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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo XVI. La Revolución en Armas. III. Las Mutaciones del Gobierno. Un Nuevo Orden de Cosas
Texto

1. ASPECTO POLÍTICO Y GUBERNATIVO DE CHILE EN ESTA ÉPOCA. INQUIETUDES EN SANTIAGO COMO CONSECUENCIA DE LA MARCHA DE LA GUERRA. Por los días primero de octubre se notó una grande fermentación y disgusto en la capital acerca de la administración de la guerra y en común de todo el estado del Reino, divulgándose abiertamente que todo iba errado caminando a una total ruina y que el Gobierno procedía arbitrariamente y usurpando la libertad al pueblo y que la constitución propuesta y jurada era enteramente nula; en fin, que era necesaria una contrarrevolución que restituyese las cosas a su debido orden.

2. IRISARRI PROMOTOR DE UN NUEVO ORDEN DE COSAS EN SU PERIÓDICO EL SEMANARIO. El primer promotor de esta novedad fue don Antonio José Irisarri, autor del periódico Semanario Republicano [en "Semanario Republicano", VÍNCULO CON EL DIARIO, SI SE PUEDE], que desde el 7 de agosto anterior daba al público un pliego impreso todas las semanas, de principios y doctrinas sediciosas y subversivas, habiéndose propuesto en su prospecto y edición el objeto de difundir en los pueblos de Chile las ideas liberales y el odio a la tiranía.

3. DOCTRINAS SUSTENTADAS POR IRISARRI. En los primeros pliegos, reprendió fuertemente la hipocresía de los revolucionarios chilenos, porque habían querido aparentar algún miramiento al nombre de Fernando Séptimo y procuraban paliar sus providencias con este augusto título para engañar a los pueblos y alucinar al Gobierno de España; y prueba claramente los malos efectos de este falaz proceder.

Hace ver que con este errado sistema se entorpece la energía del patriotismo de los pueblos, y que la guerra con que nos castiga el Gobierno de España manifiesta que no se ha dejado engañar con nuestra simulación.

Por último, convence y persuade que se declare una absoluta independencia, y que no se use ni pronuncie el abominable nombre de Fernando Séptimo.

4. FAVORABLE ACOGIDA QUE ENCUENTRA EN LA OPINIÓN. Estas ideas eran recibidas del pueblo con mucho entusiasmo, como tan conformes a sus votos, pero no convenían con la Constitución que en su tercer artículo establece que Fernando Séptimo es Rey de Chile.

Para remover este embarazo no lo tuvo Irisarri en atacar abiertamente dicha Constitución y en su Semanario número 10, con fecha sábado 9 de septiembre de 1813, dice que la Constitución de Chile es una pieza completa de sandeces y de arbitrariedades, y que no hay tal Constitución.

Estos asertos los prueba irrefragablemente con sola la sencilla relación de hechos notorios en estos términos:

Todo el mundo sabe que el 27 de octubre de 1812, se apareció en la Sala del Consulado un papelón en que debían suscribir los vecinos de la capital que no quisieren exponerse al resentimiento de la tropa.

Fueron pocos los que satisficieron su curiosidad leyéndolo antes de firmarlo y los demás no tratando de otra cosa que de ponerse a cubierto de los insultos que amenazaban, echaron su firma como suelen decir en un barbecho.

Si obraron en esto mal o bien lo pueden decir las ocurrencias posteriores.

A los pocos días de esto salieron a luz o por mejor decir, a la oscuridad de la noche, una cierta clase de disciplinantes que azotaban cruelmente a todos aquellos que se habían rehusado a suscribir la Constitución.

5. PERSONAS VAPULEADAS. Hasta aquí el Semanario; y luego prosigue nombrando varios sujetos que fueron vapuleados, y aun omite nombrar algunas señoras que sufrieron igual o más indecente tratamiento, y estos hechos fueron tan ciertos como los relata, viéndose obligado el Gobierno para ocurrir a dichos escándalos a publicar un bando en que mandaba cesasen los azotes, y que fuesen perseguidos los disciplinantes.

Nadie ignoró ni ahora lo ignora que los vapuleantes eran los mismos señores Carrera acompañados del Cónsul americano y de otros calaveras del mismo temple, que disfrazados se burlaban de los descontentos de su despotismo.

Esta primera moción del Semanario fue celebrada del público con admiración y aplauso. Con admiración, porque nadie creía se hallase una persona de tanto valor que se opusiese a la prepotencia de los Carrera; y con aplauso porque todos eran del parecer de Irisarri y deseaban sacudir el tiránico yugo de aquellos jóvenes.

6. NULIDAD DE LA CONSTITUCIÓN. A renglón seguido prosiguieron los dos periódicos, Semanario [Republicano] y Monitor [Araucano] dando noticia al público de lo tratado y ocurrido en la Junta de Gobierno y Corporaciones, celebrada el 6 del mismo en la que declararon todos sus vocales la nulidad de la Constitución, la inobservancia de ella y por último la ninguna autoridad y legitimidad del actual Gobierno, inclusos todos los Tribunales y funcionarios subalternos.

Allí se dice que los legítimos vocales de la Junta Constitucional eran don José Miguel Carrera, don José Portales y don Pedro Prado; pero que nombrado el primero General en Jefe del ejército, se vio obligado el Senado, interpretando la Constitución a sustituir en su lugar a don Juan José Carrera, hermano del substituido.

En esta ocasión presentaron sus renuncias los otros dos vocales Prado y Portales, y procediendo el Senado sobre los mismos principios, substituyó en su lugar a los ciudadanos don Francisco Antonio Pérez y don José Miguel Infante.

A pocos días hubo necesidad de que marchase al ejército el Vocal don Juan José Carrera y en su empleo fue substituido don Agustín Eyzaguirre.

7. CAMBIO DE VOCAL EN LA JUNTA DE GOBIERNO. Bajo este pie se mantuvo el Gobierno desde abril próximo pasado hasta el 1º de octubre.

El Vocal don Francisco Antonio Pérez, resentido y temeroso de la rivalidad de los Carrera presentó su renuncia, en cuyo lugar fue substituido el cura de Talca don José Ignacio Cienfuegos.

A pesar del público conocimiento y confesión de la nulidad de la Constitución y de la ilegitimidad del Gobierno, se resolvió que prosiguiesen las cosas en este estado de anarquía ofreciendo la única esperanza de remediarlo todo en la convocación de un Congreso General que debería efectuarse el siguiente enero.

8. LA JUNTA SE TRASLADA A TALCA. Determinose, además, que la Junta de Gobierno se trasladase a la ciudad de Talca, como lugar más a propósito para atender y activar los negocios de la guerra que iban de mala data, pero el principal objeto de esta expedición se reducía a destronar a los Carrera, que era el blanco directo a donde se dirigían todas las miras y todos los tiros del nuevo Gobierno.

Para el régimen de la capital y las provincias del Norte, ínterin la ausencia de la Suprema, fue nombrado Gobernador Intendente con las facultades competentes a este título, y además las de representante del Supremo Poder Ejecutivo, el Doctor don Joaquín de Echeverría y Larraín.

Dispuestos así los negocios salió de la capital para Talca la excelentísima Junta el 15 de octubre y después de un ostentoso viaje, en que sus excelencias pasaron recibiendo todos los obsequios, inciensos y honores de unos reyes por los lugares y villas del tránsito, llegaron a Talca el 21 en donde establecieron su supremacía, y empezaron a desplegar y poner en ejecución las altas ideas que de antemano tenían concebidas.

El primer paso con que pensaron aterrar y aun destruir al, enemigo fue la remesa de los siguientes papelones:

9. ARTIFICIO Y FALSEDAD DE LOS INSURGENTES PARA ALUCINAR AL EJÉRCITO DEL REY. Causa admiración el artificio y falsedad con que el insurgente Gobierno procuraba alucinar al ejército del Rey, siguiendo aun en esto las pisadas de los revolucionarios franceses, que tanto adelantaron su falta partido con esta especie de seducciones. Es verdad que en este tiempo se apuraron los recursos y se hicieron extraordinarios esfuerzos para poner en campaña un poderoso ejército; pero al mismo tiempo se debilitaban con la división de partidos o facciones, atendiendo cada una de ellas a sostener sus ideas más que a destruir al enemigo común.

El Gobierno colocado en Talca con el principal objeto de vencer a los Carrera antes que a Sánchez, iba tomando las medidas al efecto y temiendo que aquellos, dueños de la fuerza, resistieran dejar el mando y aun se opusieran con las armas, tomó la resolución de formar un nuevo ejército adicto a su facción, el cual se estaba reuniendo en Talca sin permitir pasase el Maule a pesar de que en Concepción reunido sería capaz de privar a Sánchez de la comunicación con Lima, Valdivia y Chiloé, de cuyos lugares se esperaban por momentos los auxilios.

10. OPERACIONES DE LOS EJÉRCITOS. CARRERA EN COLLICO. Carrera escarmentado y herido en la acción del Roble, se replegó sobre las lagunas de Avendaño, y a pocos días sobre Concepción dejando la división del centro acampada poco más allá de la Florida en el lugar llamado Collico, y destacando al Coronel O'Higgins ordenó pasase hacia el partido de Rere para impedir, si podía, la comunicación del Ejército Real con Arauco.

Este recorrió sin oposición hasta el río la Laja, pero queriendo pasarlo lo resistieron con arte y valor las milicias de aquel partido, auxiliadas de algunos fusiles y le obligaron a desistir retrocediendo vergonzosamente.

11. PLANES DE ELORRIAGA. SEGURIDAD DE SÁNCHEZ. ATIZA LA DISCORDIA ENTRE LA JUNTA Y LOS CARRERA. Elorriaga, que por enfermo no pudo hallarse en la acción del Roble, en cuyo accidente consistió acaso la salvación de los Carrera, salió ahora de Chillán con una partida de hombres y se dirigió a la Laja, con el objeto de sostener la posesión de aquellos partidos de la Frontera, conservar la comunicación y tránsito para Arauco, observar los movimientos de O'Higgins y estrechar los recursos de Carrera en Concepción.

Estos eran los puntos principales y más interesantes para Sánchez que en Chillan se hallaba sin temor ni peligro de ser atacado por las divisiones de Talca ni por las de Concepción desunidas en los dos diferentes partidos de la Junta y de los Carrera, en cuyo estado no podían ni pensaban emprender cosa de importancia.

Sánchez sacaba las utilidades de esta discordia y atizaba cuanto podía la desavenencia, según lo hemos visto en su última contestación a la Junta en que aviva los recelos del Gobierno si consiente en que los Carrera prosigan en el mando del ejército, llevado de aquel principio: divide y vence; y de este modo entretenía al enemigo en inacción todo el tiempo de la primavera, el más a propósito para operar los ejércitos.

12. SOCORROS PARA EL EJÉRCITO ESPAÑOL. Esperaba también Sánchez por aquellos días, que es decir a primero de noviembre, algunos socorros de Chiloé y Valdivia, que había pedido por medio de un padre misionero de Chillán, que atravesando las provincias de los infieles había pasado a aquellos destinos con este fin.

Entre los dos dichos pueblos se pudieron juntar y remitir ocho mil pesos; pero además de éstos condujo el padre misionero la consoladora noticia de que en Chiloé se estaban aprontando cuatrocientos hombres, que mediante la actividad y exigencia del Gobernador don Ignacio Justis, deberían arribar a Arauco a principios de enero.

Llegó también en esta ocasión el bergantín Potrillo de Lima, conduciendo pólvora y municiones para el ejército que se hallaba ya bien escaso de dichos artículos, y como estaba franco el puerto de Arauco pudo el enviado del Virrey pasar a Chillán e informarse menudamente del estado de todo, regresando con noticias oficiales del mismo General Sánchez que da cuenta individual de toda su campaña, que es decir de seis meses corridos desde la muerte del señor Pareja en que quedó aislado de los insurgentes sin haber podido hasta ahora comunicarse con el Virrey.

13. CARRERA PROYECTA ATACAR LA PLAZA DE ARAUCO. NO LO APOYA LA JUNTA. De este modo giraban los negocios de la guerra en el mes de noviembre, en que los Carrera situados en Concepción y sus inmediaciones con su ejército restaurador, veían decaer su prepotencia por las artes de sus enemigos, los que tenían en su mano todos los recursos y fuerzas de la capital y de todo el reino, exceptuando a Concepción.

Esto no obstante, Carrera administraba la guerra de la patria con más acierto que la Junta de Talca y proyectó por entonces una expedición contra Arauco, que era el golpe mortal que podía dar a los realistas y lo hubiera verificado si el Gobierno de Talca no le hubiera negado los grandes socorros que inútilmente detenía en Talca para sostener sus ideas de separar del mando de las armas a sus rivales.

14. LAS FUERZAS DE SÁNCHEZ RODEAN A CARRERA EN CONCEPCIÓN. Se veía rodeado en Concepción por todas partes de las fuerzas de Sánchez, pues en San Pedro, intermedio sólo el río, se hallaba el intrépido Quintanilla; que aunque con solo cincuenta fusileros y algunos cañones, aparentaba con algunas compañías de milicias y con muchos ardides que tenía un ejército formidable con que día y noche tenía alarmados a los de la ciudad de Concepción, en la que Carrera mantenía la mayor parte de sus fuerzas por este temor.

15. PERSECUCIÓN DE LA DIVISIÓN DE O'HIGGINS. Elorriaga por Rere y Quilacoya se acercaba cuanto podía persiguiendo y escarmentando siempre a la división de O'Higgins que no se atrevía a salir de las angosturas de Hualqui, y el primero de diciembre derrotó y siguió una guerrilla hasta la Florida, matándole algunos hombres.

16. APRENSIONES DE SÁNCHEZ POR LA SUERTE DE ARAUCO. PLANES QUE PONE EN JUEGO PARA EVITAR SU CAÍDA. Noticioso Sánchez de la expedición proyectada contra Arauco entró en alguna aprensión, porque Carrera tenía en Concepción y sus inmediaciones más de mil hombres de fusil y numeroso parque de artillería con muchas milicias, y esto ocurría en una ocasión en que por el puerto de Arauco esperaba los refuerzos de Chiloé y de Lima, según recientemente le comunicaron aquellos gobiernos.

Para retraer a Carrera del proyecto destacó desde luego una división de más de trescientos hombres que puso al mando del coronel Urrejola, ordenándole a éste que se acercase cuanto pudiese por la Florida a Concepción, combinando sus operaciones con la de Elorriaga, para que temeroso Carrera de salir de Concepción, pensase más en defender aquella ciudad que en dicha expedición.

Surtió el intentado efecto esta acertada medida y aunque si la Junta de Talca obrara acorde con su ejército de Concepción pudiera estorbar a Sánchez (acercando por el norte algunas tropas) y sacase tanta fuerza de aquella plaza, pero no hicieron el menor esfuerzo contentándose con sólo destacar 400 hombres que pasando el Maule hicieron algunas correrías por las inmediaciones de Linares, Longaví y Cauquenes, y se regresaron.

17. INDIGNACIÓN DE LOS CARRERA POR LAS PERSECUCIONES DE QUE EL GOBIERNO LOS HACE OBJETO. VIOLENCIAS Y DEPREDACIONES DE SUS PARTIDARIOS. Furiosos estaban los Carrera con la persecución del Gobierno y por otra parte con el mal éxito de sus operaciones militares, por cuya causa sus principales miras se enderezaban a mantener contentos y adictos a los soldados, quienes ofrecían y vociferaban no permitir la separación de sus jefes.

Para este fin era precisa la indemnidad y tolerancia de toda clase de desórdenes y delitos, y así la guerra era el exterminio y ruina de todos los habitantes de los pueblos y campañas del desgraciado Chile.

El saqueo de las casas, los asesinatos, las violencias a las mujeres con el simulado título de los diferentes partidos, tanto entre sí como contra los realistas, ponían a todos en los peligros de no tener un instante de seguridad en parte alguna.

Tenían además los Carrera algunos deudos suyos empleados en las más importantes comisiones y siendo éstos unos públicos facinerosos, conocidos por tales aun antes de la revolución, se puede conjeturar cuáles serían ahora autorizados y defendidos con las facultades del gobierno.

Esta era una de las principales causas del odio general a los Carrera y los nombres de Bartolo Araoz con los Carrera de la Viña de la Mar y otra gran caterva de esta clase, capitaneada de aquéllos, perpetuarán en Chile la memoria de la época de los delitos.

18. DESCÉDITO DEL GOBIERNO. El Gobierno de Talca y de la capital observaba el mismo método con sus tropas para conservarlas a su devoción, temiendo la inclinación que notaba en ellas hacia los Carrera por amor al libertinaje y la licencia que con ellos gozaban, y así sin disciplina, sin castigo y con el título que era capa de todos los delitos, en nombre de la patria, corrían las pasiones desenfrenadas de precipicio en precipicio convirtiendo a Chile en una verdadera semejanza del infierno, en donde reina una perfecta anarquía.

En fin, en la época de los más inauditos crímenes no se vio la menor corrección ni castigo por parte del intruso y débil Gobierno, y sólo se publicaban algunas providencias insignificantes que jamás tenían efecto más que el desprecio y la burla con que se recibían.

19. DESCRÉDITO DEL GOBIERNO ECLESIÁSTICO. El Gobierno eclesiástico corría parejas con el civil y aun le aventajaba, porque puesto con violencia a su cabeza el escandaloso Obispo Auxiliar Andreu después de despojar de sus empleos a todos los buenos y virtuosos eclesiásticos y colocado en lugar de éstos a los más relajados y temerarios insurgentes con lo que puso en desorden y combustión a la religión, a la moral y a las costumbres del Obispado de Santiago de donde se llamaba Gobernador; no contento con estos males corrió como un furioso a invadir al de Concepción, adonde con mucho riesgo pudo llegar, y allí se empleaba con frenético y activísimo celo en propagar el infernal sistema de la rebelión e independencia.

El Ilustrísimo y dignísimo señor Villodres, verdadero pastor y padre de aquella diócesis se hallaba en Lima, fugado desde que Concepción cayó en manos de los insurgentes, y, como en rebaño sin pastor, se introdujo el temerario Auxiliar, desempeñando perfectamente las propiedades de usurpador y ladrón, que Jesucristo atribuye a los que de este modo entran en el redil de una grey.

20. PRÉDICAS DEL OBISPO AUXILIAR. Él predicaba continuamente en las calles y en la plaza unas doctrinas sediciosas, subversivas, inmorales, escandalosas, opuestas diametralmente a la sagrada escritura y a la religión cristiana, heréticas, erróneas, inductivas de los vicios más detestados, como son la venganza, el odio fraternal, la desobediencia a las legítimas autoridades, y conociendo que tales doctrinas no debían hallar aceptación en unos oyentes cristianos, solía concluir sus sacrílegas arengas con estas execraciones: Si no es verdad lo que os he dicho, que se, abra la tierra y me trague; que vengan los demonios y me lleven.

Y con otras semejantes con que los asistentes se retiraban horrorizados y atónitos, considerando en aquel hombre un Anticristo, o cuando menos lo tenían por un delirante o loco.

No tuviéramos resolución para estampar estos hechos si no nos constara de su certidumbre y publicidad, pues sobre haber visto documentos comprobantes, los hemos también oído referir a muchas personas fidedignas que los presenciaron.

El concedía indulgencia con tan intempestiva liberalidad que las hizo despreciables en aquel obispado, y no satisfecho con los progresos de perversión que conseguía a manos llenas en los distritos que ocupaban las armas de los insurgentes, extendió y dirigió ocultamente a la fiel plaza de Arauco, con el fin de seducir y sublevar si pudiera al Ejército del Rey y a los moradores de las leales provincias de su adhesión, la siguiente[1].

21. RESPUESTA A LA PROCLAMA. El precedente escrito fue luego contestado por el respetable sacerdote don Manuel Martínez, desde Arauco, que aunque en estilo sencillo y burlesco, responde que los feligreses de aquel lugar no quieren oír la voz de un usurpador intruso y menos cuando les propone unas máximas tan erróneas y contrarias a las que tienen oídas a sus legítimos pastores, y que esté persuadido de que su debida y jurada obediencia y lealtad a Fernando Séptimo, será de ellos respetada y defendida hasta derramar por estos deberes la última gota de su sangre.

22. LOS SACERDOTES DE CHILLÁN CONTESTAN TAMBIÉN LA PROCLAMA. Desde Arauco fue remitida a Chillán la descabellada proclama y los miserables sacerdotes a quienes tanto perseguía el Auxiliar, extendieron y publicaron otra contestación algo más seria y mejor fundada para que sirviese de triaca a los que hubiesen propinado aquel veneno.

23. CARRERA DEDICADO A CONTESTAR A SUS ENEMIGOS. Entorpecido por las medidas de Sánchez y por la discordia de los insurgentes el proyecto de la expedición de Arauco, se hallaba Carrera contraído a rebatir los innumerables cargos y delitos que contra su pasado y presente proceder divulgaban sus poderosos enemigos como medios preparativos para su abatimiento.

24. ACUSACIONES CONTRA LOS CARRERA. Publicábanse por todo el reino muchos escritos pintando a los Carrera con los colores más vivos de unos verdaderos tiranos y usurpadores de la libertad, y para esto presentaban como comprobantes notorios las contrarrevoluciones de 4 de septiembre y 15 de noviembre con la disolución del Congreso, la formación de la Constitución a su arbitrio, con otras cien violencias y arbitrariedades ejecutadas con la fuerza y terror de las armas de que eran dueños.

25. SUELDOS DE LA FAMILIA, ADMINISTRACIÓN LIBRE DE CAUDALES PÚBLICOS Y DILAPIDACIÓN DE ELLOS. Don Ignacio Carrera, padre de la familia; Brigadier don Juan José, hijo primero, Brigadier y Comandante de la División de Granaderos del centro; don José Miguel, hijo segundo, Brigadier y General en Jefe de todo el Ejército de Chile; don Luis, hijo tercero, Coronel y Comandante del Cuerpo de artillería; entre los cuatro recibían del Erario Público diez mil pesos anuales de renta, prescindiendo de que toda la administración de caudales estaba a su disposición, se les atribuía la dilapidación y usurpación de inmensos caudales remitidos al ejército, sin rendir cuenta ni razón, al mismo tiempo que las tropas se quejaban de no recibir sus pagas hacía muchos meses.

Y en fin, no tienen número ni medida los crímenes que se les atribuían, concluyendo con que el mal estado de la guerra y el sumo peligro en que se hallaba la patria, no tenía otro origen, ni provenía de otra causa, que de la tiranía y cobardía al mismo tiempo de los Carrera.

No decían más que la verdad, y aun no toda, en la multitud de desórdenes atribuidos a los Carrera; pero no por esto se entienda que obraban los vocales del actual Gobierno conformes a razón y a justicia.

26. COMPLICIDAD DE LOS VOCALES DE LA JUNTA Y SU PARTIDO CON LOS CARRERA. En primer lugar, dichos señores habían sido a su tiempo, cómplices, compañeros y auxiliares de los Carrera en los principales hechos de que los acusan.

Los habían apoyado, defendido y celebrado con elocuentes escritos en proclamas, manifiestos, Monitores, etc., y por último eran hechuras suyas y obtenían sus empleos por beneficio de los mismos y en promedio de su complicidad, pues en aquellos tiempos no había otro medio para optar los empleos, que el favor y amistad de los Carrera; y si esto no fuera cierto, sería falso el cargo de absoluto dominio y despotismo que los Carrera habían ejercido hasta la época presente, que sería absurdo negar.

En segundo lugar, saben y conocen los acusadores que la causa y revolución que sostienen los Carrera es injusta, inicua, pérfida y mala por su naturaleza.

¿Y cómo quieren que la sostengan y defiendan con otros medios que con injusticias, iniquidades, perfidias y maldades, debiendo ser los medios de la misma naturaleza que los principios, sin que en este método se observe discrepancia en todas las revoluciones que ha habido en todo el universo?

En tercer lugar ¿tienen otro motivo los de la Junta y su partido para perseguir a los Carrera y abatirlos, que el deseo de adquirir la misma tiránica dominación, para emplearlo en los mismos y mayores excesos, según dan testimonio los anteriores procederes, los actuales y los que sabemos tienen prevenidos para lo sucesivo?

En esta conducta no tienen lugar ni parte alguna el celo del bien público o del Estado, pues por confesión y juicio formado del actual Gobierno, éste es nulo y no tiene facultad, autoridad y representación del pueblo en quien residan estas atribuciones de la soberanía de que es propietario y por consiguiente ni puede disponer de la reforma de los Carrera, ni nombrar otros en su lugar, mientras el pueblo libremente reunido en un Congreso General, no deposite su poder en las personas de su aprobación.

De este modo que en el vicio de usurpación y tiranía de los Carrera, incurren los actuales gobernantes en el mismo hecho de subrogarlos.

En este litis, a mi parecer, tienen la razón los Carrera, pues sobre ser más ineptos para regir y defender la revolución sus contrarios, los exceden éstos en perversidad, injusticia y despotismo.

27. RESISTENCIA DE CARRERA. A todas estas maquinaciones disponía Carrera oponerse últimamente con la fuerza de las armas, confiando en la adhesión del ejército a su persona y particularmente los consejos y deseos de su hermano don Juan José no se reducían a otro objeto según constan de las correspondencias que en estos días cayeron en manos de Sánchez, en la que éste pide la comisión de pasar a Talca con sus Granaderos, ofreciendo colgar en una horca a los vocales de la Junta, y quitar la vida a Mackenna, autor también de las tramas de sus enemigos.

Esto no obstante, es innegable que atendió al bien público de su patria por lo que respecto a declarar una guerra civil, considerando que Sánchez recogería el fruto de su discordia y después de conocer mucha parte de su oficialidad estaba sobornada por la Junta, y que lo desamparaban en sus miras se pudo reducir a entregar el mando con la firme esperanza de que el tiempo le ofrecería ocasión para vengarse de sus enemigos.

28. CRUELDADES DE CARRERA. En este tiempo degeneró Carrera de su ordinaria conducta, que hasta ahora no se había manifestado cruel y sanguinaria, calidad que lo hacía más tolerable en comparación de su partido contrario; pero en estos días selló la despedida del mando con crueldades extraordinarias.

Quitó la vida a más de veinte personas por indicios de comunicación con el Ejército del Rey, versación inevitable y frecuente en el discurso de esta guerra, pero que hasta aquí se había castigado con más miramiento, por no dar lugar al uso de represalias que sería funesto a ambas partes.

El 23 de noviembre pasó por las armas al benemérito y fiel Capitán de Dragones del Rey don Santiago Tirapegui con otros cinco compañeros, sospechando más que probando una conspiración contra el sistema de la patria.

29. O'HIGGINS NOMBRADO GENERAL EN JEFE DEL EJÉRCITO INSURGENTE. El 27 de noviembre, despachó la Junta el título de General en Jefe al Coronel don Bernardo O'Higgins, y el de Comandante de Granaderos al de la misma clase don Carlos Spano, a quienes convocó a Talca para darles posesión de sus empleos, según se verificó el nueve de diciembre.

Esta medida tan arriesgada y crítica se procuró apoyar con el voto de la capital y de todos los partidos para poder decir que era voluntad de todo el reino y así se les comunicó a los dos Carrera que se hallaban en el ejército de Concepción, pues don Luis, Comandante de artillería, ya había renunciado su empleo hallándose en la capital.

Las razones que se aparentaban al público decían que era incompatible con la independencia y libertad del Estado, el que el mando de las armas se hallase reunido y depositado en manos de una sola familia, sin que en el decreto se tocase una palabra ofensiva a los Carrera; pero esto no obstante, O'Higgins sólo tomó el mando de la división auxiliadora que se hallaba en Talca, sin atreverse a pasar a Concepción a subrogar a Carrera en el Ejército Restaurador.

30. LAS DESIGNACIONES ANTERIORES CAEN MAL EN CONCEPCIÓN. En Concepción se recibió con mucho disgusto la noticia, y tanto la oficialidad adicta a la licencia y libertinaje de sus jefes, como las tropas querían mantener en su lugar a su General, a cuyo efecto en cabeza del Ayuntamiento se extendió una enérgica representación que se dirigió a la Junta, haciéndole ver que el estado actual de la guerra, no permitía poner en ejecución una novedad tan importuna [inoportuna], capaz de trastornar la causa de la patria.

No fue atendido dicho escrito y con sagacidad y disimulo se les fue disponiendo con ofertas de que permanecerían en el mismo rango de autoridad, honores y sueldos, con el mismo influjo en los negocios de la guerra, a cuyo efecto tenían instruido al nuevo General para que procediese en todo con arreglo a sus consejos y disposiciones.

31. O'HIGGINS SE ENCAMINA A CAUQUENES PARA PASAR A CONCEPCIÓN. A últimos de diciembre salió de Talca el nuevo General O'Higgins con la División que llamaban Auxiliadora, para restaurar a la villa de Cauquenes con intento de acercarse a Concepción, noticioso ya de que Carrera escribía al Gobierno pidiendo que fuese O'Higgins a encargarse del ejército.

32. EL VOCAL CIENFUEGOS PASA A CONCEPCIÓN. Para allanar más este paso fue destinado para Concepción el Vocal don José Ignacio Cienfuegos, como plenipotenciario del Gobierno, el cual luego que entró en aquella ciudad recibió desprecios y malos tratamientos de Carrera, pero con sus proclamas escandalosas, y con otras providencias semejantes se atrajo algún partido y dio parte de que el ejército se hallaba dispuesto a recibir a los nuevos jefes, con cuya noticia éstos se aproximaron a Concepción.

33. ACTIVIDADES DEL CABILDO DE SANTIAGO AL EXPIRAR EL AÑO DE 1813. A proporción de los sucesos que van quedando mencionados, el Ayuntamiento seguía sus movimientos insurgentes en la medida que lo permitía el Gobierno absorbente que pretendía tomar y dirigir toda la vida del país, ahogando con ello la independencia de los cabildos.

34. FORMACIÓN DE UN TEATRO. Sobre este particular dice el acta del 5 de febrero de 1813.

35. PERDÓN PARA LAS VIDAS DE DON JOSÉ MARÍA Y DON JUAN NICOLÁS CARRERA, PARIENTES DE LA FAMILIA CARRERA. Se lee en el acta del 23 de marzo:

36. MANDO DE TROPA U OTRAS COMISIONES A ESPAÑOLES. Molestó a los españoles que eran muy pocos los que servían la causa insurgente, un acuerdo del Cabildo sobre este asunto y vióse la corporación obligada, para no lastimar más los dañados, a dar una aclaración la que hizo en la sesión del 4 de abril donde dejó constancia:

37. FALTA DE REGIDORES. DESIGNACIÓN DE NUEVOS EDILES. SUSCRIPCIÓN DE LOS ACUERDOS SOBRE EMPRÉSTITOS. HERREROS PARA COMPONER FUSILES. Promovióse en el Cabildo discusión sobre estos puntos y en la sesión de 5 de abril se reprodujo lo que la corporación pensaba, lo cual es del tenor siguiente:

38. QUILLOTA SOBRE LAS ARMAS. Preocupábase el Cabildo por esta época en que estaban amenazados los insurgentes por los enemigos reales invasores de Valdivia y Chiloé, de arbitrar medios de seguridad, mantener el pueblo en quietud y tranquilidad y discurrieron poner sobre las armas el regimiento de Quillota como dice el Acta siguiente en la cual se avanzan temores y reticencias.

39. SE DELATA UNA CONSPIRACIÓN. El estado febril, cauteloso y lleno de temores de los insurgentes de que ocurriera una sublevación de los partidarios del buen sistema, se conoce mejor que por cualquiera otra relación que la de esta acta del Cabildo en que el respetable Cabildo oye la delación de conspiración de un individuo sin mayores antecedentes y da cuenta apuradamente a la Junta de Gobierno. Dice este documento.

40. DERRAMA DE DINERO PARA LA GUERRA. El 11 de junio, el Cabildo entró en sesión para considerar las medidas que era del caso tomar para ayudar a la guerra contra el Ejército Real en el Sur invasor de la provincia de Concepción estableciendo al efecto una o varias derramas, como puede leerse en el acta siguiente.

41. ARBITRIOS PARA COSTEAR UN CUERPO DE INFANTERÍA. Cada día eran más pesadas las cargas del Gobierno en las múltiples necesidades que le urgían para mantener en pie de guerra y constante eficacia la máquina militar con que debía hacer frente al Ejército Real, y aunque el entusiasmo de los insurgentes era de merecer admiración, cuando [cuanto] caudal recibía el Gobierno era poco para el objeto que devoraba cuanto entraba en la caja de la Tesorería.

Discurrió entonces la junta buscar el ingenio del Cabildo para crear recursos y con tal motivo la Corporación se ocupó de satisfacer los deseos de la excelentísima como de todo ello queda constancia en el acta cuyo tenor es el siguiente:

42. CONCLUYE EL AÑO 1813. Con estas muestras del movimiento del Cabildo de la Capital, damos por concluido el año de 1813, tan lleno de sucesos y novedades en la revolución chilena.

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Notas

[1] Ni la edición de 1848, ni la de 1964 integran este texto. (N. del E).Volver .