28 de julio de 1813[1].
Señor General en Jefe:
Este Cabildo teniendo a la vista el oficio que v. s. se sirve pasarle, del General del Ejército de Chile, conoce desde luego la confianza que le merece, dejando a su arbitrio la contestación que quiera darle.
Ha meditado con la seriedad que pide lo grave de la materia, y halla que es superflua cualquiera diligencia que pudiera practicarse a fin de hacer salir de la ciudad las personas que no pueden contribuir en algún modo a la defensa, puesto que careciendo de muros están en libertad de salir las que quieran y las que no quieren no deben impedirlas, atendidas las circunstancias de no haber en mucha distancia un asilo cómodo y de seguridad donde puedan refugiarse.
El vecindario está decidido a sufrir resignadamente la suerte del Ejército Real y no dudo de que la superioridad de fuerzas al del contrario le pondrá a cubierto de los males con que aquél le amenaza.
Con todo, consultando con la humanidad que le es propia y penetrado de los piadosos fines de v. s. interpone sus ruegos a la consideración que v. s. le dispensa, a fin de que cuando quepa en lo posible se evite de una y otra parte la efusión de sangre y los estragos que serán inevitables en el caso de acometer o ser atacados.
El Cabildo desea una transacción natural y honrosa, y que terminen de una vez los males de la guerra entre individuos de una misma nación y que v. s. se digne hacerlo entender así al Jefe cuyo oficio da por contestado.
Dios guarde a V. S. muchos años. Sala Capitular de Chillán, julio 28 de 1813.
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Notas
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Documento agregado por Feliú Cruz, quien lo copia del Archivo Franciscano de Chillán, Vol. 13, 1812-1814. Asuntos Varios. (N. del E). Volver .
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