ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo IX. Predominio de la Idea de Independencia. Persecución a los Realistas
Documento 10. Carta de Manuel Antonio Talavera sobre las pérfidas conquistas que hacen los revolucionarios

Excelentísimo Señor:

La conquista que hacen los revolucionarios es no tanto por las armas cuanto por la intriga, seducción y engaño.

La inalterable conducta de V. E. es el muro donde se rompen las alas de los facciosos.

La inexorabilidad de ese gobierno que tiene en tranquilidad y buen orden a todo el pueblo, forma la rabiosa desesperación de esos rebeldes.

Desde el origen de su nuevo sistema sólo desvela a los tumultuarios no haber entrado en sus ideas el reino del Perú.

Los triunfos y rápidos progresos del ejército al mando del señor Goyeneche, causan en ellos el mayor despecho y más que todo el silencio y sumo secreto con que se meditan por V. E. las providencias relativas.

Por estos principios ha tomado este Gobierno el arbitrio de remitir a esa capital y demás provincias vecinas una persona como espía secreta para que desde allí administre los auxilios e instrucciones que se necesiten.

La comisión se ha conferido a don Joaquín Larraín y a uno de los vocales de la Junta que por cálculos de buena inferencia juzgo sea don Juan Mackenna, sobrino político del primero.

Acompaño a V. E. copia de la [del] acta del Congreso que se expidió en la materia; y viva V. E. seguro de que en este propio buque va el sujeto que se ha elegido para la comisión (lo que no me ha sido asequible pesquisarlo); o que en esta misma ocasión va el encargo a alguno de los que residen en esa capital declaradamente adicto al sistema.

No hay medio y V. E. dígnese persuadirse de esta verdad.

Las reglas que debe guardar el espía y que contienen su instrucción privada son las siguientes:

1º. Ganar la confianza de alguna persona que esté a la inmediación de V. E. para que le transmita sus ideas y proyectos, principalmente por lo que hace a este reino;

2º. Ganar por cohecho de cualquier dinero a algún oficial de la Secretaría de V. E. para que le pase las noticias y, si posible es, de copia de las providencias que V. E. dictare o piense tomar contra este Gobierno;

3º. Avise las opiniones personales de los jefes militares, de los títulos y hombres de rango para combinar de si será o no factible la instalación de la Junta en esa y por qué arbitrios que es lo que más le interesa, como que de otro modo no se hallan seguros;

4º. Que la correspondencia la deba dirigir bajo de precauciones.

Yo entiendo que sea dentro de encomiendas rotuladas a don Francisco Prast, administrador que es hoy de esta renta de correos, sectario el más inexorable.

Por lo mismo, será bien que las piezas que se dirijan a consignación de éste o de sus hijos don Pedro y don Martín Prast se registren en esa, o cualquiera encomienda previniendo por órdenes secretas anticipadas al Administrador de Rentas derechos para otorgar el registro.

Podía suceder también que dichas consignaciones o rótulos de encomiendas se dirijan a don Francisco de la Lastra, Gobernador de Valparaíso, a don Juan Agustín Bayner, a don Gregorio Varela, a don Vicente Larriva o a don Remigio Blanco, comerciantes de dicho puerto y que son descarados partidarios del sistema.

Será también un medio oportuno sorprender una que otra vez la correspondencia de este reino, principalmente la de los primeros buques y por el contexto de las cartas significativas de alguna encomienda reservada u otro lenguaje disimulado podrá inferirse, dónde y a quién vengan las cartas relativas a este negocio.

Yo quedo a la mira de investigar ciertamente el sujeto comisionado, y el modo de expresarlo será escribiendo una carta a mi apoderado don Andrés Sánchez de Quirós, en los términos que va la copia y el sujeto que en ella nombrare por una cadencia indiferente se ve seguramente es el encargado, cuya correspondencia deberá suspenderse incontinenti y V. E. tomar las demás providencias que tenga por conveniente, bien que para este fin es necesario que V. E. llame a dicho mi apoderado y con la mayor reserva se digne prevenirle que siempre que yo le escriba alguna carta de aquel tenor y expresando algún nombre se la pase a V. E. inmediatamente.

Es el único sugerimiento que he tenido para asegurar negocio tan importante.

V. E. debe conocer el espíritu con que se dirige el espía secreto y al que se determinen estas rendidas prevenciones.

El interés es muy grande; la causa muy justa; y mi empeño decidido a dar a V. E. repetidamente las pruebas más realzadas de mi innata fidelidad al Soberano.

No ha podido caminar más de la consabida obra, porque la estrechez del tiempo no me ha permitido completar su organización. He tenido a bien participar ese manifiesto con más breves advertencias al margen para que V. E. pueda comprender la descarada energía con que de día en día se trata de consolidar el gobierno de la independencia bajó las protestas de que le han de sostener a toda costa aun de la vida.

Pero dígnese V. E. creerme sobre mi palabra de honor que en ninguna época será más fácil la subyugación de este reino que en las actuales circunstancias.

Con motivo de la revolución del día 4 de septiembre, se despidieron todos los artilleros, como adictos al partido del señor Coronel Reina.

Sólo han quedado 72 y de éstos, 44 por mitad caminan a Coquimbo y Valparaíso dentro de tercero día; aquí van a recibir nuevos reclutas; de modo que ni unos ni otros sabrán dentro de cuatro meses, disparar o hacer la puntería a un cañón.

Las demás tropas de infantería se van a dividir a los propios puertos.

El Regimiento del Rey, desde aquel suceso está casi extinguido.

El que llaman de patriotas sólo alcanza a 375 hombres y éstos van a comenzar la táctica desde el 19 del próximo noviembre.

La caballería, aunque mucha, no tiene mayor disciplina.

Los caballos, por su natural lozanía y ningún ejercicio, son más aparentes para huir que para avanzar.

Fusiles en estado de servir no hay más que 1.900 y 400 inservibles.

Desde ahora tratan de poner en disciplina rigorosa todas las milicias y principalmente la Artillería.

El partido de los facciosos es mucho número, pero el de los fieles españoles también es crecido y se reunirán prontamente en cualquier punto o puerto en que el ejército de esa capital tome posesión.

Yo realmente no encuentro modo como poderse sostener.

No suscribo la carta temeroso de que en la Secretaría del despacho de V. E. no haya ganado ya algún protector del partido indicado, sobre que V. E. debe velar sobremanera.

El influjo del dinero que se franquea es poderoso mediador para estas maniobras.

Mi vida, mis pocos intereses, están demasiadamente comprometidos, como V. E. no ignora, en negocios de mayor gravedad.

Por lo mismo debe V. E. proteger estos arrojos de mi lealtad. Con el mayor secreto.

< Volver >