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Crónicas
Historia de Todas las Cosas que han Acaecido en el Reino de Chile y de los que lo han gobernado (1536-1575)
I. Que trata de la descripción y tierra de Chile desde el Valle de Copiapó, al principio y entrada, hasta la ciudad de Castro, último del reino

Es el reino de Chile y la tierra de la manera de una vaina de espada, angosta y larga. Tiene por la una parte la mar del Sur, y por la otra la Cordillera Nevada que lo va prolongando todo él; y habrá en esta distancia de la mar a la Cordillera, por unas partes diez y seis leguas, y por otras diez y ocho y veinte por lo más largo y así poco más o menos. La Cordillera está nevada todo el año, y es tan brava a la apariencia de la vista, como lo es la que pasar y divide a Italia de la Francia y a Alemania de la Italia, y hay por ella valles que se pasan a sus tiempos de la otra parte, y así la andan los naturales en sus contractaciones, y españoles la han pasado algunas veces para tomar plática de la tierra. Esta distancia que hay desde la mar del Sur a la Cordillera está poblada de indios, en unas partes más y en otras menos, conforme a la condición y disposición de la tierra. Hay desde el valle de Copiapó hasta la ciudad de Castro trescientas leguas, todo poblado de naturales, y en esta longitud diez ciudades pobladas de españoles. La gente de este reino es belicosa conforme a la constelación de cada ciudad en donde está poblada. Hay muchas minas de oro ricas por toda la tierra, y es la gente de ella de mucho trabajo, buen servicio y entendimiento, aunque bárbaros. Tiene muchos ríos, que corren desde la Cordillera Nevada a entrar en la mar del Sur, de mucha agua, en los cuales no se halla oro, mas hállase en otros ríos menores, en donde se saca. Son las mejores aguas que se cree haber en el mundo y más sanas; y es la tierra de tan buenos aires y tan sanos, que no se ha visto enfermar nadie por ellos. En unas partes llueve mucho los inviernos y en otras poco, conforme a los grados en que está la tal tierra; porque en trescientas leguas es cierto ha de hacer diferencia en unas partes más que en otras. Hay así mismo por la Cordillera muchos volcanes por toda ella que echan fuego de sí de ordinario, y más en el invierno que en el verano, y muchos lagos al pie de los tales volcanes, y cerca de ellos muchos metales de cobre, plomo, hierro, bronce, en grandísima cantidad. En unas partes se cría la comida, que son simenteras en el campo, con agua que sacan de los ríos y la llevan por acequias a regar sus heredades, como es en Santiago y ciudad de la Serena; en las demás del reino críase con agua llovediza. Es en parte tierra llana y en parte doblada de valles y cerros ásperos, aunque muy fructíferos, y es la gente muy suelta. Andan vestidos con unas camisas sin mangas y algunos traen zaragüeles: traen el cabello cortado por debajo de la oreja y por cima de los ojos. Es gente bien agestada, por la mayor parte blanca, bien dispuestos, amigos en gran manera de seguir la guerra y defender su tierra, para lo cual han grandísima obediencia a sus mayores, y tienen por orden cuando quieren pelear, y saben que extraños entran en sus tierras, ponelles en el camino ramos de un árbol, que los españoles llaman canela, y en ellos atravesadas flechas untadas con sangre; y cuando quieren servir y estar a lo que les mandaren, les ponen en el camino ramos de arrayán, dando por allí a entender la voluntad que tienen. Nunca jamás han peleado con españoles, que han sido infinitas veces, que primero no lo hagan saber y envíen a decir. Son grandes enemigos de españoles y de toda gente extranjera, y entre sí la gente más bien partida que hasta hoy se ha visto en las Indias. Cógese mucho trigo, cebada y todas las demás legumbres de España se dan muy bien: danse las frutas y los árboles de ella mejor que en España; porque es cosa de admiración la mucha fruta que produce, en especial en estas dos ciudades que es donde dicho tengo que se da en tanta abundancia; porque en las demás del reino, conforme al temple que tienen dan lo que se planta. Críanse buenos caballos, mucho ganado de toda suerte, lanas muchas y muy buenas colores para tinta. La mar y la costa de ella tiene grandes pesquerías, buenos puertos para navegantes. Córrese toda la costa del reino de Chile norte y sur, los cuales dos vientos reinan todo el año, aunque algunas veces hace viento poniente que llaman en el reino travesía: éste viene tan pocas veces, aunque esas veces trae grandísimo ímpetu e braveza. No se conoce otro viento alguno que traiga fuerza, si no son los dichos. Hay muchas perdices en grande abundancia y muy buenos halcones de caza, y otras muchas cosas buenas que este reino en sí tiene, las cuales la guerra ordinaria no ha dado lugar a descubrir. Esta tierra, a la mucha fama que tenía de oro, la salió a descubrir el Adelantado don Diego de Almagro desde el Perú por la orden que adelante se dirá.