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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo XII. Rivalidades de Influencia entre Santiago y Concepción. 1812
Documento 7. Informe de Francisco Antonio Fernández Pinto

Las operaciones de este Gobierno ulteriores a mi oficio de seis de diciembre en nada desmienten la triste idea que deben V. S. S. haber formado de los negocios públicos de estas provincias.

La proscripción continua sobre los sujetos más beneméritos, y una persecución atroz, está declarada contra el mérito y la probidad.

Desde que tomó el mando este Gobierno intruso se han visto ocupadas las cárceles y cuarteles por aquellos mismos sujetos que se dejaron distinguir en los primeros días de nuestra santa insurrección.

El respetable Deán de Córdoba todavía gime en prisión, a pesar de las repetidas reclamaciones de esta ciudad sin que persona alguna pueda columbrar los cargos que le hace el Gobierno.

Los sujetos que componían el Tribunal de la Audiencia antes de la erección de esta nueva Cámara han sido depuestos y perseguidos sin más culpa que haber sido creados por la Junta anterior.

Todos los pueblos están con su Gobernador en el mismo pie que le tenían en tiempo del Gobierno español.

El Paraguay está envuelto en una revolución sin sistema que ha desorganizado el plan loable de su Gobierno.

Han sido tantas y tan repetidas las intrigas de esta Junta para desconceptuar en aquellas provincias al Doctor Francia [1], que ya ha conseguido que le depusieran del Gobierno y le expatriaran del Paraguay.

Esta provincia, a pesar de haber auxiliado al ejército de Artigas[2] con 2.000 arrobas de tabaco, otras tantas de yerba, y ahora nuevamente con trescientos hombres de tropa reglada está sufriendo los desastres de una revolución sin sistema, porque así lo quiere esta Junta; el mismo Maquiavelo sentado en este Gobierno se comportaría seguramente con más moralidad.

Casi todos los beneméritos oficiales y funcionarios constituidos por la primera Junta se ven depuestos y vejados por el actual Gobierno.

Puede asegurarse sin temeridad que el verdadero patriota es el hombre proscrito en Buenos Aires, y que el intrigante, el vicioso, el inmoral funda en su depravación la esperanza más segura de ser exaltado por este Gobierno.

Seguramente escandalizaría a V. S. S. que un hombre que ha consagrado la mitad de su vida al servicio de la patria, y que en su beneficio ha consumado sus intereses y sacrificado su reposo, tenga que salir de Buenos Aires equivocado con un prófugo por las vehementes sospechas que tiene de su detención si el Gobierno vislumbrase sus intenciones.

Este es don Manuel Padilla que por haberse negado a los empeños de algunos de los vocales de la Junta que han tratado de especular con las imprentas para usufructuar ellos en compañía el producto de éstas, temiendo este sujeto una violencia piensa partir de ésta con nombre fingido, dejando a un amigo (luego que se vea fuera de los alcances de este Gobierno) el pedimento, solicitándola para Chile.

Parte en compañía de don Venancio Escanilla, Subteniente de Dragones de la Frontera, que por sus enfermedades se retira a ese reino previa la licencia de aquel Gobierno.

Yo ignoro si para pasar a Chile sea preciso refrendar la licencia en Mendoza: en caso que tal sea V. S. S. darán los pasos oportunos para que en la guardia de la cordillera no se ponga a Padilla obstáculo ninguno a su tránsito, porque no piensa hacerse visible en Mendoza.

Me parece inevitable un choque con este Gobierno cuando lleguen las imprentas.

Algunos de los que lo componen más propios por su conocimiento y educación a ser alcaides de una cárcel que para presidir un reino, atropellarán cualquier respeto, si ellos juzgan que les puede reportar algún interés pecuniario.

Yo quedo con los resguardos correspondientes de compra en caso que esta Junta trate de despojar a su dueño de ellas.

Don Manuel Padilla parte de ésta dentro de ocho días.

Comunico a V. S. S. estos avisos para que penetrado de las intrigas, vicios e inmoralidad de este Gobierno inspiren a nuestra Junta aquella desconfianza y reserva con que debe comportarse con un Gobierno de esta naturaleza.

Dios guarde a V. S. S. muchos años.- Buenos Aires y febrero dieciséis de mil ochocientos doce.

Francisco Antonio Pinto.

S. S. de la Comisión reservada D. Agustín Vial y D. Manuel Rodríguez.

 

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Notas

[1] José Gaspar Rodríguez de Francia. (N. del E). Volver.
[2] José Gervasio de Artigas. (N. del E). Volver.

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