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Fuentes Bibliográficas
Segunda parte.
Capítulo X. Provincias de Arauco, de Concepción y de Ñuble.

Provincia de Arauco

Esta provincia de creación reciente, fue formada en 1852 a expensas de la parte austral de la de Concepción. El grandor relativo de esta última y la necesidad de atender de más cerca a la civilización de los indios hicieron decretar esta nueva división territorial, cuyos límites, al este y al oeste, son los Andes y el océano Pacífico; al sur, la provincia de Valdivia, y al norte, los ríos Laja, Tubuleo y Carampangue. La isla de Santa María se encuentra comprendida en su jurisdicción.

En esta provincia es donde comienza la sección agrícola de la República.

La cadena central de Nahuelbuta, una de las más elevadas y mejor caracterizadas de las montañas intermediarias de la República, asigna en Arauco límites bien marcados al valle de la cordillera y al de la costa. El primero es atravesado al norte por el Biobío y sus numerosos tributarios; en el centro, por el río Imperial, y al sur, por el Toltén. E1 segundo, además de la continuación de estos dos últimos ríos, cuenta una multitud de riachuelos que sacan su origen de las montañas de Nahuelbuta y van a desembocar directamente en el océano, como el Carampangue, el Leuvu, el Leullén, el Tirúa, el Budi y otros de menor importancia o que no han sido bien explorados. Los lagos principales de la provincia son los de Villarrica, de Gualletue, en el valle central de Hicura en el de la costa.

La exploración hecha en 1855 por orden del gobierno, a lo largo de la costa de Arauco, para el descubrimiento de los puertos de que tanto se había hablado, ha puesto fuera de duda que no se encuentra allí más que el Toltén, situado en el límite de la provincia de Valdivia, que merezca verdaderamente llamar la atención y que se califique como un establecimiento importante. A1 presente, la provincia no tiene otro puerto que el de Arauco, en la bahía del mismo nombre, por los 37° 15' lat. S.

Los paralelos de latitud entre los cuales está encerrado este territorio, muestran ya bastante cual deba ser su clima; así los cereales y la viña se dan en abundancia y se dedican con muy buen éxito a la cría de toda especie de animales. El comercio que se hace de ellos con el norte forma una de las entradas más considerables de esta comarca. Se ha encomiado demasiado la fecundidad de su terrenos y la riqueza tradicional de sus minas; es preciso precaverse contra estas exageraciones. E1 terreno del valle de la costa necesita de abono al cabo de algunos años de cultivo, lo mismo que el de Valdivia: sólo a lo largo de la cordillera es bien marcada la excelencia del suelo; pero bosques casi impenetrables hacen allí generalmente difícil la explotación agrícola. Selvas de araucarias y manzanos silvestres han despertado la atención de los viajeros, quienes, entusiasmados con el recuerdo de la antigua gloria militar de los indios, no han dejado nunca de añadir algo de maravilloso a la relación de su permanencia en Arauco.

Tres departamentos componen la división política de esta provincia: Arauco propiamente dicho, situado en el valle de la costa; Nacimiento, al este del precedente, y Laja, asiento de la capital y que ocupa el valle central y sus dependencias.

Aunque la administración política y militar de la provincia está organizada del mismo modo que la de las demás divisiones políticas de la República, la necesidad de llamar allí la emigración extranjera la ha colocado por ley bajo la administración del jefe supremo del Estado. Arauco goza de los mismos privilegios excepcionales que Valdivia y el territorio de Llanquihue.

Las ciudades y aldeas merecen apenas mención. En las construcciones, la tierra pisada con paja de trigo cortada y a veces ladrillos y tejas cocidas, comienzan a reemplazar la madera que, como lo hemos visto, es la única materia primera empleada en las comarcas del sur.

El efectivo de la guardia nacional no es sino de 3.133 individuos, de los cuales 1.091 son de infantería y 2.042 de caballería.

El estado de la instrucción pública es naturalmente atrasado, porque esta sección del país ha sido considerada hasta la época reciente de su elevación a la categoría de provincia más bien como frontera militar que como colonia. Así, sobre 9,12 personas no se encuentra más que una que sepa leer y escribir y una sobre 7,61 que sepa leer solamente.

E1 número de las propiedades territoriales, sus entradas calculadas y el diezmo tomado de sus productos al estado natural, en el año 1852, se reasumen en las cifras siguientes(70).

Provincias
Departamentos
Propiedades
Entradas
Diezmo calculado
Arauco Laja
639
70.383
?
Arauco
264
25.805
1.663
Nacimiento
53
22.330
906
Total
956
118.518
?

El movimiento comercial de Arauco, como el de las provincias de Concepción y del Ñuble puede solo circunscribirse a los puertos de la bahía de Concepción, los únicos al presente por donde se exportan los productos.

PROVINCIA DE ARAUCO 1855

Departamentos

Subdelegaciones

Inspectorías

Parroquias

Población

Hombres

Mujeres

Escuelas Gratuitas

Escuelas Particulares

Colegios

Hospitales

Laja

15

73

4

24.407

12.410

11.997

9

1

-

1

Nacimiento

2

14

1

9.191

4.820

4.371

5

3

-

-

Arauco

3

20

1

9.868

5.005

4.863

1

-

-

-

Total

20

109

6

43.466

22.235

21.231

17

4

-

1


Cabeceras de departamentos
Su renta $
Aldeas
Los Angeles
6.885
Antuco
Nacimiento
7.522
Santa Bárbara
Arauco
780
--
3
15.147
--

Comparación del censo de 1844 con el de 1854

Departamentos
1844 población
1854 población
Diferencia
Laja
18.680
24.407
5.727
Nacimiento
estos dos departamentos son de nueva creación.
--
Arauco --
Total
18.680
24.407
5.727

Antes de dejar esta provincia que contiene con Valdivia todo lo que hay de indios incivilizados en Chile, haciendo abstracción de las pobladas patagónicas, conviene fijar las ideas sobre la extensión del territorio llamada por unos Araucanía y sobre el número aproximativo de sus habitantes, a fin de combatir los temores pueriles que la tradición histórica mantiene todavía en algunos espíritus irreflexivos.

El país ocupado por los araucanos no tiene 120 leguas como dice Letrone. Estos indios no poseían una extensión tan considerable de terreno aun en la época que seguía inmediatamente a la conquista y mucho menos aún en 1844 cuando él escribía.

Antes de la paz de Negrete, el territorio indio era desde muy largo tiempo limitado al norte por la ribera austral del Biobío, y al sur, por los establecimientos de los españoles de Valdivia. En 1726, época de este tratado con los araucanos, esta demarcación fue no sólo confirmada de común acuerdo; pero aun los indios fueron obligados a restaurar lo que ellos mismos habían destruido en la línea limítrofe(71).

La colonia de Valdivia, menos amenazada que la de Concepción, a causa del carácter más pacífico y aun cobarde de los indígenas que la rodeaban, se había aumentado considerablemente, y las propiedades rurales de los españoles se extendían hasta la base de los Andes. La reconstrucción de la ciudad de Osorno, 32 años después del tratado de Negrete, en un vasto territorio que los indios cedieron espontáneamente a los españoles y la erección de la aldea de Río Bueno en los bordes del río del mismo nombre, agregaron al dominio de las leyes el resto del continente desde Valdivia hasta el archipiélago de Ancud. Así en 1758, el territorio indio no era más que la comarca comprendida entre los ríos Biobío y Calle Calle.

Desde esta época hasta la de la guerra de la independencia, a la cual Chile debe su emancipación política, una conquista menos violenta, pero más humana y segura, la de la civilización, había reducido considerablemente el dominio de la barbarie, tanto en las fronteras del norte como en las del sur. El territorio primitivo de Arauco no estaba ya más en poder de los indígenas; una ciudad que lleva aún este nombre, y un fuerte español los tenían sometidos a la jurisdicción inmediata de la provincia de Concepción y los acrecimientos de las ciudades y fuertes de Santa Juana, Nacimiento, Negrete y Santa Bárbara habían avanzado la frontera que limitaba al norte el territorio indio, hasta el paralelo 37°36' las. S en todo el ancho del país desde el mar hasta la cordillera.

E1 progreso de la civilización había seguido en la frontera india del sur una marcha no menos rápida. Las tribus Huiliches y Muluches, que poblaban el territorio agregado a Valdivia, estaban ya tan asimiladas a las razas europeas, que formaban una parte integrante de la población civilizada. Habían adoptado el idioma, la religión y los hábitos de los campesinos españoles, con los cuales se hallaban más en contacto: su fiereza había desaparecido y su sumisión a las autoridades descendía a veces hasta la bajeza. El río Calle Calle no era ya más la frontera marítima de Valdivia; se extendía ya hacia el norte y ganaba terreno, sobre todo de la parte del oeste hasta el distrito de Cruces, sobre el paralelo 39°33' lat. S.

En la época actual, esta frontera y la del norte se han aproximado entre sí por los únicos esfuerzos del tiempo, de la tranquilidad y de la civilización; y ya dos misiones de propaganda, por exigencia de los mismos indios y bajo su protección, se han establecido en el interior de las tierras, donde no habían querido tolerarlas jamás. Los indígenas no ocupan pues al presente sino una sección transversal de un grado y medio de ancho. Veamos cual puede ser su número aproximativo, tomando por punto de comparación el resto del continente, que es igualmente una sección transversal, hasta el canal de Chacao, pero que tiene dos grados y 14 minutos de ancho.

En este territorio -sometido desde mucho tiempo a la acción directa de las leyes, del comercio y de la agricultura, y poblado por la raza europea y la raza mixta, así como por numerosos indios civilizados- contamos cuatro ciudades principales, siete aldeas, muchas aglomeraciones de habitantes a lo largo de los caminos y 1688 propiedades rurales esparcidas en todos sentidos y teniendo cada una una casa más o menos grandes. Así el viajero encuentra a cada paso hermosos campos sembrados y un techo para cobijarse. La población sin embargo no es sino de 36.152 habitantes. Recorred al presente el territorio indio que tiene menos extensión; ninguna ciudad se presenta a nuestra vista; el valle de la costa es casi enteramente desierto; pequeñas aldeas llamadas reducciones y compuestas de algunas familias están diseminadas en las márgenes de los arroyos, en los linderos de los bosques y a grandes distancias unas de otras. El valle central, sobre todo hacia la base de los Andes adonde está prohibida la presencia de las gentes civilizadas, es la parte más poblada; pero basta haberlo recorrido una sola vez, con el ánimo exento de preocupaciones, para calcular el número de sus habitantes. Puedo decir, según mis propias observaciones, que parece ridículo asignar a este pequeño territorio la mitad de la población que existe en las fracciones de las provincias del sur que acabamos de indicar. Un hecho bastante reciente viene además en apoyo de esta presunción. El ,estímulo más poderoso que obra en el espíritu belicoso de los indios, es el incentivo de la guerra, del pillaje, de las mujeres y de la bebida; todo esto les fue ofrecido por la revolución de 1851; y sin embargo apenas seiscientos, hombres tomaron parte en la batalla de Longomilla. Decimos seiscientos aunque algunas personas elevan hasta ochocientos la cifra de los combatientes indios en esta jornada.

Si la población indígena hubiese sido tan grande como se complacen en creerla, el número de los guerreros no habría sido tan insignificante.

Los araucanos no forman ya esa masa compacta y belicosa que era movida por el amor a la patria y el odio contra los españoles. Apenas se descubre entre ellos algunas de sus virtudes primitivas al través del espíritu de pillaje y venganza y del gusto por la embriaguez que han ocupado su lugar. Las hordas diseminadas no se reúnen en tropas más o menos considerables sino para saquearse entre sí y a veces para ejercer actos de vandalismo sobre los ganados de las propiedades rurales de los descendientes de la raza europea que han tenido la imprudencia de establecerse demasiado adentro en sus tierras.

La guerra entre la colonia chilena y la madre patria, cuando la caída de Fernando VII, rey de España, vino a probar mucho más todavía que los araucanos de entonces no eran más que la sombra de sus tan célebres predecesores. Se dividieron en dos partidos y engrosaron al mismo tiempo los ejércitos reales y los de los independientes. Habiendo sido funesta la suerte a los primeros, la guerra continuó entre los indios. ¡Unos se batían a todo trance por sostener los restos de una dominación que los había oprimido constantemente; otros, por hacer triunfar los hijos de esos mismos opresores, que no dejaban por esto de ser sus enemigos naturales! ¿Podría encontrarse en semejante pueblo al antiguo araucano?

Los indios chilenos, a pesar de sus defectos, no son en mucho, tan salvajes como se piensa. No son ya pueblos pastores, sino agricultores. Sus casas, construidas de madera y de un modo estable, tienen cercados en que hacen pastar animales. Cultivan trigos, papas, habas, maíz y algunas otras plantas útiles a la economía doméstica. Se entregan igualmente al cultivo del lino para obtener la semilla que reducen a tortas después de haberlas tostado, molido y empapado en miel de abejas. Las manzanas silvestres les suministran una cantidad de cidra. La lana de sus corderos se emplea totalmente en la fabricación de un paño tosco y caprichosamente teñido del que se sirven para confeccionar sus vestidos. Trabajan con mucha destreza riendas y lazos trenzados por medio de largas correas de cuero finamente cortadas. Gustan del comercio y del cambio de sus productos naturales por la plata sellada, los instrumentos de hierro y licores espirituosos. No rehúsan la instrucción, acogen con solicitud los herreros y plateros y envían sus hijos a las escuelas de los misioneros, cuando éstas se hallan cerca de su domicilio. Mientras estuve encargado del mando de la provincia de Valdivia, les ofrecí muchas veces el establecimiento de nuevas misiones apostólicas en su territorio; pero las rehusaron siempre. No quieren mucho a los misioneros; pero piden escuelas primarias y maestros para el aprendizaje de los oficios. Sus jefes más notables, interrogados por mí en la época de la visita de homenaje que hacen anualmente al intendente de Valdivia- sobre su repugnancia para admitir misioneros entre ellos, me han respondido que era porque la abolición de la poligamia, a la cual no quieren renunciar, sería su consecuencia inmediata.

Su independencia de las autoridades republicanas no es absoluta, y aun antes de tomar algunas medidas violentas entre sí, van casi siempre a pedir la aprobación a los jefes de las provincias limítrofes. El gobierno mantiene entre ellos algunos funcionarios que, bajo el nombre de capitán de amigos arreglan sus querellas y les sirven de intérpretes y agentes cerca de las autoridades civiles y militares de sus secciones. Algunos de sus jefes más poderosos reciben una pequeña subvención del tesoro público, no en calidad de tributo, como algunos viajeros han tenido la candidez de creerlo, sino en recompensa de los servicios prestados en tiempo de la independencia, o de aquellos que prestan actualmente, contribuyendo, por sus influencias y sus fuerzas, al sostén del orden y de la tranquilidad entre las tribus que los rodean. .

Hasta ahora no se han empleado más que medios religiosos para arribar a la reducción y a la civilización de los indios. Se cuentan quince misiones establecidas en las dos provincias de Valdivia y Arauco. Cada misión tiene una escuela para la instrucción primaria. Los profesores de estos establecimientos, para percibir sus sueldos, están obligados a probar que enseñan, a lo menos veinte indígenas; y a fin de evitar los inconvenientes de la distancia, el gobierno paga a cada misionero los alimentos de los alumnos que mantiene en la misión. Cada jefe de indios tiene 40 pesos por año por cada doce niños de su tribu que envíe a la escuela.

Estos medios son lentos, es verdad; pero se ensayan al presente otros más eficaces, no para la destrucción de esta fracción interesante de nuestra población, sino para su más pronta y útil asimilación a la gran familia social.

Los indios de Chile son demasiado acriminados por la prensa de las provincias argentinas con motivo de sus pretendidos robos, para que se nos permita decir algunas palabras en su defensa. Se pretenden que son ellos los que destruyen y saquean las propiedades rurales de Buenos Aires y se ha avanzado hasta formular acusaciones contra nuestro gobierno porque no tomaba medidas conducentes a impedir que se hicieran menos frecuentes semejantes crímenes. Los aborígenes de las Pampas son bastante numerosos e inclinados al robo y al pillaje para asumir ellos solos toda la responsabilidad de sus constantes depredaciones, sin que sea necesario ir a buscar al extranjero la causa de su rapacidad. Es cierto que se encuentran entre ellos araucanos, pero no es una razón para atribuir a éstos los crímenes que cometen los Pampas. Es cierto también que los principales jefes de las hordas trasandinas son algunas veces araucanos; pero esto probaría cuando más que el indio chileno, cuando se bate en el extranjero, es más propio para dar órdenes que para recibirlas. Lo que hay de verdadero en todo esto es que el indio Pampa, después de haber robado los animales de las quintas argentinas, es robado a mano armada por el indio chileno, el cual es muchas veces atacado y robado a su vez por sus propios compatriotas que lo aguardan a su paso por los Andes cuando vuelve cargado con su botín. Todo lo demás no descansa sino en acriminaciones gratuitas o fundadas sobre falsas suposiciones.

Provincia de Concepción
Creada por ley de 30 de agosto de 1826

Esta provincia es una de las afamadas de Chile a causa de la abundancia de sus trigos, de la calidad de sus vinos, que son los mejores de la América y de la riqueza de sus minas de carbón de piedra. Está limitada al norte y al este, por el río Itata; al sur por la provincia de Arauco, y, al oeste por el Pacífico. Su suelo, muy accidentado, es con respecto a su riqueza, de la misma clase que el de Arauco; pero es más favorecido por el clima que es en general más suave y menos lluvioso. Es también menos selvático y deja a la agricultura más colinas y llanuras para la explotación inmediata. El Biobío, el más grande de los ríos de Chile, atraviesa esta provincia del este al oeste, y se ven ya en él buques de vapor prestando importantes servicios a la circulación fluvial. Las costas presentan los más hermosos puertos. La bahía de Concepción, conocida desde largo tiempo de la marina y del comercio, cuenta cuatro de ellos, Talcahuano, Penco, Lirquén y Tomé. Estos son los principales de la provincia. A1 sur del Biobío hay aun dos, Coronel, Lota y Colcura, muy frecuentados por los buques que van a cargar carbón de piedra.

Las producciones en cereales, vino y hulla no son la única base de la riqueza de la provincia; suministra también al comercio interior y exterior numerosas bestias criadas en sus hermosas praderas naturales, lanas, frutos secos, legumbres, maderas de construcción, algunos artículos manufacturados, tales como carnes saladas y bizcocho para el uso de la marina nacional y extranjera, pieles curtidas, tejidos toscos de lana, jamones, quesos y esteras, de las que se hace un gran consumo en las provincias del norte.

La gran exportación de trigos, por los puertos de Concepción, ha llevado a un alto grado de perfección los soberbios establecimientos de molienda que hay para la fabricación de harinas. Modelados a imitación de los más perfectos de la América del Norte, combinan la rapidez de la molienda con la bondad de los productos, de los que en todo el litoral occidental del océano Pacífico, Australia, Polinesia, Buenos Aires y el Brasil son los más notables mercados. La preparación de los vinos no está en mucho tan avanzada; se puede decir aun que está todavía en su primera infancia; y si, a pesar de esto, el vino de Concepción tiene ya su fama, se puede calcular lo que podrá ser este ramo de industria con el tiempo. El mosto es entregado al consumo, luego que ha terminado su fermentación tumultuosa. No hay bodegas ni lagares bastante grandes para dar a la cosecha un año de reposo; es preciso que para las vendimias siguientes haya lugar para la nueva cosecha. No se emplean ni las prensas mecánicas ni esas grandes cubas tan necesarias para dar a la primera operación de la fermentación todos los cuidados que exige, y se comienza a consumir el vino antes que haya terminado su fermentación insensible. A pesar de estos defectos, el vino de algunas barricas que los propietarios reservan para su uso particular, figura con honor en las mesas al lado de los mejores vinos de Europa.

No se exporta el vino sino en muy pequeñas cantidades, porque basta apenas para el gran pedido del consumo interior.

La industria minera del carbón fósil es enteramente nueva, y sin embargo es ya la fuente de grandes fortunas. Hemos dado ya a conocer la bondad del carbón chileno, hablando de las producciones minerales. Si la provincia de Concepción no tuviese el recurso de sus trigos, sus minas de hulla le asegurarían uno de los primeros lugares entre las provincias más ricas de Chile. Los puertos situados al sur del Biobío se han convertido en el depósito de carbón del mar Pacífico. La ciudad de Lota fue improvisada en un año; una colonia escocesa se ha establecido en ella y se ven ya poderosas máquinas de vapor para la extracción del carbón, y ferrocarriles para facilitar su exportación. Todo induce a creer que este ramo de industria adquirirá un gran desarrollo con las nuevas minas que se descubran de día en día y con las que se encuentran a lo largo de la costa hacia el sur.

Seis departamentos componen la división política de esta provincia: Coelemu, Talcahuano, Concepción, y Lautaro, situados a lo largo de la costa; Puchacay y Rere, en el valle central, al este del departamento de Concepción.

Las ciudades tienen un aspecto enteramente distinto de las del sur. Han conservado mejor su demarcación primitiva; el ladrillo cocido constituye la casi totalidad de las primeras materias empleadas en la construcción de los edificios, que son en general espaciosos, cómodos y rodeados de patios y jardines. Talcahuano, después de la capital de la provincia, es la ciudad más importante. Por este puerto, conocido y frecuentado desde el tiempo de la conquista, es donde entran al comercio los principales productos de las provincias de Arauco, Concepción y Ñuble. Se ha comenzado ya una vía férrea que debe unirlo a la ciudad de Concepción.

Esta última, capital de la provincia, y una de las más lindas ciudades de Chile, está situada en la margen septentrional del río Biobío, muy cerca de su desembocadero. Debe su existencia, como casi todas las ciudades importantes de Chile, a Pedro de Valdivia, que echó sus primeros cimientos en 1550, y a la perseverancia con que los jefes españoles que sucedieron a su infortunado fundador la reconstruyeron, a pesar de las constantes vicisitudes de que fue teatro desde los primeros momentos de su erección. Su local, su demarcación regular, el arreglo y elegancia de algunas de sus casas donde se consultan igualmente el lujo y la comodidad, su clima y sus alrededores llenos de atractivos justifican el sentimiento de orgullo con que sus habitantes la muestran al viajero extranjero. Sus edificios públicos más notables son la catedral, la casa municipal, un hermoso hospital, muchas iglesias, algunos conventos y un teatro. Es la residencia de las principales autoridades civiles y militares de la provincia, el asiento de la corte de apelaciones del sur y el centro del obispado de Concepción.

PROVINCIA DE CONCEPCIÓN 1856

Departamentos

Subdelegaciones

Inspectorías

Parroquias

Población

Hombres

Mujeres

Escuelas Gratuitas

Escuelas Particulares

Escuelas Especiales

Colegios

Hospitales

Concepción

6

29

1

14.186

6.485

7.701

10

2

1

4

1

Talcahuano

4

15

1

4.951

2.691

2.560

2

-

1

-

-

Coelemu

9

53

4

23.685

12.129

11.560

8

2

-

-

-

Rere

5

33

4

25.667

12.671

12.996

7

-

-

-

-

Puchacay

6

30

3

26.452

13.140

13.312

4

-

-

-

-

Lautaro

3

33

4

15.350

8.114

7.236

6

-

-

-

-

Total

33

193

17

110.291

54.930

55.361

37

4

1

4

1

 

Cabeceras de departamentos
Su renta $
Aldeas
Concepción
72.183
--
Talcahuano
4.959
--
Rafael
7.500
Penco, Tomé
Yumbel
3.835
Tucapel
Florida
2.417
--
Santa Juana
1.186
Lota
--
92.080
--

Comparación del censo de 1844 con el de 1854

Departamentos
1844
población
1854
población
Diferencia
Concepción
10.393
14.186
5.727
Talcahuano
4.101
4.951
850
Coelemu
20.410
23.685
3.275
Rere
22.090
25.667
3.577
Puchacay
21.007
26.452
5.445
Lautaro
13.849
15.350
2.501
Total
91.850
110.291
19.441

La fuerza de la guardia nacional no es más que de 1. 736 hombres, de los que 171 son de artillería, 955 de infantería y 637 de caballería.

Se da al presente una atención especial a la instrucción pública; sin embargo, la proporción de aquellos que saben leer y escribir; con relación a la masa de la población, no es más que de 1 sobre 8,43; para los que saben únicamente leer, es de 1 sobre 7,17.

La división de la propiedad territorial es como sigue(72)

Provincias Departamentos
Propiedades
Entradas
Diezmo calculado en 1852
Concepción Concepción
45
5.653,62
190
Talcahuano
29
10.407
628
Puchacay
1.147
122.587
10.304
Rere
753
76.678
10.322
Coelernu
523
102.068
11.051
Lautaro
366
36.972
2.314
- Total
2.863
354.365,62
34.809

Encontrándose las cifras relativas al comercio de exportación reunidas a los informes estadísticos que poseemos sobre las provincias de Arauco y Nuble, daremos un resumen de ellas después de haber echado una ojeada sobre esta última provincia.

Provincia del Ñuble

Nuble, provincia mediterránea, formada en 1848 a expensas de las de Concepción y Maule, está limitada al sur por los ríos Itata y Choljuan y al norte, por el río Perquilauquén. Sus límites al oeste están marcados por una parte del gran camino que une la ciudad de Concepción a la capital de la República, por el río Changaral, hasta su confluencia con el del Ñuble, y por el Ñuble, partiendo de este punto, hasta su unión con el río Itata. La línea culminante de los Andes comprendida entre los paralelos 35° 12' y 36°4' lat. S forma el límite oriental.

Dos ríos secundarios, llamados Ñuble y Diguillín, atraviesan el territorio del este al oeste. Su posición en el valle central da a la riqueza de su suelo una ventaja notable sobre la provincia de Concepción; pero sus producciones son las mismas, salvo algunas minas de oro bastante pobres que se encuentran hacia el norte y que dan lugar a la formación de una aldea llamada pueblo de minas, situada al este del valle de la cordillera, en uno de los ángulos entrantes de sus montañas.

Chillán posee en sus solfataras un elemento de grandes riquezas naturales.

Las aguas minerales de Cato gozan de una justa fama. Se encuentran en la margen oriental del valle de la cordillera casi sobre el paralelo de la ciudad de Chillán. Su calor varía entre 33 y 34° centígrados, y su composición, según al profesor Domeyko, es sobre mil partes en peso(73).

Cloruro de Sodio
0,103
Cloruro de Magnesia
0,002
Sulfato de Soda
0,169
Cloruro de Cal
0,007
Carbonato de Cal
0,008
Hierro y alúmina
0,005
Sílice
0,061
--
0,355

Al hacer este análisis, tiene cuidado de agregar que rara vez las aguas minerales tienen tan pequeña cantidad de cal.

La industria agrícola, desde la provincia de Arauco, es un poco más perfeccionada que en Chiloé y Valdivia. Sus clases menos acomodadas se dedican a la confección de toscos tejidos de lana, conocidos en el comercio bajo el nombre de bayetas, ponchos y frazadas, de los que se exportan una gran cantidad para el consumo de los campesinos del norte.

La provincia del Ñuble comprende dos departamentos: San Carlos, al norte, y Chillán al sur.

El aspecto de las ciudades y el carácter de los habitantes que las pueblan o las rodean, conservan en todo Chile una semejanza bien marcada cuando el elemento extranjero no introduce modificaciones por su contacto inmediato. Así el viajero que arriba a Talcahuano, que no es más que una ciudad secundaria de la provincia de Concepción, se formaría una falsa idea de las ciudades situadas en el interior, si quisiera, por el nombre de capital que llevan, atribuirles importancia en lo que respecta a su belleza como ciudades y al espíritu activo y despierto de sus habitantes. Las ciudades del interior son en general estacionarias. Las comodidades y el lujo europeos no hacen en ellas sino progresos muy lentos; no se piensa sino en los trabajos de campo, y en este es donde solamente viven los ricos propietarios. Nada de notable tenemos que indicar sobre San Carlos, cabecera del departamento del mismo nombre y situado al este del río de Changaral, ni sobre Chillán, capital de la provincia, situada a algunas millas al sur del río Nuble, en la sección del valle central comprendida entre este río y el estero de Chillán.

PROVINCIA DE ÑUBLE 1856

Departamentos

Subdelegaciones

Inspectorías

Parroquias

Población

Hombres

Mujeres

Escuelas Gratuitas

Escuelas Particulares

Colegios y liceos

Hospitales

Chillán

19

85

4

71.450

35.531

35.919

11

12

1

1

San Carlos

6

29

1

29.342

14.517

14.825

7

3

...

...

2

6

114

1

100.792

50.048

50.744

18

15

1

1

 

Cabeceras de departamentos
Su renta $
Aldeas
Chillán
9.624
Pemuco, Yungay
San Carlos
2.667
Bulnes
2
12.201

 

Departamentos
1844
población
1854
población
Diferencia
Chillán
53.584
71.450
17.866
San Carlos
27.114
29.342
2.228
Total
80.698
100.792
20.094

La guardia nacional asciende a 2.782 soldados, de los cuales 998 son de infantería y 1.784 de caballería.

La instrucción pública está menos difundida aun que en Concepción, porque sobre 9,38 personas no se encuentra más que una que sepa leer y escribir y una sobre 8, 38 que sepa leer solamente.

El habitante de la antigua provincia de Concepción, al presente Arauco, Concepción, Ñuble y Maule, es el guerrero de la República. Viviendo desde el tiempo de la conquista en la frontera india, y soldado de la libertad, cuando la guerra de la independencia, sabe manejar el arado y la espada con igual destreza. Es altanero, revolotoso y soberbio, pero apasionado por el trabajo y por el progreso de la bella región que le ha cabido en parte. Las mujeres del país están dotadas de una rara belleza.

La propiedad territorial está más dividida que la de la provincia precedente(74).

Provincias Departamentos Propiedades Entradas Diezmo calculado en 1852
Ñuble Chillán
1.833
242.101,37
24.310
San Carlos
1.341
126.790, 50
13.214
Total
3.174
368.891,87
37.524

El Nuble exporta una parte de sus productos por la vía del puerto de Constitución, en la provincia del Maule, y otra parte por la de Talcahuano. Desgraciadamente, los datos sobre el comercio exterior refiriéndose siempre, como ya lo hemos dicho, a estos dos puertos, no nos es posible señalar el valor relativo de las exportaciones de esta provincia, cuyos productos exportados por mar, tanto para el extranjero como para el interior, están indicados en el cuadro siguiente conjuntamente con los de Concepción y Arauco.

Año
Comercio
Cereales
Valor en Pesos
Total
Carbón Quintales
Valor en pesos
Total
Productos diversos pesos
Total general pesos
1844 extranjeros
96,433
259,984
745,315
102,900
39,301
39,339
39,884
Exterior
339,169
nacionales
104,560
485,331
100
38
192,400
Interior
677,769
Total
1.016,938
1846 extranjeros
40,236
183,042
689,019
4,400
2,200
2,200
154,472
Exterior
340,714
nacionales
122,156
506,007
-
-
181,119
Interior
687,126
Total
1.027,840
1848 extranjeros
99,365
236,500
650,104
20
10
9,373
233,275
Exterior
469,785
nacionales
151,979
413,604
18,328
9,363
270,639
Interior
693,606
Total
1.163, 391
1850 extranjeros
388,737
956,520
1.970,268
10,980
5,490
7,975
280,513
Exterior
1.242,523
nacionales
403,717
1.013,748
4,990
2,485
327,783
Interior
1.344,014
Total
2.586,537
1852 extranjeros
211,144
705,692
2.162,481
82,280
36,510
94,083
232,454
Exterior
978,656
nacionales
448,472
1.456,789
128,278
57,573
234,008
Interior
1.784,370
Total
2.763,026
1855 extranjeros
552,120
2.077,704
2.808,851
316,080
81,782
304,367
141,913
Exterior
2.301,399
nacionales
152,462
731,147
485,820
222,585
274,396
Interior
1.228,128
Total
3.529,527

Bajo el nombre de productos diversos están comprendidos el bizcocho y las carnes saladas que entran por una 18ma, la madera que figura por una 12ma , las lanas que exceden a veces la mitad de su valor total, las pieles, la grasa, los jamones, las cortezas taninas, el vino, los aguardientes, los fréjoles, el afrecho, algunos artículos menos importantes y los que se deben a los primeros ensayos de la industria.

La exportación de trigos, de cebada y de harinas sigue una progresión creciente, desde el año 1848, con motivo de la gran salida que el descubrimiento del oro de California abrió a Concepción.

Así,

en 1848 se exportaron por 650.104 pesos,

en 1850 se exportaron por 1.970,268 pesos,

en 1852 se exportaron por 2.162,481 pesos,

en 1855 se exportaron por 2.808,851 pesos.

La explotación del carbón no fue considerada sino como un simple ensayo hasta 1850, en que se exportó por valor de 7.975 pesos; en 1852 la exportación ascendió a 94.088 pesos y en 1855 la hulla figura ya en las producciones de la provincia por 304.367 pesos. El valor general de las mercaderías exportadas por mar muestra asimismo un aumento sensible que contribuye a evidenciar los progresos de estas tres secciones políticas, pues, en la misma época de la revolución, la exportación excedió en más de millón y medio de pesos a la de 1848.

 

__________

Notas

70 Datos obtenidos de la misma fuente indicada en la nota N° 66.
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71 El autor, seguramente, llama paz o tratado de Negrete a los dos últimos Parlamentos celebrados en aquel lugar, en los años 1793 y 1803. Sobre este tema puede consultarse de Luz María Méndez Beltrán, "La organización de los Parlamentos en la Araucanía". En, Sergio Villalobos, Carlos Aldunate, Horacio Zapater, Luz María Méndez, Carlos Bascuñán, Relaciones Fronterizas en la Araucanía. Ediciones Universidad Católica. Santiago, 1982.
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72 Datos obtenidos de la misma fuente indicada en la nota N° 66.
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73 El autor, seguramente, conoció el Ensayo sobre las aguas minerales de Chile, de Ignacio Domeyko. Memoria leída en la sesión de la Facultad de Medicina y Ciencias Físicas y Matemáticas, de la Universidad de Chile, del 21 de noviembre de 1848 y que fue publicada agregándola a la reimpresión de los Anales de la Universidad de Chile, correspondiente al año 1859.
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74 Datos obtenidos de la misma fuente indicada en la nota N° 66.
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