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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo XVII. La Revolución Camina a su Ruina
Texto

1. Cuadro General de los Sucesos del Año.
Las muchas convulsiones y movimientos extraordinarios de la revolución de Chile, indicaron desde el principio su corta duración; y la no interrumpida agitación y manía en las mudanzas y variación de Gobierno y sistemas gubernativos, sin hallar uno en que fijarse, eran documentos bien claros de que caminaban a su ruina.

Habíanse apartado del único camino rector que los guiaba a su deber, y por más que buscaban otras muchas sendas y trabajaban en abrir nuevos caminos, a poco andar veían que todos los conducían al precipicio.

Muchos de los insurgentes conocían y confesaban la imposibilidad del buen éxito, afirmando que no tenían hombres capaces de regir el timón de su desmantelada nave, para que pudiera arribar al soñado puerto de la libertad e independencia.

La ambición de obtener los empleos, que desde el principio se había apoderado de los ánimos de todos los chilenos y que parecía el único móvil de la revolución, iba decayendo de tal modo que ya no se hallaba de quien echar mano para el mando; pues habiendo aparecido en las muchas y diferentes formas de gobierno, una multitud de juntas, congresos, cabildos, senados, diferentes tribunales, sociedades, comisiones, institutos, oficinas, gobiernos, infinidad de empleados en el ramo de la guerra y del ejército, en fin, se verificaba en aquellos tiempos ser mayor el número de mandatarios que el de súbditos, añadiéndose a esto que en cada una de las muchas contrarrevoluciones se renovaba regularmente el teatro apareciendo nuevos individuos y desapareciendo de repente los antiguos.

De aquí procedía que satisfechos ya los hombres de haber lucido en el candelero y desengañados de su ineptitud, y resentidos de los agravios que habían sufrido en sus despojos, se ocultaban y retiraban con mucho detrimento del sistema.

Veían con dolor la decadencia de los negocios de la guerra, previendo con bastante fundamento la mala suerte que debían esperar, la que no podía distar mucho.

Hallábase el Gobierno y la capital con todas las provincias del norte de Maule con dos enemigos poderosos: Sánchez, con el Ejército del Rey cada día aumentaba sus ventajas y conquistas; y los Carrera, ultrajados y depuestos del mando del ejército, amenazaban vengarse de sus injustos perseguidores, sin que llegase el día de entregar el bastón a sus nuevos sucesores.

2. La Política y el Cabildo. Importantes Acuerdos.
La política no cesaba de jugar su lugar en la opinión de los que ahora dirigían el Gobierno, cuya representación más importante se concentraba en el Ayuntamiento o Cabildo de Santiago.

Sobre varios importantes sucesos tomó acuerdos que vamos a recordar con la reproducción de las actas de la Corporación.

3. Diputados Para Tratar de la Paz.
En la sesión del día 4 de febrero de 1814, preocupóse de la designación de un Diputado para tratar con un representante de España las diferencias de la guerra, y otro para la Corte del Brasil. El Acta es a la letra la siguiente:

4. Prisión de José Miguel y Luis Carrera.
La prisión de José Miguel y Luis Carrera, don Estanislao Portales y otros por las tropas del Rey en Chillán, fue objeto del Cabildo de una intervención en la sesión a que hace referencia el acta que a continuación se copia:

5. Toma de Talca.
La toma de Talca, el 4 de marzo de 1814 agitó la política en el Cabildo como lo testimonia el acta del día 22 de marzo. La damos a continuación:

6. Deliberaciones del Cabildo de Santiago. Pérdida de Talca.
Movió al Cabildo a deliberaciones muy sostenidas por las preocupaciones que a ello la obligaban, la pérdida y derrota que experimentó la tercera división que mandaba el Comandante de artillería don Manuel Blanco Encalada, como lo atestigua el:

7. Proposiciones de paz del Comodoro James Hillyar.

El siguiente es el parte que pasó el General Gabino Gaínza al Virrey del Perú con fecha 26 de abril de 1814 acerca de su campaña y las proposiciones de paz del Comodoro Hillyar.

Este parte (aunque datado el veinte y seis) se cerró en Talca el veinte y ocho y salió de Talcahuano para Lima en el bergantín San Fernando el cinco de mayo.

8. Arribo de Gaínza a Arauco. Desarrollo de la Campaña.
Llegó Gaínza a Arauco el 30 de enero de 1814, con ciento veinte y cinco hombres, incluso ciento del Regimiento Real de Lima, con cuarenta mil pesos en dinero e igual cantidad en efectos.

Se halló en Arauco con nuevas tropas que días antes habían venido de Chiloé a las órdenes del Coronel Montoya: y armando de éstas y aquellas una división respetable, marchó el ocho de febrero a pasar el Biobío por Santa Juana.

En Rere agregó a esta división una parte de la caballería de Elorriaga, y la hizo marchar para el Membrillar, y entretanto se fue Gaínza a Chillán, con sus edecanes, tomó el mando del ejército, y a los cuatro días puso sitio al General Mackenna con más de dos mil bayonetas.

Su cuartel general de Chillán, fortalecido con tres castillos y cinco trincheras, quedó con setecientos hombres al mando del Coronel Berganza. Su ejército, pues, jamás se halló en mejor estado.

Envanecido desde que en agosto de 1813; se levantó el sitio dé Chillán y en seguida asestándole al enemigo varios golpes en sus correrías sucesivas, se había hecho de caballería y víveres, y en razón del mayor terreno que ocupaba era la recluta y bagajes.

La sensación de un nuevo General con dinero y vestuario, con nuevas tropas de Lima y Chiloé, aumentaba el influjo físico y moral, y el confesionario y púlpito de los misioneros eran banderas de enganche.

Así es que sin disminuir un solo hombre de los 2.000 con que estrechaba el sitio del Membrillar (cuyo ataque dio, y perdió el 20 de marzo) sin tocar los setecientos que guardaban a Chillán, tomó Talca luego y la defendió del Comandante Blanco, con más de seiscientos hombres al mando de los coroneles Elorriaga y Olate.

A pesar de la pérdida que hubo en el Membrillar, pudo salir inmediatamente para el Maule con más de 1.100 hombres veteranos a reunirse con la división de Talca ya aumentada, y protegerla del ataque que debía esperar.

De este modo, contó en Talca con más de ochocientos hombres, y dejando allí 300, marchó con más de 1.500 hasta las Quechereguas.

Retrogradó despavorido el 13 de abril hasta Talca.

Allí se mantenía con 1.800 hombres cuando supo que Fuentes con 300, que sacó de Chillán, con las partidas de Los Ángeles a las órdenes de Pando, de Arauco y San Pedro, al mando de Quintanilla, con milicia de la Laja y Tucapel, que reunidos componían cerca de 1.000, había tomado a Concepción, y acto continuo a Talcahuano, en unión con las fuerzas marítimas.

Teniendo ya por suya la provincia, le fue fácil mandar venir a Talca parte de las tropas que en aquella había, y en 19 de mayo había ya 200 del cuerpo de Valdivia en los vados del Maule, 100 y más, del de Chiloé en Linares, y venían a marchas redobladas desde Concepción, Quintanilla y Elorriaga con la fuerza que este último había ido a escoger con tiempo.

Por manera, que el día de los tratados contaba Gainza en Talca y sus inmediaciones con más de 2.000 veteranos, con otros 1.000 de reserva en las plazas de Chillán y Concepción con mayor número de milicias; con sobra de caballos para montar todo su ejército; con más de 1.200 prisioneros; y con todos los recursos que le proporcionaban la provincia de Concepción, sus puertos y costas.

Estos hechos deducidos de documentos originales, del anterior parte, y del número tercero El Pensador del Perú (que es una relación servil del despótico Gobierno de Abascal), han dado margen, sin duda, para que se desaprobasen los tratados de Gainza.

También aquí, genios sin previsión ni cálculo, se dieron por descontentos y osaron censurar al Gobierno que dio las bases, y a los generales plenipotenciarios que las llenaron.

Fácil era demostrar que las glorias posteriores y permanentes de la patria tienen un principio en aquel convenio; pero baste reflexionar que su infracción por los enemigos nos ha dado más justicia contra ellos, y nueva experiencia para no fiarnos en sus ofertas, pactos y garantías.

Ello es que a Gainza se desaprobó el convenio, y esto prueba que a la causa de América era ventajoso.

No se cumplió, es verdad; pero mediante él disminuyó el ejército enemigo en razón de lo que el nuestro aumentaba; y si ocurrencias desagradables no hubiesen traído desde Talca hasta el Maipo al Ejército de la Patria, en las orillas del Maule, habría hallado Osorio su sepulcro con sus 2.406 de infantería, 687 de caballería y 200 artilleros con 16 piezas.

Esta es la fuerza con que atacó en Rancagua, inferior a la que Gainza tenía el día de los tratados, pues que entonces no se contaba con los 550 de Talavera que vinieron después, etc., etc.

9. Agradecimientos al Comodoro Hillyar.
Los movimientos que hizo el Comodoro Hillyar para concertar la paz de que disfruta Chile, el Cabildo lo[s] reconoció con gratitud en la sesión de que se da cuenta.

10. Apertura de los Puertos.
Opinó por esta época el Cabildo sobre un negocio muy grave; cual era la apertura de los puertos que debía haberse verificado hacía tiempo. En la reunión del 13 de agosto el acta manifiesta:

Acta del Cabildo

En la ciudad de Santiago de Chile, a trece de agosto de mil ochocientos catorce, habiéndose convocado en este día extraordinariamente a los señores del Ilustre Ayuntamiento para que se reuniesen en su sala capitular a instruirse de un pliego de la Excelentísima Junta, lo verificaron en la propia hora, y orientados de su contenido, como del oficio del Ilustre Senado con que lo acompaña la Excelentísima Junta, contestatorio al grave asunto que propone sobre meditar la apertura de los puertos, que tiempo ha debía haberse verificado, a consecuencia de los tratados de paz celebrados con el General del ejército invasor de las armas de Lima, con cuyos documentos hace la Excelentísima Junta la misma consulta al Ilustre Ayuntamiento: dijeron los señores que siendo el asunto tan delicado, como al mismo tiempo urgentísima su deliberación, se entrase a la más seria discusión del asunto para que recayese el más acertado dictamen del Cabildo; y habiéndolo ejecutado con las mejores reflexiones sobre las dificultades y resultas que podrían sobrevenir, fueron de parecer que prontamente se verificase la apertura de dichos puertos, atendiendo que este sería el partido de conciliar enteramente las desavenencias de la guerra que se ha sostenido, la unión general de los ánimos mal contentos de los habitantes del reino, y, sobre todo, el objeto más interesante de enriquecer y restablecer las urgencias que padece nuestro erario con las grandes entradas que proporciona la circulación del comercio: en cuyos términos se verificó la contestación de la consulta del Excelentísimo Gobierno.

Concluido este acto, se orientó también el Ayuntamiento de otro oficio de la Excelentísima Junta, de doce del que rige, en que le transcribe el decreto admisivo de la renuncia que ha hecho el señor Conde de Quinta Alegre de la vara de Alcalde, y siendo, en su consecuencia, forzoso proceder a nueva elección, según la orden de la Excelentísima Junta, dijeron los señores y acordaron que no permitiendo la hora proceder a ella, se hiciese depósito de la vara entre tanto se ejecutaba la elección, en cuya virtud se verificó en la persona del señor Regidor don Gabriel de Valdivieso, para que desde el mismo día ejercitase sus funciones.

Y, finalmente, dijeron los señores que, con respecto a su nueva elección y de hallarse vacantes los empleos de Juez de Agua y de Abastos, era preciso hacer su nombramiento; y habiendo verificado, recayó el primero en la persona del señor Regidor don Juan de Herrera, y el del segundo en la del Doctor don Pedro Ramón Bohórquez. Con lo que concluyeron el acuerdo, que firmaron los señores que lo suscriben.

Doctor Pedro Ramón de Silva Bohórquez.- Manuel de Araos.- Juan Nepomuceno de Herrera.- Pedro Antonio de Villota.- Francisco de Paula Gutiérrez.- Tomás Vergara y Sepúlveda.- Doctor Timoteo de Bustamante, Secretario.

Por fin, en la sesión del 23 de septiembre ocupóse el Cabildo de los reclamos que habían hecho el Conde de Quinta Alegre, el Asesor General de Gobierno Licenciado don José Antonio de Astorga, don Ignacio de Eyzaguirre y don Diego Antonio Coss, sobre minoración de las cantidades que se les ha graduado en empréstito, según lo establece el acta de aquella sesión.

Fin de la Memoria Histórica.