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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo IV. Los Comienzos de la Revolución. 1810
Documento 8. Oficio de la Junta de Buenos Aires al Gobierno de Chile, en el cual comenta la actitud del Virrey del Perú con motivo de su instalación

Excelentísimo Señor[1]:

Ha sido muy satisfactorio para esta Junta el oficio de Vuestra Señoría de 6 del corriente en que manifestando una entera conformidad en ese territorio la integridad de la monarquía española e inviolabilidad de los derechos del Rey, ofrece conservar bajo el mismo pie que antes, todas las relaciones políticas y comerciales, con cuantos mutuos auxilios exija la fraternidad de ese y este pueblo. Puede Vuestra Señoría estar seguro que la conducta de esta Junta jamás desmentirá los principios de fidelidad que ha jurado y proclama diariamente y que un sincero deseo de mantener inalterables los derechos de nuestro augusto monarca, ha sido el único agente de su instalación.

El complot formado por mandones indignos del rango que ocupaban, se va disipando felizmente y los pueblos respiran de la opresión a que se les había reducido, apenas la evidencia de los hechos logra desvanecer las calumnias que siembran diestramente los detractores del nuevo Gobierno. No necesitará Vuestra Señoría seguramente otra prueba del egoísmo e injusticia con que los enemigos de Buenos Aires se conducen, que ver la terquedad con que resisten toda discusión acerca de la misma materia en que nos acriminan. Apenas se supo en el Perú la formación de la Junta, se declaró por el intendente de Potosí y Presidencia de Charcas, guerra a sangre y fuego contra esta capital. Para asegurar la impunidad de este derecho impotente agregaron  sus provincias de virreinato de Lima, y adhiriendo aquel jefe a esta escandalosa violación de las leyes constitucionales del Estado, entró en la liga de los malvados, para exanimar con nuestra sangre la semilla de fidelidad que se fomenta en este pueblo con tanta energía.

Unos procedimientos tan extraños descubren por sí mismos los viciados principios de que se derivan. ¿Qué crimen habrá cometido Buenos Aires para que se le declare la guerra jurando su exterminio? ¿No se ha instalado esta Junta bajo, los mismos principios que las Juntas de Europa? ¿No se han declarado a los pueblos de América iguales derechos que a los de la Península? ¿Se descubre acaso en nosotros el menor desvío de las estrechas obligaciones de un legítimo vasallaje? ¿Por qué, pues, se ataca el honor de este pueblo y se denigra a los jefes que el mismo ha elegido, con todo género de infames imposturas?

Crea Vuestra Señoría que el complot de seguir la suerte de Europa bajo la dominación francesa, estaba formado por todos los mandones de esta América; que nada miran éstos con tanto horror, como ver a los pueblos en el goce de aquellos derechos imprescriptibles que la naturaleza les ha dado y que la situación política de la monarquía les confirma; y que por estos mismos principios miran con igual horror que el opulento reino de Chile no pudiendo soportar el indecente yugo de ese déspota que lo degradaba, haya confiado su seguridad y Gobierno a un jefe virtuoso, que mirará por la prosperidad del país con los dos dobles títulos que le imponen el lustre de su cuna y las leyes de su nacimiento. La Junta no duda que se atrevan en Lima a atentar contra la respetable persona de Vuestra Señoría; y para el caso, si no bastasen los recursos de ese reino (que el despotismo antiguo habrá debilitado diestramente), podrá Buenos Aires partir con él los abundantes auxilios que la poderosa nación inglesa franquea con mano pródiga a los pueblos fieles al Rey Fernando, que sostienen sus derechos con energía, y se oponen a los esfuerzos de los viles agentes del usurpador de la Europa.

Dios guarde, etc., 1º de septiembre de 1810.

Cornelio de Saavedra.- Doctor Juan José Castelli.- Manuel Belgrano.-

Miguel de Azcuenaga. Doctor Mariano Moreno, Secretario.

Excelentísimo Señor Presidente del reino de Chile.

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Notas

[1]

Este documento es agregado por Feliú Cruz en la edición de 1964, copiándolo de la Publicación del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina. Diplomacia de la Revolución. Chile I. Misión Álvarez Jonte, 1810‑1811. (N. del E). Volver.

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