Julio 30 de 1812. Por un extraordinario que llegó la mañana de ayer (con fecha hasta el seis del corriente) de Buenos Aires, se nos avisa la conspiración más sangrienta que, habían trazado los europeos de aquella capital con los mandatarios de Montevideo que debiendo realizarse el cinco del corriente fue felizmente descubierta.

Se prendieron los caudillos, van pasados por las armas cuatro, y asegurados más de treinta, y ya descubiertos los planes más horrorosos, y susceptibles sólo de las negras almas de sus infames autores resueltos a hacer una distracción de la fuerza militar llamándole la atención por la Ensenada y borrascas al amago de un desembarco, para obrar planes de sangre sobre todo americano, tomar el fuerte y condenarlos a la antigua tiranía.

Los antecedentes ocurridos casi en la misma época aquí, los sujetos que sin motivo conocido se nos han presentado abandonando en Buenos Aires negocios de importancia, y el dato que se trazaba desde cinco meses atrás la conspiración, advierten sin violencia que pudo tener como las anteriores su trascendencia al reino, acordada acaso con el Virrey del Perú de donde hace tres meses no vemos un buque; es preciso que V. doble su vigilancia, y que dejando al bergantín San Rafael ponerse a la vela, pase personalmente con el Administrador de Correos y registre toda correspondencia sea al punto que se fuere, que en valija y fuera de ella conduzca, la examine, y caso de encontrar alguna referente, la asegure y con la mayor brevedad remita al Gobierno lo mismo que cualquier sujeto sospechoso, si lo encontrare. Dios guarde a V. muchos años. Santiago, julio treinta de mil ochocientos doce.

José Santiago Portales.- Pedro Prado Jaraquemada.- José Miguel Carrera.

Señor Gobernador de Valparaíso.

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