mayo} se lee: «Que es don Pedro de Valdivia tan varón, que después de Dios se han sustentarlo i sustentarán contra tantos indios i tan belicosos; i por que la merced de alguacil mayor dada a Juan Gómez, que se halla en el acuerdo de 25 de abril de dicho año de 1541, se titula así: «don Pedro de Valdivia, teniente de gobernador i capitán jeneral de esta provincia del Nuevo Extremo etc.;» i en el que dió a Alonso de Monroi de subteniente, que se halla en el de 7 de agosto del mismo año, se lee: «don Pedro de Valdivia, electo gobernador i capitán jeneral en nombre de S M., por el cabildo justicia i regimiento, i por todo el pueblo de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, en estos reinos de la Nueva Extremadura, que comienzan del valle de la posesión, que en lengua de indios se llama Copiado, con el valle de Coquimbo, Chile Mapocho, provincias de Promaucae, Ranco, i Quinquina, que señorea cl cacique Lesohengo coca todas las demás provincias sus comarcas etc.
Volver

(20)

Los escritores de Chile hablando de este hecho de armas ponen 80 mil combatientes del valle de Mapocho, que se hace increíble este numeroso ejército que pedía un millón de habitantes en aquel distrito, que sabemos no tenia colonia alguna, i vivían en dispersión sobre las riberas de los ríos Mapocho, Lampa., Caren, Colina, i Maipo, i en las faldas de los Andes, estando despoblado lo demás del territorio. I debemos refaccionar, que el ataque se principió de noche i comenzó por un incendio i contra pocos españoles circunstancias todas mui aparentes para aumentar el horror i hacer concebir las sombras por realidades. N i su limitada agricultura, reducida a mui pocas sementeras de maíz i de papas i en terreno mui poco cultivado por falta de industria de instrumentos i de otros auxilios, podía sufragar para la subsistencia de tan prodigiosa multiplicacion. Creo que con esta parte abultaron no pocos aquellos soldados que tal vez hablarían del número de habitantes sin distincion de edades i sexos. En el lib. 1.° de provisiones de la capital se trata de esta, batalla, pero nada dice del número de combatientes, ni de la pérdida que de una i otra parte debió haber en tan porfiada accion.
Volver

(21)

Esta provincia se llamaba  Perquilauquen i corrompieron el nombre en el de reino Belén.
Volver

(22) 

Los escritores de Chile que hablan de esta exploracion, conducen a Pedro de Valdivia, unos hasta el río Cachapoal, que dista 25 leguas de la capital i otros hasta Quilacura, en la. provincia de Itata. Solo Antonio de Herrera afirma que llegó hasta Arauco pero pone la expedicion tres años después en el de 1544 Del archivo de la espesada ciudad consta no solo que salió i volvió en los días que median entre el 11 de marzo i 31 de mayo de 1541, sino que corrió todas las provincias desde Mapocho hasta Arauco i está espesa en acuerdo de 7 de agosto de 1541. Lo mismo consta en el auto de 12 de abril de 1546 que se halla original al fin del lib. 2 de provisiones, i en una peticion de los conquistadores, dirigida a Pedro de Valdivia i está después del acuerdo de 13 de noviembre de 1552.
Volver

(23)

Con dificultad se hallará escritor de Chile se copiaron unos a otros sobre este punto principalmente al padre Ovalle que no afirme haber salido estos capitanes escoltados de 30 hombres de caballería con orden de que la escolta regresase desde el Huasco. Pero el lib. 1.° de provisiones de la capital que nos dice las resoluciones de los capitanes Miranda i Monroi i sus cinco compañeros, nada habla, de la pretendida escolta i parece no era prudente determinacion desprenderse de 37 soldados estando los del Mapocho con las armas en las manos i no debemos suponer tan grosera imprudencia en un militar como Pedro de Valdivia. Este sabia que los copiapinos estaban de guerra, i si hubiera enviado la escolta es regular no la mandara regresar desde el Huasco, como nos dicen don Pedro Figueroa i otros escritores de Chile. Me persuado que no la, envió i que siguió su primer pensamiento, de orne fuesen solos caminando de noche i por veredas escusadas.
Volver

(24)

García en el lib. 1.° cap. 10 nos hace relacion de este hecho con todas sus circunstancias.
Volver

(25)

Chilihuenque, huanaco domesticado que servia de animal de carga. N. del E. porque la nota que correspondía a esta palabra no se halla en la copia que se ha usado en la edicion presente.
Volver

(26)

Casi todos los escritores de Chile traen esta conjuracion en el año de 1542, sin decir los nombres de los principales conjurados ni aun los que sufrieron la pena del delito; pero en el citado lib. Lo de provisiones nada hai que siquiera lo indique, i vemos que en él aun se tratan negocios de poca consecuencia. Parece regular cine estuviera en él la resolucion del cabildo que se nos dice haber mandado juntar Pedro de Valdivia para asegurarse del castigo que meditaba hacer en los delincuentes. El uno de los escritores citados refiere la conjuracion, i dice que Pedro de siendo no mas que teniente jeneral de Pizarro, se hizo nombrar gobernador por el ayuntamiento, para revestido de esta autoridad, proceder al castigo de este delito; i por el citado lib de provisiones, consta que el año anterior, rehusándola Valdivia, le elijeron i constituyeron gobernador, por mui distinto motivo del que se trata En vista de todo hágase el Juicio que sea justo en este hecho que no denigra poco la conducta de aquellos españoles que no conocieron la debilidad, i cuya constancia jamas será aplaudida como ella merece.
Volver

(27)

Algunos afirman que el capitán Monroi volvió a Chile por el camino de los Andes, pero, por los acuerdos celebrados en 12 de abril de 1546, i 13 de noviembre de 1552, lib. l.° de provisiones consta que regreso por mar.
Volver

(28)

No falta quien afirme que el socorro conducido por Escobar fué el primero que entro en Chile fundados tal vez en que don Francisco Ortiz de Gaete, su descendiente, en la oposicion a la encomienda de indios de su estancia de Villavicencio, situada en la parte meridional del Maule, diez leguas mas arriba de su embocadura en el mar de que se le hizo merced en 23 de enero de 1700 dice: «que con la noticia, que tuvo en el Perú Cristóbal Martín de Escobar i Villarroel de la gran necesidad que había de españoles en el reino de Chile} i que don Pedro de Valdivia pedía pronto socorro i que de no irle se perdía la tierra, se ofreció al gobernador del Perú a levantar jente a su costa, i que con su permiso tierra, levantó, i que el citado Cristóbal Martín de Escobar, de maestre de campo de ella, su hijo Alonso} decapitan, vinieron con el primer socorro por el despoblado, i se juntaron en la ciudad de Santiago con Pedro de Valdivia, atan buen tiempo que fué la única causa para que se continuase la conquista Pero aun que no contáramos con los primeros destacamentos que entraron en Copiado, de que no podemos dudar por que constan del lib de fundacion de la capital} le contradice el escribano Luis de Cartajena, diciendo en el lib. citado, que no hubo papel hasta que no llegó Alonso de Monroi. Si Escobar hubiera llegado antes de él, se hubiera dado para renovar el lib. que lo tenían de pergaminos i cubiertas de cartas. Las firmas de Monroi i de Escobar se hallan en el primer acuerdo que se celebró el 29 de diciembre de 1543, i en el fué Escobar lector alcalde ordinario con Juan Fernández Alderete, que fué reelecto. No es fácil decidir quien llegó primero, porque según parece, llegaron sobre unos mismos días.
Volver

(29)

Ni el libro de provisiones que hace relacion de esta tropa i su pérdida, ni en las relaciones manuscritas que la refieren se nos dice quien era su comandante, ni si se salvo con los 40 hombres que llegaron a la capital.
Volver

(30) 

Algunos pretenden que Juan Bahon fuese el fundador de la Serena, i a mas de lo que llevamos referido, se ve la firma de Bahon en la eleccion de alcaldes de la capital para el año de 1544, celebrada el 29 de diciembre de 1543, i en un dia no pudo ir a Coquimbo.
Volver

(31)

Demora llamaban el tiempo que dejaban libre a los indios de encomienda para labrar sus tierras sembrar i recoger las mieses.
Volver

(32)

Antonio de Herrera, Dec. 7 lib. 10 cap. 5.°
Volver

(33)

Algunos escritores afirman que Pasten condujo a Chile los primeros socorros; mas no alcanzo en que puedan fundarse. Ovalle liba 5.° cap. 9, páj. 172.
En el cabildo de diciembre de 1543, presidio Alonso de Monroi como corregidor de la capital, i por el libro de fundacion nos consta que condujo 60 hombres. De Pasten sabemos que el licenciado Vaca de Castro le dió patente de capitán de mar, i Pedro de Valdivia, luego que arribó al puerto de Valparaíso, le honro con la de teniente de capitán jeneral de mar de Valparaíso i del Valle de Quintil; i aquella fué dada en el Cuzco a 6 de octubre de 1543 i esta en Chile a 8 de agosto de 1544 acabado de llegar. I así debió ser por lo que tardaría del Cuzco al Callao i los seis meses que entonces hacían de navegacion desde el Perú a Chile de que se infiere Haber llegado Pasten en 1544, algunos meses después del arribo de la nave que condujo a Monroi i Miranda.
Volver

(34)

En el cabildo celebrado el 29 de diciembre de 1543, se dice: (véase el toro. 1.° de esta coleccion, páj. 104).No se puso luego en ejecucion este arancel, porque debía preceder la aprobacion necesario que tardo algún tiempo.
Volver

(35)

Hai quien afirma que Pasten volvió al Perú en 1546 i que no fueron con él Monroi i Ulloa, i que por su demora envió Valdivia a Ulloa por tierra para que ajitase su regreso; pero convence lo que llevamos dicho, la carta de Francisco de Carbajal a Gonzalo Pizarro, que se hallaba en Quito, fechada en Lima a 25 de octubre de 1545, en que le dice: Alonso Monroi, capitán de Pedro de Valdivia, vino aquí de Chile por socorro de jente i trajo algunos dineros, aunque pocos, i habiéndole yo encaminado para V. S. estando de partida, le dió una enfermedad, que en tres dial murió. Con él vino un hidalgo de Cáceres, llamado Antonio do Ulloa, Con poderes de Valdivia, para negociar  en Castilla sus cosas; entre tanto que estaba a V. S., queda aquí el capitán bautista, dueño de la nave.
Volver

(36)

Afirman algunos escritores que Pedro de Valdivia llego i valle de Penco, sino que regreso desde Itata de resultas de la sorpresa de Quilacura. Pero en Libro 1.° de provisiones, a foja 18-1, consta lo que llamemos dichos  i se halla puesto o a la letra el requerimiento que le hicieron sus capitanes i a continuacion con el  acuerdo celebrado el 13 de noviembre de 155`?, se halla también una representacion que le hicieron los españoles que se quedaran en la capital, i comprueban lo mismo.
Volver

(37)

Pedro de Miranda se hallaba en Chile en primero de enero de 1549, que  fué electo procurador jeneral de la capital para dicho año, pero no sabemos cuando llegó, ni condujo, o no, el socorro que fué a buscar. Pudo haber  llegado con Pasten o con Juan Dávalos Jufré. que regreso a Chile conduciendo una cama rara el a un tratamiento de la capital, del licenciado i Pedro de la Gasca, gobernador del Perú. I es regulas que nada condujese, por que francisco de Carbajal, que a nadie perdonaba, sin duda alguna, le quito el oro, i sin dinero nada se puede avanzar.
Volver

(38)

Lib. 2.° cap. 7.
Volver

(39)

Los capitanes que fueron con Valdivia son:  Jerónimo de Alderete, Esteban de Sosa, Luis de Toledo, Gaspar de Villarroel, Juan de Cepeda, Juan Dávalos Jufré, Antonio Beltran, Diego Garria de Cáceres, Vicencio del Monte, Diego de Oro, i su secretario Juan de Cárdenas.
Volver

(40)

Garcilaso, siguiendo a don Agustin de Zárate, dice que Pedro de Valdivia desembarcó sus capitanes en uno de los pues os intermedios, para que unidos con Diego Centeno, auxiliasen la batalla de Huarinas, i él siguió su viaje al puerto  del Callao; i que huyeron en la alarma falsa que dió Juan de Acosta antes de esta batalla. Nada de esto pudo ser, por que la, batalla de Huarinas se tuvo el 20 de octubre de 1517, i Valdivia se hallaba en Chile con sus capitanes pues por el libro 1.° de la fundacion de la capital nos consta que salió de Valparaíso el  9 de diciembre del  mismo año, 49 días despues de la citada de Harina.
Volver

(41)

Quieren algunos escritores que Juan Bohon condujese del Perú estos 40 hombres, pero por el libro de la fundacion de la capital nos consta que bono se hallaba de teniente de gobernador en el distrito de Coquimbo, i que fueron conducidos por Esteban Sosa, que volvió del Perú con empleo de contador i le acompaño Vicencio del Monte, que regreso con el de veedor, i ambos condujeron la noticia de la victoria de Jaquijahuana, como que se hallaron en la batalla que gano el ejército del Rei a Gonzalo Pizarro.
Volver

(42)

Don Jerónimo de Quiroga dice que se salvo en la destruccion de la Serena Juan de Cisternas, lloro en los acuerdos celebrados en la capital en los días 1.° i 13 de marzo de 1549, se afirma que perecieron todos les españoles  que residían en aquellos establecimientos.
Volver

(43)

Algunos escritores ponen estos sucesos en el a año de 15-13, pero el libro citado nos da los datos que hemos puesto, i don Jerónimo de Quiroga a dice que después de la entrega en Copiapó de Esteban Sosa, pasaron otros dos socorros de jente, conducidos el uno por Pedro de Villagra, sin decir el numero i el otro de 30 hombres por francisco Maldonado. Nada de esto se halla en el citado libro i Pedro de Villagra, no pudo ir ni volver en tan poco tiempo, pues Se hallaba en la Capital por septiembre de 1548; Maldonado no escribe que con tan poca jente transitase  por aquellas provincias rebelabas.
Volver

(44)

Son los únicos de esta jente que hallamos nombrados. otros escritores historian como quieren el regreso de Pedro de Valdivia a Chile, Garcilazo dice (par. 2, libr. G, cap. 5) que paso de la ciudad del Cuzco a la de i Lima, i convenimos con él. Antonio de Herrera (dec. 8, libr. 4, cap. 17) que embarco en el puerto del Callao la jente que liudo reclutar, i marchó por tierra a Arequipa, de donde se traslado a la provincia de Atacama para entrar en el despoblado, que conduce a Copiapó; que llegaron unos vecino:; de la capital de Chile i se quejaron a Pedro do la Gasca de que Valdivia les había quitado cierta cantidad de ore; que le acusaron de homicidio, de inteligencia con Gonzalo Pizarro, i de escandaloso; cine estaba amotinado porque conducia consigo algunos delincuentes mas de los que había; que no tenia el debido respeto a las órdenes del gobernador Gasea; que este envió a Pedro de Hinojos con el pretexto de que los soldados de Valdivia no hiciesen desórdenes i agravios en la tierra que transitaban, i le dió comisión para que le hiciese volver usando de medios suaves, reservando el de la autoridad para el caso de resistencia, i que sin dificultad volvió Valdivia por mar al puerto del Callao, i envió a Chile la jente que llevaba, al cargo del capitán Francisco de Ulloa; que Pedro de Valdivia satisfizo al gobernador  i se vindicó de todos los cargos; que el gobernador Gasea le dió el galeón de Pizarro, i una galera que llevó a Tierra firme para  que volviese a Chile, i 60 hombres, con tal que dejase los delincuentes para castigarlos, i escarmentar a  otros con su castigo; i finalmente que llegó a Chile en fin del año de 1548.»
Pedro de Valdivia no envió socorro alguno por mar ni ménos la jente que se dice con el capitán Francisco de Ulloa. En el libro de la fundacion de la capital no se hace mencion de otro socorro enviado por Valdivia, que el de los 40 hombres que condujo el capitán Sosa i murieron en Copiado con el capitán Juan Bohon. I caso que hubiera enviado esa jente, parece mas natural la hubiese encargado a Jerónimo de Alderete, su intimo amigo, o a otro de sus capitanes de cuya amistad tenía experiencia, mientras no la tenia de la conducta de Francisco de Ulloa. La acusacion de los vecinos de Chile, es una impostura que se quiso hacer a su buena memoria. Ellos amaban a Pedro de Valdivia i ellos mismos confiesan i decantan las bellísimas circunstancias que habían amable su persona. La inteligencia con Pizarro no tiene visos de verdad. Este quitó todo el oro que envió al Perú Pedro de Valdivia, le extravió sus informes, i le tuvo presos sus enviados entorpeciéndole su conquista; i todo esto prueba contra tan grosera calumnia. Contra el espíritu de rebelión de que se le acusa, está la pronta obediencia, que dicen los mismos autores, tuvo para volver con Hinojos. Si hubiere sido tocado del contagio de sedicion, puesto a la puerta de Chile, como le suponen, no hubiera obedecido, i hubiera marchado para aquel Peino con Hinojos i su comitiva, sin riesgo de ser alcanzado por fuerzas superiores. La condicion de entregar los delincuentes era inoficiosa, si ya habían marchado para. Chile con Francisco de Ulloa, como dicen los citados autores. También se aleja de la verdad el socorro de las dos naves con los 60 hombres, que suponen se le dió despees de vindicado, i que con ellos llegó a Chile a fines de 1548. La jente que condujo Valdivia fué mucha. Bien claro lo dice el citado libro de provisiones. En el se lee también que el 17 de junio de 1549 llego a la capital la noticia del arribo del gobernador, que Jerónimo de Alderete presentó la patente el 19, i entró el gobernador cl 20, i todo hace fabulosa la narracion de aquellos escritores. Los émulos que adquirió Pedro de Valdivia en las batallas de las Salinas i Jaquijahuana, esparcieron tan groseras imposturas, que adoptadas sin examen i con demasiada ligereza, sin convidar circunstancias ni pasarlas por una juiciosa critica, por el Palestino Diego Fernández, pasaron a los demás escritores, que nada mas hicieron que copiarlo. El libro de la fundacion de la capital nos dice en sus acuerdos el viaje al Perú de Pedro de Valdivia, i su regreso a Chile, sin omitir las mas mínimas circunstancias, i de el me he valido para referirlo sin peligro de la verdad. Para conocer mas la falsedad de aquella narracion, reflexionemos que el libro citado nada nos dice de las acusaciones contra Pedro de Valdivia, i nos da con puntualidad las datas de su regreso. I aquella narracion no solo erró en las datas de su llegada a Chile, pero ni aun acertó a computar este viaje. Pedro de Valdivia se hallaba en el Cuzco el 23 de abril de 1548, en que está datada su patente. De allí pasó a Lima donde se le dió otra en 3 de diciembre del mismo año. De esta ciudad marchó a Arequipa i a Atacama, volvió a Lima por mar, se vindicó, se aprontó para el viaje i llegó a Chile, todo en poco mas de 8 meses, según su mayor computo, i en el de cerca de 14 contados desde 23 de abril de 1548, que se le dió el primer título de gobernador, hasta el 14 de junio de 1549 que llego, i ni aun así pudo ser, pues la navegacion corriente desde el Callao a Chile era en aquel tiempo de 6 meses, i en 8 no pudo hacer las marchas i contra marcha, su vindicacion i apresto para navegar que nos dicen. Ni aun esto acertó a convidar el buen don Diego, i es de admirar que así le copien.
Volver

(45)

Llaman chácaras en América a los cortijos que tienen en las inmediaciones de las ciudades o villas, porque no son de tanta extensión de tierra como las estancias, i se tendrá entendido para en adelante.
Volver

(46)

 Don Jerónimo de Quiroga afirma que fueron 30 los españoles que llevó Aguirre. No pudo ser tan corto número, i por sí mismo se le convence. Antonio de Herrera no guarda consecuencia en esta parte; ya nos dice que fueron muchos, i ya que pocos. Dice así: «A cuya reedificacion de la Serena envió (Pedro de Valdivia) al capitán Francisco de Aguirre con buen número de jente; i a renglón seguido prosigue: i «castigó a los indios rebelados en que tuvo buena fortuna, porque llevó poca jente.»
En la oposicion de una encomienda, hallamos el número de 80, que afirmo por mas verosímil. El distrito que debía sojuzgar era
dilatado, i había de fundar en el dos poblaciones.
Volver

(47) 

Por no haber podido ir a la Serena a registrar su archivo, no digo quienes fueron sus primeros capitulares i sus primeros vecinos. En el libro de la fundacion de la capital, hallo que en los años de 1556 i 57, fueron alcaldes Juan Xerez i Luis Tornero; Pedro Cisternas i Alonso Torres, regidores, i vecinos Fernando de Aguirre, hijo de don Francisco, Juan Martín de Guevara, Pedro de Herrera, Sancho García, Juan Gutiérrez, García Diez, i el escribano Juan Fernández Alderete.
Volver

(48)

El Padre Miguel de Olivares afirma que Aillavilu no era el primer jeneral del ejército. Pero no dice quien fué este, i vemos que Aillavilu dió la batalla.
Volver

(49)

Los escritores de Chile ponen la fundacion de la ciudad de la Concepcion en el domingo 5 de octubre de 1550, pero en el libro de la fundacion de la capital se ve que Jerónimo de Alderete se halló en el cabildo que sus capitulares celebraron el viernes 2 de mayo del mismo año, i presentó los poderes que llevaba del Gobernador, en virtud de los que depuso de su empleo al licenciado Antonio de las Penas, i puso en su lugar a Rodrigo de Quiroga, entregándole el título de teniente de capitán jeneral librado por Pedro de Valdivia en la ciudad de la Concepcion del Nuevo Estremo a 7 dices del mes de abril de 1550. Se halla esta patente en el citado libro, i convence que el 17 de abril ya estaba fundada la Concepcion. Ni nos debemos persuadir de la actividad que hemos visto tenia para todo Pedro de Valdivia, se estuviese cerca de nueve meses sin fundar aquella colonia. En un papel suelto que se halla en el descuadernado archivo de la ciudad de la Concepcion (ha padecido mucho por inundaciones del mar) se lee así: «Fundada la ciudad de la Concepcion del Nuevo Estreno, el domingo 5 de octubre de 1550 nombro el M. I. S. don Pedro de Valdivia por corregidor a Diego de Oro, por alcaldes a Esteban del Manzano, i al licenciado Antonio de las Peñas etc.» Esta cláusula convence que el 5 de octubre se nombraron los oficios conejillos, i que ya estaba fundada la ciudad, cuyo establecimiento consta haber sido antes del 17 de abril. El padre Diego Rosales en su conquista espiritual de Chile M. S. nos da su fundacion en marzo, i dice haberla visto original en el lib. 1.o de sus acuerdos.
Volver

(50)

Por el acuerdo celebrado en 2 de mayo de 1550 en la capital, constan todos los hechos que refiero, pero no se dice el motivo de; esta resolucion, ni yo lo he hallado en los escritores de Chile.
Volver

(51)

Se avecindaron en la ciudad de la Concepcion a mas de los capitulares referidos, los siguientes: Alonso Gonzalo Sánchez, Diego Méndez, Pedro de León, García Vergara, Francisco Ribera, Hernán Paez, Lope de Landa, Juan de Medina, Vicente Camacho, Juan Negrete, Mateo Beltran, Jines de Jil, Jerónimo de Alderete, Jeraldo Jil, Alonso Jaleano, Juan Valiente, Alonso de Vera, Felipe Herrera, maestro Tomas, i doña Catalina Gonzalez Pérez.
Volver

(52)

Estancia es una hacienda de campo de dilatada extensión para la crin de ganados.
Volver

(53)

Don Pedro Figueroa dice que ignora el número de estos españoles. El padre Miguel de Olivares conjetura que serian 200 i don Antonio García que llegarían a 300. A este sigo porque de la capital pasaron a la Concepcion muchas pequeñas partidas, i se disponía el Gobernador para salir a establecer otras colonias, i esta empresa no se hace sin jente.
Volver

(54)

Los escritores de Chile atribuyen esta victoria al Apóstol Santiago que cabalgaba en un brioso caballo blanco, i armado con armas mui resplandecientes peleaba delante de los españoles, infundiendo a los indios tal terror, que a nada acertaban sino a huir. Así dicen, lo testificaron los indios examinados separadamente. Relata reffero. Hicieron voto de levantar una capilla en honor del Santo, en el lugar donde se tuvo la batalla, para lo que se presentaron ante el visitador eclesiástico Fernando Ortiz de Zúñiga, tres años despues de la batalla, cuyo auto está datado en 17 de diciembre do 1554, i aunque siendo alcaldes Francisco de Castañeda i Ortucio Jiménez de Estándar en 1554, despees de la repoblacion de esta ciudad, se presentaron para el cumplimiento de su voto, ni noticia hai en el dia de esta ermita.
Volver

(55)

Justo Lipcio afirma que se dió este nombre por que en las puertas de las casas de los indios se hallaron aquellas entalladas de dos cabezas, de mui buena talla. Los indios de Chile jamas tuvieron pueblo formalmente tal, ni casas ni puertas en sus chozas o cabañas Siempre vivieron en dispersión, i nunca conocieron el arte de i las talla. Por esto no hubo águilas de buena ni mala talla. Quiso este autor con esta voluntariedad quitar a los españoles la gloria de primeros descubridores de aquel país. Se ignora el dia i mes de esta fundacion, i reflexionando que su Iglesia fué dedicada al Arcánjel San Miguel, puede conjeturarse haber sido el 8 de mayo, en que la Iglesia universal celebra su aparicion. Del archivo de la capital solo consta, que el 8 de setiembre de 1551 ya estaba fundada, que en dicho dia se Dallaba Pedro de Valdivia en la Concepcion próxima para salir, para volver a la expresada ciudad imperial. En el archivo de la Concepcion nada se halla; está todo destrozado con las ruinas que ha padecido, i sin duda en el se archivarla el libro de la fundacion de la Imperial atando se despobló.
Volver

(56)

Estos fueren I Francisco de Villagra, Gaspar de Orence, Juan de Vera, Gaspar de Castañeda, Leopardo Cortés, Fernando de Losmore, Pedro Olmos de Aguilera, Miguel de Velasco, Francisco Gutiérrez, Andrés Martínez, Diego Martín Ballesteros, Gabriel de Sevilla Antonio Saldaña, Juan Hidalgo, Antonio Selvera; Alonso Miranda, Baltazar Rodríguez, Juan de Ocampo, Hernando de San Martín, Luis Barba, Juan de Ceballos, Andrés Montesinos, Gabriel de Villagra Andrés Martínez de Santa Ana i Rodrigo de Ozes.
Volver

(57)

Algunos afirman que Pedro de Valdivia, fundada la Imperial, siguió conquistando hacia el sur. Escribieron por conjetura, pues del archivo de la capital consta que volvió a la ciudad de la Concepcion; se ignora por donde regresó i cuándo llego a la Concepcion; pero sabemos que en 8 de octubre de 1551 estuvo en dicha ciudad de la Concepcion próximo a volver a salir para la Imperial.
Volver

(58)

La fundacion de la ciudad del Barco es evidente, i niegue escritor de Chile habla de ella. Consta de los acuerdos celebrados en la capital. En el primero 2 de noviembre de 1551, se trae un auto dado en la Concepcion a  de octubre de dicho alto, i en él se lee: «Que estando Pedro de Valdivia de partida para la ciudad Imperial, el capitán francisco de Aguirre, su teniente de gobernador i capitán jeneral en la ciudad de la Serena i sus términos, que llego a tiempo que el señor gobernador sé quería partir, i le rabia enviado a llamar quo se viese con el, para poderle mandar lo que había de hacer en lo que conviniese al servicio de S. M., i bien de aquella ciudad, i de la del barco, entre tanto que su señoría iba a poblar adelante.» En el segundo 7 de febrero de 1552, se halla un título de teniente de Alguacil mayor do las ciudades de aquel Reino dado por Pedro de Valdivia sobre la ribera del río Callecalle a 4 de diciembre de 1551 a favor de Miguel de Velasco, i en el se lee: «Don Pedro de Valdivia, etc., etc. Los nombro a vos don Miguel de Velasco, i mando a las ciudades fundadas de Santiago, la Serena, Barco, Concepcion e Imperial, i a todas las demás que andando el tiempo se poblaren, os reciban . . . .» Parece queda evidenciada la fundacion de esta ciudad. nos falta saber el lugar de su ubicacion. Aquí nos podemos valer de la conjetura, mientras algunos nos evidencian su verdadera situacion. Nada consta de los archivos (no hablo del de la Serena que no he visto) ni de algunos de los muchos documentos que han venido a mis manos. Pudo ser en el Valle de Chuapa, que era el deslinde de los distritos de la capital i la Serena i el ayuntamiento de aquélla se queja al gobernador de que Francisco de Aguirre ha poblado sobre su territorio, i se Halla en aquel vallo un paraje llamado,  Quebrada del Barco, denominacion que pudo haber tomado de aquel establecimiento. Sea yo que fuese de su ubicacion, del tiempo de su fundacion i del modo de su de poblacion, a mi ver seria antes del establecimiento de la Concepcion e Imperial, atendiendo a la colocacion que las da el gobernador en el título librado a Velasco; mas no hedemos dudar de que la hubo.
Volver

(59)

En el título de estas ordenanzas, se lee que Valdivia hizo otras en la capital dirigidas al mismo fin. En estas adjudica a las iglesias las primicias para vino, aceite i cera, respecto a que los ministros de la Real Hacienda resistían la contribucion de estas especies.
Prohibo que en los tambos se dé indio alguno a los españoles, multa de 300 pesos al que lo diere, i de diez castellanos de oro al que lo tomase.
Mando que al soldado que fuere de la capital a donde estuviere el gobernador, si es de caballería, se le den 4 indios, i si es de infantería, dos. Pero si fuese casado, i transporta su familia, los que necesitare, sin que los pase del tambo inmediato ni tome otros en el camino.
Igualmente manda: «que su teniente jeneral en Santiago con el cabildo de la ciudad, arreglen como se han de servir los tambos, i adonde ha de acudir cada vecino con sus indios para que se provean las personas que a ellos llegaren i les señalen el camino por donde deben venir para que no se estragan a salir fuera de ellos para hacer daño a los naturales.»
I últimamente que ninguno embarque indio para sacarle fuera del Reino, ni los extraigan llevándolos de una ciudad a otra, multa de 50 pesos al que lo hiciere, i de 50  al juez que lo consintiere.
Volver

(60) 

Por acuerdo celebrado en la capital el 26 de enero de 1551, se ve que ya en su distrito estaban establecidos los tambos, i algunos escritores suponen ser estos de la Concepcion los primeros. Los del distrito de esta ciudad i de la Imperial estuvieron corrientes en 21 de diciembre del mismo año.
De los vecinos de la capital, a quienes correspondieron tambos, solo se nombra a Francisco Riberos que tuvo el de Quetaltehua.
De los de la Concepcion, Cristóbal de la Cueva, Gerardo Jil, Diego de Oro, Pedro Gómez de las Montaras, Francisco Riberos Ontiveros, Hernán Paez Columbres, Jerónimo de Vergara, Gaspar de Vergara, Fernando Cortes, Cristóbal Mella, Francisco Riberos de Almonacid, Pedro de Colombres, licenciado Antonio de las Peñas, Juan Negrete, Gaspar Vergara Medina, Juan Fernández Garces, Lope de Landa, Alonso Sánchez, Pedro Bernal, Diego Díaz, Gaspar Casar, Pedro Jaén, Vicencio del Monte, Juan de Vera, Francisco Cabrera i el maestro Francisco.
Volver

(61)

En todos los escritores de Chile veo nombrar a Redoma. No es nombre indico, i debe estar corrompido; pero ni los mas versados en el idioma chileno han podido derivar el verdadero nombre i su significado.
Volver

(62)

Don Pedro Figueroa i los demás escritores que afirman haber pasado Pedro de Valdivia a fundar esta ciudad, luego que estableció la Imperial, para ser consiguientes en su idea, nos ponen esta fundacion en la primavera del año 1551. Pero por el acuerdo celebrado en la capital en 1.° de junio de 1552, consta que en 2 de enero de este aro, todavía se hallaba el gobernador en el valle de la Mariquina i no estaba fundada la ciudad. No consta el dia fijo de su establecimiento, pero sabemos que en 13 de febrero de 1552 ya lo estaba, por una provisión de Valdivia dada en ella en este día.
Volver

(63)

Algunos escritores de Chile ponen esta fundacion en noviembre de 1552, pero fué antes. Todos convienen, i es constante que su fundador fué Jerónimo de Alderete, i este se hallaba en la capital disponiendo su viaje para España en 25 de octubre de dicho año, como consta del acuerdo celebrado en este día.
Volver

(64)

Parece que los religiosos no pueden hacer estas instituciones en la ereccion de las consultas. En la ereccion de la catedral de la Imperial, se halla de testigo un subdiácono del mismo nombre i apellido, i pudo ser este el fundador de aquella obra pía, i después haber entrado en religión.
Volver

(65)

Aquí gradúan de imprudente a Valdivia, i afirman que no acertó a equilibrar la conquista con las fuerzas que tenia.
Volver

(66)

En el libro de acuerdos de Santiago, en sesión de 13 de noviembre de 1552, se halla esta expresión.
Volver

(67)

Don Jerónimo de Quiroga afirma ser común opinión que Valdivia no fué Basado; pero se deduce lo contrario de la oposicion que hizo a una encomienda de indios don Antonio Carvajal i Sarabia. En la informacion de 30 de octubre de 1699, prueba que es legítimo descendiente de doña Catalina Ortiz de Gaete, hermana de doña Marina Ortiz de Gaete, mujer legítima que fué del Gobernador Pedro de Valdivia, a la cual doña Catalina trajo en su compañía su citada hermana doña Marina cuando vino a Chile en busca de su referido marido. I luego que don Pedro de Valdivia las recibió en la Concepcion, trató de casar a su cuñada con Lorenzo Suaves de Figueroa conquistador, sujeto de calidad i prendas, i que se efectuó el casamiento con muchas celebraciones, en que todos se esmeraron por ser tan cercanos deudos de su Gobernador». De la oposicion que hizo a otra encomienda don Francisco Días Pimienta, en 11 de diciembre de 1697, consta lo mismo. I se prueba también lo propio en la que hizo don Francisco Ortiz de Gaete a la encomienda de Villavicencio en la provincia del Maule, i se le concedió en 5 de enero de 1700.
Volver

(68)

Santiago, Serena, Barco, Concepcion, Imperial, Valdivia, Villarica, Confines i Santa Marina de Gaete.
Volver

[69]

Copiapó, Valparaíso, Diaguistas i Juries.
Volver

[70] 

Quillota, Cuyo, Tucapel i Arauco.
Volver

[71]

Por naturales se entendía los indios; por españoles, los descendientes de españoles europeos, i este último nombre se daba a los originarios de la península.
Volver

[72]

Así lo hallo escrito en casi todos los autores; contra esta común opinión nada mas hallo que las justas ordenanzas de Valdivia a favor de los indios, i su integridad e inalterable constancia en hacerlas cumplir. Los recursos de los procuradores generales de la ciudad de Santiago para que se observase i se indemnizase al mas ínfimo indio cuando les pareció haber sido agraviado alguno, aun en cosa pequeña; i finalmente los acuerdos del ayuntamiento de la misma ciudad a favor de los indios, i no me puedo persuadir que como padres de la patria decretasen lo justo, i como señores obrasen contra sus mismas determinaciones, si no es que se diga estuvo el abuso de parte de los mayordomos, i que jamas llegaron estos excesos a noticia de los encomenderos; que bien pudo ser.
Volver

[73]

El modo de hacer este sacrificio se dirá en la descripcion que está en la última parte.
Volver

[74]

A la convocatoria llaman correr la flecha, i el modo de ejecutarla se dirá en la descripcion.
Volver

[75]

Todos los autores que he leído sobre este punto convienen en este hecho; pero yo noto que en los tiempos inmediatamente posteriores al cacique Colocolo ya había desaparecido esta raza de hércules araucanos, de modo que ni aun de la clase inferior quiero decir de los que ni sostuvieron medio dia el madero, se ha dejado ver alguno hasta hoy, i no hallo razón que me convenza de la extincion de su existencia si los hubo.
Volver

[76]

Los jefes de la liga eran: Huaconu, Mariantu, Talcahuano, Painehuala, Huaticolu, Cayuenu, Colo-colo, Pichihuelému, Puren, Ongollmo, Tomen, Ancalican, Lebpillan, Marihuenu, Lemu-lemu, Hualemu, Millarapué, Paicavi, Ilicura, Cayucupil, Encol, Tucapel, Lincoya, Caupolican i Alcasupai.
Volver

[77]

En este número convienen algunos manuscritos, i el padre Alonso de Ovalle, (lib. 5.°, cap. 17, páj. 192.) refiriendo en su historia de Chile este pasaje, nos dice los nombres de los capitanes con el número de tropas que cada uno condujo, i haciende toda a 61 mil pesos, sin contar la que ofrecieron Lincoya, Pichihuelemu, Caupolican, Tomen i Andalican, ni las de otros muchos que concurrieron, i las refiere bajo de dicha expresión. i pueden ser estos los siete mas que ya refiero, siguiendo al P. Diego Rosales (libro 3, cap. páj. 131), i Renco, que pone otro escritor entre los capitanes de Caupolican. Pero este autor nos dice que eran 9 mil pesos según unos, i 10 mil pesos según otros, i otros escritores se alargan hasta 20 mil pesos. Ello es que de las numerosas encomiendas de indios, en que todos los autores convienen, debemos inferir que se juntaría un poderoso ejercito. Caupolican a mas de esta campaña, hizo otras muchas que demandaban un número considerable de tropas.
Volver

[78]

Unos autores acusan a Pedro de Valdivia de perezoso, i escriben que tomó con mucha lentitud providencias para cortar el levantamiento, pero se convence lo contrario del acuerdo celebrado en la capital en 26 de enero de 1554. En el se lee... «En el mismo dia que don Pedro de Valdivia recibió la nueva, salió de la citada ciudad de la Concepcion con número de hasta 30 de a caballo, para ir a castigar i allanar aquella tierra alzada, i caminando su jornada se le juntaron mas cantidad de jente, de los que no pudieron salir con el.»
Otros le calumnian por otro lado. Dicen que paso a sus minas de Quilacoya para asegurar su caudal, i que en ellas se detuvo muchos días, por que levantó un fortín para enterarle en cantidad de 300 mil pesos castellanos de oro según unos, i según otros 600 mil pesos; i para sujetar su numerosa encomienda de indios. Véanse en el mapa las ubicaciones de Quilacoya i Arauco, sea la de esta plaza en Lota, que era su verdadera situacion, o en Carampangue, como quieren otros, i estará convencida la falsedad de esta impostura. A esto se agrega, que no había indios que asegurar, por que era el tiempo de la demora, i estaban en sus cabañas.
Del acuerdo celebrado el 12 de febrero de 1551, consta que Pedro de Valdivia salió de la Concepcion el dia que recibió la noticia; que hizo su campamento en la ribera meridional del Biobio; que de allí fué a la plaza de Arauco a hacer el segundo alojamiento; que al siguiente dia salió para Tucapel, a donde llegó en otras tres marchas. Todo lo declaró bajo juramento Gaspar Orense, que caminando con Pedro de Valdivia desde la ciudad de la Concepcion hasta la plaza de Arauco, fué testigo ocular de estas operaciones.
Jerónimo de Quiroga, calumniando la conducta de Pedro de Valdivia en esta parte, se descaminó mas, i se alejó mucho de la verdad. Dice "que no quiso llegar a la expedicion a Francisco de Villagra con los 200 hombres que acababa de traer del Perú, por no darle parte en las tierras rebeladas que eran de su repartimiento; calumnia mui grosera. Poco se dedicó el caballero Quiroga a descubrir la verdad, que es la alma de la historia. Queda demostrado que Villagra había llegado dos años antes con 180 españoles i que en la ocasión se hallaba en Riobueno, mui distante de la ciudad de la Concepcion. Yo nada me intereso, en que Pedro de Valdivia fuese buen general, pero soi amante de la verdad i de la justicia, i me incomoda ver calumniar a los superiores, solo porque lo son. Es cierto que Pedro de  Valdivia se arrojó a la expedicion con poca jente, i que pudiendo llevar consigo la guarnicion de Arauco, no lo hizo. Pero se deja entender que lo ejecutó conducido de probables conjeturas i fundadas esperanzas. Contaba con 40 hombres de la plaza de Tucapel i 14 de la de Puren, que con mucho fundamento se persuadió no le podían faltar, i en verdad que 100 castellanos eran en aquella época suficientes para contener a los enemigos: ya le vimos emprender la conquista con 150 i salir con ella. Pero como salió bien calló Quiroga, i dejó salva en esa parte la conducta de este jefe.
Volver

(79)

Varían mucho los escritores de Chile en el número de los españoles que sacó Pedro de Valdivia, para esta desgraciada jornada. Uno dice que eran poco mas de 200, otro que 150, otro que 100, otros que 80, otro que 60, i otro que 40. Don Antonio de Herrera (Dec. 8 lib. 7 cap. 5) dice: "Pedro de Valdivia partió luego de la casa de Arauco con 53 soldados i criados suyos, i en el capítulo siguiente dice: que los criados inclusos en el número de los 53 eran indios de servicio. Esta es la opinión que debemos seguir, porque en el acuerdo celebrado en la capital el 26 de febrero de 1554, se afirma que casi eran 50 hombres, i todos a caballo. I en el que se haya a f. 57 del libro de fundacion de la ciudad de la Concepcion se lee: que fueron 40 i tantos los españoles, i siendo 7 los criados, como afirma el citado Herrera, salen ser estos 46.
Don Alonso de Ercilla en una octava nos dice: que llevó Pedro de Valdivia, 2 mil auxiliares, i en otra afirma que 3 mil. Debemos creer que lo escribió así, por que lo pidió la fuerza del consonante. Yo estoi cierto de que sus versos son excelentes, pero dudo mucho de su verdad, i no adopto sus opiniones sin pasarlas por un prolijo i serio eximen, por que finjo, aumenta i disminuye cuando le conviene para el verso. En los acuerdos citados, nada se trata de auxiliares en la ciudad de la Concepcion, pues todos los indios estaban ya reducidos i pacíficos. Yo estoi persuadido que Pedro de Valdivia, no llevó auxiliares pocos ni muchos a esta expedicion.
Volver

(80)

Unos escritores dicen que Pedro de Valdivia envió a Diego de Oro con 10 castellanos a explorar el campo, otros que envió 4, i otros que dos. Los primeros son muchos teniendo tan poca jente, los terceros son pocos i pudo ser mui bien que fuesen 4 batidores.
Volver

(81) 

Chinas o piedras de proporcionada magnitud que se arrojaban con ondas.
Volver

(82)

De los españoles de esta expedicion solo hallo nombrado a Pedro de Valdivia, Diego de Oro, Antonio Bobadilla, Juan de Mesa, Juan Llamas, Juan de las Peñas, Juan Gudiel i Andrés Villarroel. De los indios murieron, según unos 3 mil, i según otros duplicado número, pero estos autores incluyen en este número los 3 mil auxiliares que canta Ercilla. I finalmente dicen otros que murieron muchos, sin asignar número, i a estos me atengo.
Volver

(83)

Casi todos los autores que escribieron de Chile afirman que esta desgraciada funcion de armas fué el 3 de diciembre de 1553 i solo don José Basilio de Rojas dice que acaeció el 26 del espresado mes. Yo me conformo con esta data por que el cabildo de la capital en el acuerdo celebrado en 26 de febrero de 1554, dice: "en fin del mes de diciembre de 1553 el Gobernador Pedro de Valdivia habiendo tenido nueva que los naturales de Arauco i  Tucapel sé habían alzado salió .. " I en el que se celebró el 11 de enero del mismo año, se dice que aquel dia se tuvo la infausta noticia de la muerte del Gobernador comunicada por el cabildo de la Concepcion, que tuvo cuidado de darla sin pérdida de tiempo. I si hubiera sido en 3 de diciembre era menester conceder que el correo tardó en llegar lo ménos 35 días; i la razón de todo es por que del citado acuerdo de la capital celebrado el 26 de febrero de 1554 consta que a los tres días se puso en la de la Concepcion, i que su cabildo lo avisó luego al de Santiago.
Volver

(84)

Acuerdo celebrado en la capital el 27 de febrero de 1552.
Volver

(85)

Volvieron a Puren Juan Gómez de Almagro, Pedro Gonzalez de Córdoba, Gonzalo Fernández, Vergara, Peñalosa i Castañeda. Murieron en la funcion Leonardo Manrique, Cortes, Maldonado, Diego García, Córdoba i Pedro Niño.
Volver

(86)

Desde entonces es conocida esta cuesta con el nombre de cuesta de Villagra, así la llamaremos en adelante.
Volver

(87)

Los mejores escritores de Chile suponen que Villagra salió de la Concepcion el 20 de abril de 1554 i que volvió vencido a los 6 días, i que en 10 de mayo despobló la Concepcion, i llegó a Santiago en 12 marchas. Discordar en el paraje de esta batalla, que unos la suponen en Laraquete, i otros en Marihuenu, i tampoco convienen en el número de los; españoles, pues no falta quien escriba que fueron 300 i auxiliados de 3,000 indios.
En la relacion que yo hago de este hecho de armas, sor conducido de una certificacion que Alonso de Reynoso dió en Tucapel, siendo gobernador Hurtado de Mendoza, a Pedro Olmos de Aguilera, i vino a mi poder en un legajo de papeles sueltos i maltratados que conservaba don Sebastián Várela, vecino de la Concepcion, i en ella se hace la puntual descripcion de la batalla que he referido.
Lo mismo se deja entender de la carta que el ayuntamiento de la capital escribió a la Audiencia de Lima dándole noticias de estos sucesos, i al fin de esta la pondremos al pié de la letra. En ella se dice: «Que por cuanto Francisco de Villagra andaba al presente haciendo la guerra, i castigo de los naturales...... »I en otra parte se lee: «Adonde al presente se halla en Arauco con hartos trabajos i peligros, por ser ya tiempo de invierno en aquella tierra.» I se infiere claramente que Villagra anduvo cerca de un mes en esta expedicion, i que a su regreso fué la memorable batalla en la cuesta de su nombre, en donde aun hoy se ven los sepulcros de los indios que murieron en la funcion. Se conforma  todo esto con el modo de pensar de Colocolo, así después de la derrota de Pedro de Valdivia, como cuando Caupolican resolvió mover el ejército contra la ciudad de la Concepcion.
Finalmente en la data de la salida de Villagra de la Concepcion i su retirada, están mui equivocados i lo mismo en el número de españoles i auxiliares. Por el libro de la fundacion de la capital, nos consta que el 12 de marzo caminaba Villagra hacia allá con los vecinos de la Concepcion i que llegó al segundo dia de pascua de Resureccion; i en cuanto al número de españoles, consta del mismo documento que fueron 180, sin que se hable en el de auxiliares  ni era prudente el llevarlos i fiarse de ellos, pues sabemos que por todas las provincias corrían fermentaciones de levantamiento. Al ayuntamiento de la capital debemos suponer fundamentalmente impuesto de todos estos cursos, pues comisionó persona de su satisfaccion que pasase hasta Arauco a orientarse radicalmente para poder dar cuenta de ellos a la Audiencia de Lima. Veamos ahora la carta que se halla en el libro de la fundacion de la Capital en el acuerdo de 26 de febrero de 1554. Aunque difusa, es indispensable ponerla a la letra por que aclara i descubre la verbal en un asunto sobre que se ha escrito con mucha variedad. I después de todo, mas trabajo tengo yo en copiarla por obsequio a la verdad de la historia que el lector pasarla por la vista.
Dice así: (Véase el tomo 1.°, páj. 403 de esta Colecciona).
Volver

(88)

Buenos autores ponen esta despoblaron en el mes de mayo, i dicen que disgustados de ella algunos vecinos, no siguieron a Villagra, i se pasaron a la Imperial. No hai duda que padecieron equivocacion, porque en el acuerdo celebrado en la capital el 28 de marzo de 1554, se afirma que Villagra llegó a ella con los vecinos de la Concepcion dos días antes que el 26, después de un viaje de 12 marchas. El vecindario de la Concepcion presentó en 2 abril del mismo año, dos peticiones al ayuntamiento de la capital, las que se vieron en el acuerdo celebrado el mismo día. En ellas hablan aquellos vecinos de su ciudad, i parece, que cuando todos juntos no se contemplaron suficientes para defenderse, no es regular persuadirse intentasen pocos de ellos atravesar por la tierra de guerra por donde pocos días antes pasó Villagra a la testa de 180 soldados con mucho peligro, como se dice en la carta que el ayuntamiento de la capital escribe a la Audiencia de Lima con fecha 26 de febrero de 1554.
Volver

(89)

No soi fácilmente crédulo en este género de apariciones, pero así lo hallo escrito en varios autores, i uno de ellos cita la autoridad del capitán Pedro Olmos de Aguilera que dijo haberlo entendido asi de los indios. Otro dice que consta de instrumento autentico que se hallaba en el archivo eclesiástico de la ciudad de la Concepcion. Yo no lo he hallado.
Volver

(90)

Ya no era Gobernador de Valdivia Julián Gutiérrez de Altamirano, a quien tenemos visto en la capital, i después embarcarse para el puerto del Callao en el navío nombrado Santiago. Sin duda se retiraría con Francisco de Villagra cuando pasó por aquella ciudad de regreso de la de Santa-Marina de Gaete; o en la nave que fué a noticiarles la despoblacion de la Concepcion.
Volver

(91)

Los capitulares de la capital eran: Rodrigo de Araya i Alonso de Escobar, alcaldes ordinarios; Juan Fernández Alderete, Diego Garcia de Cáceres, Pedro de Miranda, Juan Cuevas, Garcia Fernández i Arnao de Segara, regidores. De la ciudad de la Concepcion: Juan de Alvarado i Francisco de Castañeda, alcaldes ordinarios; Gaspar de Vergara, Lope de Landa, Pedro Gómez de las Montañas i Gregorio Blas, regidores. De la ciudad Imperial; Pedro Olmos de Aguilera, alcalde ordinario, i  Pedro de Aguayo, regidor. De la Villarica, Juan de Vega, alcalde, i Juan de Lasarte, regidor. De los Confines, Luis de Barba, alcalde, i regidores Hernando Ortiz, Sancho de Figueroa, Diego Cano i Hernando Paez.
Volver

(92)

De este auto consta que volvieron a poblar la Concepcion 3 vecino de los de su primera fundacion: dos clérigos presbíteros llamados Martín Abren, i licenciado Ortiz, i un religioso que no se dice ni su nombre ni su religión, i en el expresado auto se le denomina Padre Ministro.
Volver

(93)

Esta despoblaron fué sin duda a mediados de diciembre de 1555, porque en 23 de dicho mes recibió el ayuntamiento de la capital la noticia por carta de Pedro de Villagra escrita desde Maule, diciendo: «Lautaro, i sus indios dieron sobre la ciudad de la Concepcion, que se estaba reedificando, i desbarataron a los españoles de ella, matándoles la cantidad de 30 hombres, i los demás que quedaron vienen huyendo.»
Volver

(94)

Algunos escritores hacen jefe de esta expedicion a Juan Godines, i todos suponen este hecho de armas a favor de Lautaro. En uno i otra cosa padecieron equivocacion. Consta en una Real cédula de Felipe II dada en el Pardo a 11 de marzo de 1578, concediendo a Juan Ruiz de Loen en premio de sus servicios, 3,000 pesos en vacantes de encomiendas de indios, i dice así... «Por que nos ha servido con sus armas i caballos en todas las ocasiones, batallas i reencuentros que en 21 años se han ofrecido con los naturales. Especialmente la que tuvo cuando fué con el maestre de campo Pedro de Villagra contra el capitán Lautaro i su ejército, en el valle de Peteroa donde había hecho un fuerte, i estaba guarecido en él, hasta desbaratar i tomar dicho fuerte.» No puede estar mas claro.
Volver

(95)

Un escritor confiesa que ignora el número de españoles con que Villagra asaltó el fuerte de Lautaro en Malaquita. Otro afirma que fueron 50 castellanos, i 400 indios auxiliares. En el libro 2 de provisiones de la capital, se habla de españoles para esta expedicion, i ni una palabra se dice de auxiliares; ni era prudencia fiarse de ellos en circunstancias de hallarse en ánimo de sublevares. Antonio de Herrera nos dice, que eran 70 i parece ser este el número verdadero, porque del citado libro de provisiones, consta que Pedro de Villagra quedó en Peteroa con 30 hombres, i que Francisco de Villagra volvió de la Imperial con 40 a incorporarse con su hermano. No aumento ni disminuyo la heroicidad de los hechos, ni de las personas, hago imparcial justicia, i para ello no perdonó ningun trabajo por investigar la verdad, principalmente cuando veo discordes a los escritores.
Volver

(96)

Se halla en testimonio la escritura en el libro núm. 16 de provisiones del archivo del cabildo de Santiago. Su original, a que se refiere el testimonio, debe estar en el libro del Hospital.
Volver

[97]

Este convenio puede haber sido por la permuta de las Hermitas.
Volver

(98)

Todo consta de los dos primeros libros de provisiones de la capital, en los acuerdos de 3 de octubre de 1553  i  21 de marzo de 1556.
Volver

(99)

El padre Olivares i Figueroa afirman en sus M. S. que la escuadra arribó en abril al puerto de la Concepcion, pero de los libros de la capital, en los acuerdos de 6 i 29 de mayo de 1557, consta haber sido su arribo al de Coquimbo. También afirman los mismos que la escuadra se componia de 10 naves, pero Suares de Figueroa, dice haber sido 5 i parece bastante número de buques para conducir 350 soldados que era todo el transporte.
Volver

(100)

Suares de Figueroa Hechos de don García Hurtado de Mendoza libro 1.páj. 29 de la primera edicion.
Volver

(101)

Suares de Figueroa, lugar citado.
Volver

(102)

Suares de Figueroa libro 1.° páj. 28
Volver

(103)

Si fuera lícita al soldado la venganza i si tuviera facilidad para tenerla, no fueran tantos en número los malos gobernadores en aquella distancia. Quedan impunes sus injustas persecuciones, i el súbdito perdido para siempre sin mas recurso que un impaciente sufrimiento.
Volver

(104)

No se extraño la cualidad de caballeros que al parecer con demasiada generalidad se da a los vecinos de la Serena i que debe entenderse también de los de las demás ciudades de Chile. El mismo soberano califica su nobleza, i da margen para esta expresión. En una real cédula dada en Valladolid a 21 de abril de 1557, que se halla en el libro 3 de provisiones de la capital, a f. 182 vuelta, dice...... Los pueblos de Chile están poblados de noble jente......
Volver

(105)

Se distinguieron en esta funcion los siguientes: Alonso de Pineda, Julián de Valenzuela, Francisco Berrio, Cristóbal Lazarte, Simón de Pereira, Hernando de Villegas, Juan Alvarez de Luna, Francisco de Andia, Viezma Aguayo, Martín de Santaren, Diego Guzmán, Francisco de Osorio, Andrés Guzmán, Simón de Osorio, Martín de Elvira, Pablo de Espinosa, don Alonso de Ercilla. Gabriel Vaca, Agustin Payo, Diego Manrrique, Antonio Cabrera, Gregorio Lagos, Pedro Verdugo, Alonso Pacheco, Luis Cherinos, Juan de Villegas, Diego de Lira, Baltazar Mejías, Clemente Bravo, Hernando Pacheco, Rodrigo de Ahumada, Martín Pérez de la Entrada, Riva, Martín de Guzmán, Francisco de Figueroa Carrillo, Barco, Campofrio, Suarez, Riberos, Córdoba, Ovando, Zúñiga, Gárnica, Gutiérrez, i el Gobernador.
Volver

(106)

De los soldados veteranos de Chile que residían en la capital, los principales que pasaron a la guerra con don Luis de Toledo i el maestre de campo Juan Ramón, fueron los siguientes: Gabriel de Villagra, Juan Negrete, licenciado Antonio de las Peñas, Francisco Gutiérrez Valdivia, Francisco Castañeda, Hernando Alvarado, Pedro Olmos de Aguilera, don Antonio Gonzalez i sus doce compañeros, cuyos nombres ignoramos. De la Imperial, Martín Raíz de Gamboa, Miguel de Velasco, Juan Gómez de Almagro, Alonso Reinoso, Lope Ruiz de Gamboa i Diego Cano. De la de los Confines, Lorenzo Bernal de Mercado. De los que pasaron a Chile con el Gobernador don García; don Felipe Hurtado de Mendoza, su hermano natural, don Luis de Toledo, hijo del Clavero de Alcántara, don Pedro de Portugal, alférez jeneral del ejercito, don Cristóbal de la Cueva, de la casa de Alburquerque; Pedro Fernández de Córdoba, de la del gran capitán, don Pedro Cortes, don Luis de Velasco, don Alonso de Ercilla, don Alonso Pacheco, Pedro de Aguayo, Julián Bastidas, Pedro de Murguia, Simón de Pereira.-Ecleciásticos: licenciado Vallejos, maestre escuela dula Iglesia de Charcas, confesor del Gobernador; Leonardo Valderrama, Tesorero de la de Quito, su capellán: frai Jil Gonzalez de Avila la, frai Diego de Chavez i frai Juan Gallego, dominicano, cano, frai Cristóbal Rivadeneira, franciscano i frai Antonio Correa, mercenario. Los religiosos, ménos frai Jil, estaban en Chile antes dé la llegada de don García.
Volver

(107)

Se dan el nombre de Hualvarino, pero está tan corrompido que no se puede inferir cual sea el verdadero i su significado.
Volver

(108)

Se distinguieron en esta batalla los comandantes de la caballería, el maestre de campo Juan Ramon, Pedro Olmos de Aguilera, Alonso Reynoso, Hernando Pérez de Quezada. Cáceres i  Pedro Cortés.
Volver

(109)

Estos capitanes fueron, Tucapel, Remulco, Colocolo, Talcamalvida, Linconya, Yavilu, Paicaví, TaigueL, Conumanque, Namunché, Huapilco, Lemulemu,
Tomen; Orompello, Ilicura, Piculdugú, Loncotun, Alamanque, Canintaru, Millalemu, Lepumanque.
Volver

(110)

Se distinguieron en este hecho de armas el Gobernador, el maestre de campo, el capitán Martín Ruiz de Gamboa, don Luis de Toledo, Pedro Olmos de Aguilera, Pedro Cortes, Pedro de Avendaño, Diego Lira, Miguel de Velasco, Pedro Navarra, Florencia Esquibel, Francisco Arias, Francisco Ponce de Loen, i los ministros de la real hacienda Vega Segura.
Volver

(111)

De los 32 soldados de Quiroga, solo hallamos nombrados a Francisco de Riberos, Alonso de Escobar, Juan de Cuevas i Luis de Toledo.
Volver

(112)

Fueron nombrados alcaldes Francisco de Ulloa i don Cristóbal de Cuevas, i de regidores, don Luis de Toledo, don Miguel de Velasco, Pedro de Aguayo, Juan Gómez, Gaspar de Vergara i Juan Gallegos, i escribano Domingo Lozano. De los demás vecinos solo hallamos nombrados a Gaspar Villarroel i a Pedro Lloverá. Con mucha parte de su caudal contribuyó para esta fundacion el licenciado don Bartolomé Rodrigo Gonzalez Marmolejo.
Volver

(113)

Suarez de Figoroa en su citada historia.
Volver

(114)

Este hecho de armas consta de una informacion levantada en la Concepcion el año de 1568 ante el oidor Peralta, a peticion de Nuño Fernández, que se halló en ella. Se halla hoy este documento en poder de don Felipe de Figueroa vecino de dicha ciudad, descendiente del expresado Nuño. En ella se dice que los indios eran 4000.
Volver

(115)

Suarez de Figueroa en su citada historia.
Volver

(116)

Don Alonso de Ercilla se hallaba en la Imperial, i en su Araucana no trae este hecho de armas. El doctor Suarez de Figueroa atribuye este silencio a venganza del autor por la sentencia de muerte con que le oprimió don García, i se queja de que hable del ejercito español como de un cuerpo acéfalo, por que silencia el nombre de don García. Los dos autores anduvieron por los estremos. Ercilla mucho silencio de don García, i Suarez de Figueroa se propuso sacarle un héroe tan completo, que ni un solo defecto leve quiso que tuviese. Por salir con su argumento habla mal de Pedro de Valdivia, i escribe peor de Francisco de Villagra poniéndoles injustamente entre los tiranos i codiciosos. Si mas gobiernos hubieran precedido a don García, con esta misma vara les midiera el apasionado doctor. Yo iré por el camino medio con don García, i con los demás gobernadores de aquel reino. Referiré sencillamente sus hechos. No callare ninguno. El público hará un equitativo cotejo de los hechos buenos i malos i juzgará después de la heroicidad de sus dueños. A mí también me quedará el derecho a salvo para hacer  un justo elijo de lo que mereciere.
Se le olvidaría a Ercilla este hecho de armas, que está circunstanciado como la ponemos en la citada informacion, i se distinguieron en el Niño Fernández, Francisco Celada, Alonso de Miranda, Juan de Cabrera, Francisco Gutiérrez, Pascual Urdaneta, Martín Ruiz de Gamboa, i Alonso Reinoso.
Volver

(117)

Es distinto del capitán Orompellu de la batalla de Millarapué.
Volver

(118)

Fueron vecinos de Osorno Luis Gatica, Diego de Rojas, Gaspar Verdugo, Pedro Muñoz de Alderete, Juan Reinoso, Baltazar Verdugo, Juan Inostroza, Alonso Ortiz de Zúñiga, Juan Godoi, Mateo Castañeda, Francisco Cortés, Francisco Tapia, Rodrigo de los Reyes, i  Diego Nieto Ortiz de Gaete.
Volver

(119)

Se distinguieron en esta funcion don Felipe Hurtado de Mendoza, Simón de Pereira, Miguel de Velasco, don Francisco Manrique, don Martín de Guzmán, don Francisco Godo¡, Gabriel Gutiérrez, Alonso de Miranda, Pedro Aranda Valdivia i el Gobernador.
Volver

(120)

Hizo el gobernador el repartimiento de encomiendas por facultad quo le dió el virrei su padre en respiro dado en Lima a 9 de enero de 1557, que se halla copiado en el libro 3 de provisiones de la capital a f. 20. En el mismo libro a f. 48 consta que estuvo en la Concepcion el 20 de enero de 1559 después de haber hecho el descubrimiento del Archipiélago de Chiloé.
Volver

(121)

Dispuso Reinoso levantar un tablado, i en medio de él mandó clavar una aguda espiga de hierro donde, alejándose de todo sentimiento de humanidad i abusando de las leyes de la guerra, hizo que su noble i constante prisionero, cargado de cadenas, se sentase a morir en tan prolijo tormento.
Volver

(122)

En el libro 3 de provisiones de la capital a f. 144 se halla copiada la patente del Gobernador interino dada por don García a Rodrigo de Quiroga en la Concepcion a 7 de junio de 1560, pero no gobernó hasta que don García se embarcó para Lima, pues a f. 221 del mismo libro se ve una provisión librada por el expresado don García en la capital a 22 de enero de 1561, i otra a f. 223 dada en el Tambo de Quillota a 3 de febrero del mismo año, i de Rodrigo de Quiroga no se registra provisión alguna desde 7 de junio de 1560, hasta 19 del siguiente junio en el de 1561, que por orden de Francisco de Villagra se recibió de su teniente de Gobernador el licenciado Juan de Herrera.
Volver

(123)

En la relacion de méritos de este capitán hemos visto lo que decimos de este hecho de armas.
Volver

(124)

En el libro 3 de provisiones de la capital a f. 329, se nos orienta en estos ocursos, mas no dice cuales fueron los desacatos libelos, ni que fin tuvieron. De los Aguirres, dice, que se les siguió causa, i fueron presos, mas tampoco dice que fin tuvo la resistencia a la justicia, ni lo que resultó de su prisión i proceso.
Volver

(125)

Este escandaloso hecho de Peñalosa, que ningún escritor menciona, consta de una dada en el Pardo a 11 de marzo de 1578, a favor de Juan Ruiz de León, pero ignoramos sus circunstancias, por que la citada nada mas dice sobre el asunto que lo siguiente: «Habiéndose ofrecido que Martín de Peñalosa se hubiera alzado en el reino (de Chile) contra nuestro servicio en el gobierno del mariscal Francisco Villagra, fuiste (Juan Ruiz de León) en busca del  tirano con el jeneral  Gabriel de Villagra, i te hallaste en lo de prender i castigar.
Volver

(126)

(El padre Olivares i don Pedro Figueroa afirman que el mariscal Francisco de Villagra no dejó descendencia, porque, dicen no tuvo mas hijo que a Pedro, i este murió en la batalla de Marihuenu. En su testamento otorgado en la Concepcion a 13 junio de 1563 nombra por sus herederos a los indios de su encomienda. Pero de un título de corregidor i justicia mayor de la provincia de Colchagua, dado a favor de Alvaro de Villagra por el gobernador don Martín García Oñez de Loyola en la Concepcion a 30 de mayo de i 593. i que se halla en el lib. 6 de provisiones de la capital a f. 496 v., consta que también Alvaro de Villagra fué hijo del espesado mariscal.
Volver

(127)

Pedro Cortés que nos refiere este hecho, no apunta mas nombre que el de Bernal i el suyo, que es regular que estuviese.
Volver

(128)

Esta expedicion que la actividad de Pedro de Villagra hizo en pocos días, i que parece se ha abultado mucho, consta de la citada en la nota 125. En ella dice el rei: «Os hallasteis (Juan Ruiz de León) con el gobernador Pedro de Villagra en desbaratar un fuerte a los indios en el reino Belén (Perquilabquen) i después en Huachomavida habiendo salido dos escuadrones contra el gobernador i su jente, los desbarataron matando 300, i prendiendo 800 de dichos indios.
Volver

(129)

En 27 de junio de 1561 expidió el papa Pío IV las bulas para que se erigiese en catedral la parroquia de N. S. de la Asuncion de la ciudad de Santiago, capital de aquel reino; la de obispo en el licenciado don Bartolomé Rodrigo Gonzalez Marmolejo, i la que le concede facultad para hacer la ereccion. Se recibieron en 1563 i se le enviaron de Lima donde se hallaba. Dió su poder para que gobernasen el obispado a los licenciados don Agustin de Cisneros don Francisco Jiménez. presbíteros, i pasó a la del Cuzco a consagrarse, de donde volvió en 1564, i verificó la eleccion, de que daré puntual noticia en la segunda parte, cuando haga la descripcion de la capital donde reside esta silla episcopal.
Unos escritores ponen esta eleccion en 1561, equivocados, sin duda, con la fábrica de la iglesia que comenzó el gobernador Hurtado de Mendoza, con respecto a que había de ser catedral. Otros la dan en 1563, equivocados también con la llegada de las bulas, que fué en este año.
En cuanto al primer Obispo de esta Iglesia, también padecieron equivocacion. Unos dan al Iltm. Barrionuevo, siguiendo al maestro Jil Gonzalez Dávila, i otros al Iltm. Medellin, i en su propio lugar se satisfarán estos reparos.
Los fundadores de N. S. de Mercedes fueron los siguientes: frai Antonio Rondon, que ya había estado en Chile con el adelantado Almagro, frai Antonio de Correa, frai Bernavé Rodríguez, frai Juan de Zamora, frai Antonio de Olmedo, frai Diego Jaime, i el hermano lego frai Martín Velasques. Todos estos pasaron a Chile con Pedro de Valdivia. Los que siguen también fueron fundadores, i llegaron en 1556, frai Rodrigo Gonzalez de Carabajal, frai Antonio de Santa-Maria, frai Diego de Villalobos, frai Martín Correa , frai Luis de la Torre, frai Diego Carballo, frai Francisco Ruiz, frai Pedro Mocabildo, frai Francisco Moncalbillo, i los hermanos legos frai Juan Arias i Juan Carrion. 
Volver

(130)

Espiraron estos privilegios con la creacion de obispados en las Indias; así consta de varias declaraciones de la Sagrada Congregacion de Cardenales. Sirvan las siguientes: en virtud de dichos privilegios, pretendieron los regulares de la extinguida Compañía de Jesús en el Nuevo Reino de Granada, bendecir ornamentos i consagrar aras i bazos, i su Arzobispo, don Fernando Arias de Ugarte, no quiso permitirlo. Se ocurrió a Roma, i la Sagrada Congregacion resolvió a favor del Arzobispo por su decreto de 19 de febrero de 1622. «Sacra Rituum Congregatio, dice, in causa, vertente inter Archiepiscopum Santae Fidei Regni de Granada Indüs Occidentalibus et Reverendos Patres societatis Jesu ex altera parte, audita relatione illustrissimi cardinalis sacrati, cui fuerat commissa, et citato, et audito Procuratore jenerali dictae societatis, censuit posse Prælatos, et reliquos Patres jesuitas benedicere paramenta, aliaque ornamenta Ecclesiástica, in quibus non adhibetur vero Servitio non posse. Ea veró in quibus adhibetur sacra unctio, neque pro ipsorum, neque pro aliorum servitio posse benedicere vel consecrare.»
I pocos años despues, declaró por otro decreto de 22 de marzo de 1625, que debia entenderse lo mismo con los religiosos dominicanos, franciscanos i mercedarios. Con todo esto no dejaron los religiosos conversares la pretensión; i la Sagrada Congregacion se vio estrechada a repetir sus decisiones. «Sacra rituum congregatio, vuelve a decir, censuit et declaravit extendi debére praefata decreta contra omnes Patres societatis Jesu, ac relijiosos ordinum sanctorum dominici, francisci, augustini, ac Beatae Mariæ de Mercede Redemptionis Captivorum, existentes in civitate, et Diocesis Limana, et ibi servari, hac die 30 septiembre 1628.»
Todavía no terminó aquí. Este golpe de declaraciones no fué bastante para apagar aquella centella. Puede I mucho el goce de un privilegio con visos episcopales, i después suspendido, causa mucha dificultad i mucho sentimiento el perderle. Fué menester que la Sagrada Congregacion echase el último fallo en el decreto que sigue: «Sacra Rituum congregatio respondit, in suprascriptis decretes, et ita servari mandavit in civitate, et Diocesi Limana, hac die 21 augusti anni 1632.»
Todo esto fué menester para la extincion de aquellos privilegios, i fueron pasadas estas declaraciones por el Supremo Consejo de Indias en 0 de marzo de 1634.
Volver

(131)

Sesmo era un defalco establecido por el Gobernador Hurtado de Mendoza del oro que se estraia de las minas para que sirviese a beneficio común de los Indios de cada encomienda, de que ya  hemos hablado.
Volver

(132)

Esta inicia adulacion causó entonces en Chile muchas muertes, i después i al presente muchos perjuicios. Es una de las causas que poderosamente influyen en el despotismo de los Gobiernos de América. i que en nuestros tiempos se esperimenta con irreparables daños, i como aquello mismos colonos la ponen, justo es que lleven sus consecuencias.
Volver

(133)

Estos vecinos eran: Albaro de Mendoza, Juan Cimbron, Francisco Mendoza, Alonso Cortes de Zúñiga, Diego López de Monsalve, Diego Yupré, Francisco Yupré, Gregorio Sánchez, Gregorio Blas, Francisco de Toledo, Carlos de Molina, Andrés Valdenebro, Antonio Zapata, Francisco Peña, licenciado Escobedo, Juan Ruiz de Leon, Juan Nuñez, Diego Vasques de Pandilla, Francisco de Lugo i  Hernando de Alonso.
Volver

(134)

Ya no volveremos a hablar de Francisco de Aguirre, i será bien demos alguna noticia de su origen. Fué natural de Talavera de la Reina en Extremadura, hijo de padres nobles. Siendo alférez se hallo en el asalto de la Ciudad de Roma, i se le comisionó la salvaguardia de un monasterio de religiosas. Por este servicio le dispensó el Papa el impedimento de sanguinidad que tenia para contraer matrimonio con su prima doña Costanza Meneses, i el rei le premio con el corregimiento de su patria. Pasó a las Indias, i fué correjidor de la ciudad de la Plata de donde se trasladó a Chile con Pedro de Valdivia, i fué uno de sus conquistadores. Reedificó la Serena: fundó la ciudad del Barco, le dió esta denominacion para perpetuar la memoria de su segundo apellido. Conquistó la provincia de Tucumán, i fué teniente de Gobernador de ella, i de la de Cuyo. Su hijo don Fernando casó con doña Isabel Matienzo, hija de un Ministro de la Audiencia de Charcas, de donde trae su dependen esta ilustre familia que hasta  hoy se ha perpetuado en  la  Serena.
Volver

(135)

En Osorno se descubrieron unas minas de oro tan subido, conocido por el oro de Ponzuelo, que sus quilates llamaban a los mercaderes, que preferían su cambio a todo el que se estaría de, otras mineras. Francisco Castañeda se presentó pidiendo que se ligase de modo que tuviese seis quilates menos, para que igualase con el demás oro i fuese igual el tráfico en todas las colonias de aquel Reino.
Volver

(136)

Rosales, Historia espiritual de Chile, lib. 2.° cap. 6, núm. 2.
Volver

(137)

Estas señoras fundadoras fueron doña Isabel Zúñiga, doña Francisca Terin de Guzmán, doña Beatriz de Mendoza, doña Isabel de los Anjeles, doña Jerónima de Acurcio Villavicencio, Ana de Concepcion, i doña Ana de Cáceres.
Volver

(138)

Tiburcio de Heredia sirvió en Flandes i pasó a Chile con don Alonso de Sotomayor.
Volver

(139)

Sirvió en Flandes con Sotomayor, que lo llevó a Chile. Antes no había estado en aquel reino como supone un autor.
Volver

(140)

Estos fueron: Pedro Cortes, Martín de Avendaño, Juan de Ocampo, Francisco de Hernandez, Juan Ruiz de León, Francisco de Herrera i Juan de Guzmán.
Volver

(141)

No hai un solo escritor que nos diga en que tiempo se volvió a reedificar esta plaza, ni yo lo he hallado en ninguno de los instrumentos que he registrado para escribir esta obra. Después de su despoblaron, nadie habla hasta ahora de ella, i de aquí podemos inferir que la reedificó el coronel don Luis de Sotomayor, en virtud de la orden que le dió el gobernador para asegurar lo conquistado.
Volver

(142 )

Esta prisión la hizo el alférez Juan Martín, que le hallo escondido en un cañaveral, que en el país llaman Coligual, i es un bosque de cañas bravas que en idioma chileno se llama colín. Levantó Juan Martín la espada para quitarle la vida, i se puso de rodillas Paineñamcu pidiéndosela para reconciliarse con la Iglesia, descubriendo ser el apóstata Alonso Díaz.
Volver

(143)

El mismo don Alonso de Sotomayor, en una merced de encomiendas de Indios que hizo a Nuño Hernandez que se halló en esas funciones, pondera el estrago, que hubo de una i otra parte. Lo mismo hace el Gobernador Martín García Oñez de Loyola en otro igual instrumento, despachado a favor de Francisco Vinza que también se halló en ellas. Pero en ninguno de los dos instrumentos se refiere el número de los muertos.
Volver

(144)

Esta increíble victoria ganada por 46 españoles contra 6,000 indios, que para cada uno de aquellos habían 130 de estos, sin muerte de ninguno de ellos, consta de tres instrumentos autorizados en toda forma.
Primero: una merced de Indios dada por el mismo Gobernador don Alonso de Sotomayor a favor de Francisco Ortiz de Atenas. Segundo: otra del Gobernador Martín García Oñez de Loyola librada a Pedro Gutiérrez de Mier. Tercero: una certificacion de Pedro Castro dada a Francisco de Vinza. A estos instrumentos debemos la noticia del hecho de armas en que Ortiz de Atenas, Mier i Vinza se hallaron con el maestre de campo Alonso García Ramón; nos quedamos con el sentimiento de ignorar quienes fueron los otros 42 valerosos soldados para trasmitir su memoria a la posteridad.
Volver

(145)

Estos fueron Lorenzo Galdames, Juan Lazarte, Juan Toledo, Juan Montiel, Becerra, Duarte, Alomo Sánchez, Salvador Sánchez i Pedro Escobar. Los dos últimos murieron en la funcion. No he podido adquirir quienes fueron los dos capitanes que también perecieron, i me queda el dolor de no dar a sus descendientes, si los tuvieron, la noticia de su recomendable mérito i bizarría.
Volver

(146)

Esta fué la primera tropa de caballería que tuvieron los indios, i hola hacen ventaja a las nuestras.
Volver

(147)

En el desembarco que mandó hacer Canvendish en el puerto de Quinteros, quedo en Chile Tomas Hernandez, poblador de una de las ciudades del Estrecho, de quien hemos hablado anteriormente.
Volver

(148)

Lan ciudades según el orden de su antigüedad eran: La Capital, Serena, Concepcion, Imperial, Valdivia, Villarrica, Confines, los Infantes, Osorno, Mendoza, San Juan, Castro i San Bartolomé de Gamboa. Las plazas: Angol, Arauco, Duao, Butagan, Quipolemu, San Fabián, Puren, San Jerónimo, San Felipe de Austria, Santa Cruz, Huadaba, Lebu, Tucapel; i dos fuertes en Tolten, cuyos nombres ignoramos. Los lugares: Copiapó, Quillota i Valparaíso.
Volver

[149]

El rei: Don Alonso de Sotomayor, comendador de Villamayor, de la orden de Santiago, mi Gobernador i capitán jeneral de la Provincia de Tierra firme, i Presidente de la Real Audiencia de ella: Ya tendréis entendido el estado de las cosas de Chile, etc. etc. (Véase esta R. C. en el tomo V. de esta coleccion páj. 77 de la Relacion de los servicios de dora Alonso Sotomayor, por Caro de Torres).
Volver

[150]

Estos eran los indios de algunas parcialidades que se dejaban libres de tributos con obligacion de servir en la guerra.
Volver

(151)

Algunos escritores afirman que el licenciado Vizcarra despobló los Infantes, pero no fué así, porque el mismo licenciado afirma lo contrario en una certificacion dada a favor de don Juan Rodolfo Lisperger en la capital a 15 de marzo de 1602. En ella dice así: "Por haber quedado con la muerte de mi antecesor don Martin García Oñes de Loyola en mucho riesgo la ciudad de los Infantes, nombré de sargento mayor para comandante de ella a don Juan Rudolfo Lisperger, el cual me vino desde ella a pedir a la Concepcion con mucho riesgo por el mes de marzo socorros de tropa municiones, i Habiéndoselos dado, volvió con ellos i mantuvo la ciudad hasta que por la duracion del asedio, la redujo a un fuerte en que se guarecieron los vecinos i soldados, resistiendo muchos asaltos con pocos soldados i pocos bastimentos, hasta que en tiempo de mi sucesor, se despobló, a tiempo que abandonó la ciudad Imperial.
Volver

(152)

Sentimos ignorar los nombres del sargento mayor i del gobernador. Todas las relaciones que hemos visto de esta desolacion, les nombran por sus empleos i callan sus nombres i apellidos.
Volver

(153)

Así lo escriben don Jorge Juan i don Antonio de Ulloa, aunque don Basilio de Rojas afirma que volvió a Holanda i desembarcó en el puerto de Mora.
Volver

(154)

Todos los que hasta entonces gobernaron a Chile fueron de estés reinos, efecto de preocupaciones centra aquellos colonos que son hombres como todos.
Volver

(155)

Advierto que conformándome con las disposiciones de mi Santa Madre la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, i con lo dispuesto por la jeneral inquisicion, en  su decreto expedido en 1625, i su declaracion echa en 1631 por N. M. S. V. Urbano Papa VIII de este nombre i confirmado por otro de la misma inquisicion dado en 1634: lo refiero como historia, i sin darle ni pretender se le de veneracion de mártir.
Volver

(156)

La serie de operaciones que hemos referido en la defensa que hicieron los osorneses, consta de dos certificaciones. Una a pedimento del capitán Pedro Ortiz de Gatica Abálos i Aranda dado en la ciudad de Osorno, por su Gobernador don Francisco Figueroa de Mendoza, en 12 de octubre de 1601, refrendada de Fernando Frías, escribano público, i la otra a pedimento del mismo, librada por el capitán Jerónimo de Pedraza en Carelmapu a  20 de enero de 1602, refrendada de Fernando García Parral, escribano público que estaba presente. Ambas se hallan en el libro de provisiones del cabildo de la capital número 53 páj. 212 i siguientes. Por ellas se vé: que el coronel don Francisco de Ocampo no fué Gobernador de la ciudad de Osorno, como afirman los mejores escritores; que no quedaron en Osorno religiosas del monasterio de Santa Isabel, como escribió el padre Alonso de Ovalle; i últimamente que no quedaron españoles que pudiesen establecer la imaginaria colonia que han pretendido algunos demasiado crédulos de la plaza de Valdivia, i lo dan el nombre de la ciudad de los Cáceres. A su, tiempo diremos el orejeen de esta patraña, i espondremos nuestra opinión sobre este punto.
Volver

(157)

Sin duda que algunos superiores en aquellos remotos paises están persuadidos que con el Gobierno se les concedió también una suprema autoridad, que no deja arbitrio a la queja, i acompañada de una ciencia infalible que no puede errar, pues les vemos darse por agraviados del mas bien fundado recurso, i hacen al apelante todo el daño que pueden (i pueden mucho) en la dilatada duracion de sus Gobiernos.
Volver

(158)

De este capitán ha en Chile ilustre descendencia, conocida con el último apellido.
Volver

(159)

Los indios de Chile van desnudos a la guerra, i nada mas llevan que el caballo, la lanza i un talego de harina a la grupa; hágase ahora la cuenta de los despojos del padre Luis. Todo el botín se reducía en aquel tiempo a recuperarlos ganados, que quitaban en las estancias de los españoles, i a las personas que hacían prisioneras.
Volver

(160)

Este capitán sirvió al rei en Flandes en la compañía de don Bernardo de Mendoza, i tercio de don Lope de Figueroa. Se halló en la jornada de los Guerguenes, i fué prisionero en Mastric. Pasó a Namur con don Juan de Austria, i al socorro de Limas, Felipevillo, i Mastric. Se halló también en las batallas de Venelu i Malinas i recibió cuatro heridas.-Dejó en aquel reino noble descendencia.
Volver

(161)

El padre Diego Rózales, que escribió poco mas de 30 años despues, nos dice que Liperger salió a divertirse viendo trabajar a los soldados destinados a hacer carbón: i algunos de los escritores del siglo presente afirman que salió a recibir un convoi. Sea lo que se fuere, el salió de la plaza, que según reglas militares no debió hacerlo, i pago su imprudencia con la vida, después de haberse hallado en 19 batallas.
Volver

(162)

Cuando llegó a Lima la real cédula, era virrei don Juan de Mendoza i Luna, tercer marques de Montaclaros.
Volver

(163)

La asignacion de sueldos fué la siguiente: al maestre de campo 137 pesos 4 reales cada mes. Al sargento mayor 68 pesos 6 reales; al auditor de guerra 33 pesos 5 reales; al veedor jeneral 165 pesos i real; a cada uno de los ayudantes 27 pesos; al capellán 34 pesos 5 reales; al cirujano mayor 28 pesos 5 reales; a cada uno de los segundos cirujanos 20 pesos 5 reales; a un interprete 7 pesos a reales, a cada uno de los 40 capitanes reformados de la compañía del Guión 17 pesos 7 reales; a cada uno de los 15 capitanes de infantería 68 pesos 6 reales; al alférez  27 pesos 4 reales; al sargento 16 pesos 4 reales; al tambor 1 pesos 4 reales; al cabo de escuadra 11 pesos 4 reales; al mosquetero 11 pesos 4 reales; al soldado 8 pesos 6 reales; a cada une de los 7 capitanes de caballería 80 pesos 4 reales: al alférez 27 pesos 4 reales al cabo de escuadra 13 pesos 6 reales; al trompa 13 pesos 6 reales; al soldado 11 pesos 4 reales.
Volver

(164)

Los escritores de Chile, siguiendo a Tesillo, afirman que por equivocacion se estableció la Audiencia en la capital. i se fundan en que la real cédula dice: "asistirá la real Audiencia en la ciudad de Santiago donde ántes solía estar.» Esta cláusula pudo haberse puesto por equivocacion del oficial que entendió la cédula, falsamente persuadida de que antes estuvo en  Santiago. equivocacion parece mas natural que la primera.
Volver

(164 bis)

Pedro Cortés i Monroi, natural de Medellin en Extremadura, sin duda alguna descendía de la misma estirpe que Hernán Cortés, conquistador de Méjico, pues fueron de un mismo país, i de unos mismos apellidos, i tan semejantes en el valor, i prudencia, que en la América no hubo otro igual a ellos. Mereció el renombre de Cesar chileno, porque sí esgrimía con destreza la espada, ponía con asiento la pluma, de modo que para aquella i su consejo, era pequeña conquista la de una nacion, aunque tan belicosa como la chilena. Pero con todo de poco le valieron estas bellas cualidades; tuvo la desgracia (mas bien diremos la infelicidad que fué de Chile) de no mandar en calidad de jefe, sino ordinariamente bajo las ordenes de otro. i no ha¡ que admirar en esto. Es coman queja de aquel reino (dice el señor Abate Olivares en su historia de Chile) «que lo que ganaron los valientes i animosos, lo coman los poltrones; i que para ayudarse a subir sean mejor escala la tramoya, i el engaño, que el mérito labrado con la espada. e Su valor i su prudencia subieron tanto de punto, que fueron mas que de hombre: i cuanto tuvo de animoso tenia de benigno, urbano i cortes, porque un esclarecido valor jamas dejó la compañía de los buenos comedimientos. Pasó a la América con don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer Marqués de Cañete, i a Chile en 1557 con su hijo don Garcia Hurtado de Mendoza. Sirvió desde la clase de soldado hasta la de coronel, i se halló en 119 batallas, que no tiene ejemplar en la historia. Felipe III por real cédula dada en Madrid a 29 de marzo de 1615, premió el mérito de este adalid con 4,000 pesos anuales situados en encomiendas vacantes de indios de aquel reino; i sino las había le consignó 10,500 en sus arcas reales. No gozó de esta gracia, porque viajando para Chile en 1617, falleció en Panamá; pero recayó el premio en su nieto Pedro Cortes, a quien Su Majestad, por real despacho librado en el Pardo a 31 de diciembre de 1697, referente a su real decreto de 8 de enero del mismo año, en que se incluye la citada real cédula, le declara el mérito de su abuelo, i le hizo merced de título de Castilla, nombrándole vizconde de Piedra Blanca, denominacion que quedo suprimida con el titulo de Marqués de Piedra Blanca do llana i lograron hasta hoy sus descendientes en aquel reino, que tienen su vecindad en la Serena.
Volver

(165)

Diremos lo que es servicio personal. En premio del mérito daban los gobernadores del Perú i Chile cierto primero de indios, i le llamaron repartimiento i encomienda por la similitud con esta en la percepcion de la pensión anual Estos indios tributaban al benemérito que recibía la merced; i finado este se declaraba  bacante el repartimiento, i se daba a otro, o. se incorporaba en la real corona. Los españoles viciaron esta gracia, i la llamaron servicio personal; porque no contentos con el tributo, se servían de los indios, de sus mujeres i de sus hijos, sin pagarles otra cosa que un mal vestido. De modo que estaban los indios en realidad esclavos con título de libres, i de peor condicion que el esclavo, porque a este se le asiste i trata con cuidado, porque no muera; mas al indio, sino con abandono, con indiferencia, porque nada pierde el señor en su fallecimiento. Todavía quedan en Chile algunos repartimientos. Si se usara de ellos según las ordenanzas que se establecieron para su gobierno, serian útil al estado, al señor, i al indio. Pero todo se vicia i todas las leyes se atropellan, cuando media el interés. Esto prohibió la real piedad por sus reales cédulas de 8 de diciembre de 1610, i 25 de julio de 1620, i otras posteriores.
Volver

(166)

No pretendo justificar la conducta del obispo, ni ménos hacer odiosa la de aquella Audiencia. Pero si este ultraje de la dignidad episcopal [o dígase si se quiere de la persona del reverendo padre, frai Juan. Pérez de Espinosa, que no habrá lógico objetivista por mui ignominioso que sea, que pueda separar i prescindir de su persona la dignidad episcopal,] i no fué bastante motivo para separarse de su iglesia; lo cierto es que por causa de poco momento, i aun frívola dejó la suya el prodigioso obispo Silvano (1 . Era su obispado en Francia, no podía sufrir los fríos, i se estiró a Constantinopla. Murió después el obispo de Troya, país templado, i admitió Silvano la percalina. Murmuraba aquella ase de hombres que parecen hacen profesión de vindicar i fiscalizar a los religiosos, i a todo eclesiástico, ciegos para todo lo bueno que reluce en ellos, i unos linces para divisar hasta sus mas lijeras imperfecciones: i justificó Dios su conducta con un milagro, que puede verse en el autor citado. Pero lo quo mas hace a nuestro intento, es que no le valió hacer milagros por un enredo que hizo el demonio representando la persona del obispo, i fué este venerable obispo ultrajado, preso, i sentenciado a la horca. Le liberto Dios, i volvió a justificar su conducta con otros tres prodigios. Entonces todo su pueblo se le postró a los pies, pero el virtuoso prelado no quiso mas la mitra.
Por esta parte parece que el Iltmo. Espinosa pudo dejar su obispado. I si se considera que su pueblo no le miraba bien, nadie podía negarle la razón. Entró este prelado en desavenencias con algunas religiones monacales sobre el conocimiento de causas civiles i otros puntos, sobre que representó al rei i ganó de su real piedad la aprobacion de sus procedimientos en una real cédula dada en Valladolid a 3 de abril de 1610. Esta no tuvo efecto. Interpuso nuevo recurso, i libró el rei otra en Madrid a 17 de febrero de 1611, mandando a la audiencia de aquel reino diese el favor necesario para que se cumpliese i obedeciese lo mandado por el Iltmo. Prelado. De este modo sino se hizo odioso, por lo ménos ni le miraba con amor un pueblo devotísimo de las religiones que ilustran a Chile con su sabiduría i virtud.
Recayó este lance sobre otro ocurrido con sus prebendados. El capítulo de su iglesia nombró adjuntos para que con el provisor conociesen en la causa de un prebendado, i el obispo castigo a los adjuntos porque admitieron la comisión. Apeló el capítulo al Metropolitano, i aunque modero la sentencia del obispo, declaró que no podía nombrar adjuntos, i desde entonces quedó desavenido con su cabildo.
De todo esto tal vez se hizo cargo la real piedad, para dejarle quieto en el retiro de su convento, i no estrecharle a que regresase a su iglesia. I aunque por el hecho de no quererse restituir a ella, parece que renunció, i por derecho quedó privado de su obispado, mayormente si corre con igualdad la tácita i espera renunciacion, como afirman muchos doctores fundados en el cap., extransmissa, de renunciat: con todo el rei no procedió a la presentacion de prelado para la desamparada iglesia, por dejado de su esposo, ni dió la corte un paso sobre ello, hasta que murió su Reverencia.»
Volver

(167)

Don José Basilio de Rojas en sus apuntes de las cosas de Chile nos da la historia de Spilberg, que hemos referido. Pero don Antonio de Ulloa i don Jorge Juan en su viaje a la América Meridional, nos dicen que fué desecha su escuadra en Filipinas por don Juan Ronquillo.
Volver

(167a)

Historia de Chile, libro 3.° cap. 2 ).
Volver

(168)

El virrei dispuso que pagasen anualmente ocho pesos i medio distribuido del modo siguiente: 6 para el señor o encomendero: uno i medio para el párroco; medio para el corregidor por el derecho de visita, i otro medio para el protector por sus defensas. Los de la provincia de Chiloé se trazaron en 7 pesos 2 reales por cabeza, i en 8 los de la de Cuyo.
Volver

(169)

Mita erradamente dice mitad el testo es cierto número de indios proporcionado al que tiene la parcialidad, que deben  trabajar  por  partidos alternándose cada 15 días,
Volver

(170)

Don Jerónimo Quiroga en su memoria de las cosas de Chile.
Volver

(171)

Tienda llaman en América a lo que aquí se llama lonja.
Volver

(172)

Algunos escritores de Chile nos ponen esta batalla, i la funcion de Chillan con el Corregidor Osorio en el año 1619 en el gobierno de don Lope de Ulloa i Lemos. Las atribuyen al Genera Lientur, i por ellas condenan la conducta de este gobierno. Son autores clásicos, i esto mismo me pone en la indispensable necesidad de justificar la data i colocacion que les doi. Es cierto que don Francisco Nuñez de Pineda en su Cautiverio feliz [discurso 1.° capítulo 3.°] a quien parece siguieron, refiere estas dos batallas, i pone a la margen la data del año 1619. La equivocacion de don Francisco está bien clara. En el discurso 1.° capítulo 2.° afirma que por disposicion de su padre sentó plaza de soldado de edad de 16 años, en el de 1625. Siendo asi, aunque pudo ser capitán antes de ser soldado, que en Chile hai en nuestros días ejemplares de capitanes, que ni antes, ni después de serlo fueron soldados, pero no pudo hallar se en la batalla de las Congregares, ni ser Comandante de aquella tropa, ni prisionero, porque no debía tener cumplido 10 años; i en esta tierna edad no le habían de enviar a la guerra. En el discurso 12, cap. 4, habla de su rescate, i dice; que a los 6 meses i 14 días le entregaron los indios a don Luis Fernández de Córdoba en la plaza del Nacimiento, a principios de diciembre de 1629, de que se infiere haber sido la batalla en mayo del  mismo año. I aunque concediéramos que fué su rescate en fin del año 1629, después de tres años i medio de cautiverio, como quieren algunos, nunca se verifica fuere la batalla en 1619, ni en el gobierno de don Lope de Ulloa i Lemus.
El padre Diego Rosales, don Jerónimo de Quiroga i don José Basilio de Rojas, también escritores de Chile, ponen estos hechos de armas en 1629, i el padre Rosales escribió poco después de esta data. Don Santiago de Tesillo, que llegó a Chile poco después de rescatado el capitán Nuñez de Pineda, en su historia de don Francisco Lazo de la Vega, dice: que en setiembre de 1629 llegó de Chile a Lima la noticia de la desgraciada batalla de las Cangrejeras, i no se la sabia de haber demorado al Perú el dilatado término de 10 años. Pero lo que quita toda duda es Felipe IV que en su Real Cédula dada en Madrid a 20 de setiembre de 1630, dice que la derrota del corregidor de Chillan fué el 14 de abril de 1629, i al mes siguiente la desgracia do las Cangrejeras.
Volver