El licenciado Lope García de Castro, Gobernador del Perú, en uso de la suprema autoridad que gozaba, ¡atendiendo a los informes que tuvo contra Pedro de Villagra, le separó del Gobierno de Chile, que dió a Rodrigo de Quiroga, del órden de Santiago, natural del Reino de Galicia. Este caballero, que entró al gobierno en 14 de junio de 1565, halló a los araucanos divididos en pareceres; unos entraban por ajustes de paz, i estrechados de las penalidades de la guerra, rendian la cerviz. Pero otros, movidos de las persuaciones de Paillataru, que se hizo jeneral de las armas, no se separaban del uso de estas. Mientras estuvieron en esta especie de inaccion, no dejó el adelantado Quiroga la ciudad de Santiago, pero luego que fué avisado de que comenzaban a unirse i formar escuadrones, salió para la Concepcion (diciembre de 1565). Antes de salir nombró de correjidor de la capital a Juan de Escobedo, i por título de 11 de agosto de 1565, confirmó el empleo de alcalde de minas de plata de su distrito en Francisco de Riberos, que lo era por nombramiento del mariscal Francisco de Villagra, dado en la ciudad de la Concepcion a 1.° de abril de 1563.

No se demoró en la ciudad de la Concepcion. Nombró por teniente de gobierno a Miguel de Velasco, i de maestre de campo a Lorenzo Bernal. Conocia que el verdadero i único medio que Habia de sujetar a aquellos naturales, es enfrenar su fiereza con establecimientos bien, fortificados, i entró por la costa a reedificar las plazas de Arauco en' el estado de este nombre, la de Cañete en el de Tucapel, i levanto un fortin en Quiapo. Concluidas estas colonias, nombró de partidario a Pedro Cortez Monroy con un regular destacamento de caballería. Envió alguna jente con el maestre de campo Bernal para refuerzo de la guarnicion de los Infantes, i regresó a la Concepcion a disponer la próxima campaña para el siguiente verano.

Cortez hizo la. guerra a los araucanos por sorpresas, que ellos llaman malocas, i les hostilizó de modo que abatió su fiereza, sino para permanecer en la paz que pidieron i prometieron, al ménos para evitar la guerra i hostilidad que hacian sobre los establecimientos españoles. Este partido, como mas seguro i de mas comodidad, abrazaron las parcialidades mas inmediatas a las colonias, porque están mas espuestas a sufrir el rigor de la guerra. Las mas distantes se unieron en las parcialidades de Quilaco en número de 3,000 hombres bajo las órdenes de Paillataru; que su ambicion votó siempre por la guerra. Se fortificó este jeneral en el cerro de Rucapillan, que tendrá 500 toesas de alto con los costados del norte i poniente, cortados a plomo por naturaleza, i fortificaron los otros dos lados con palizadas fuertes. Tiene su situacion 4 leguas al oriente de la plaza de Santa Bárbara, que hoi tenemos a la parte meridional del caudaloso Biobio, en la abra que hacen los montes mas bajos de la cordillera para que corran sus raudales.

Se tuvo esta noticia. en los Infantes, i el maestre de campo i el comandante Pedro Cortez resolvieron desalojarlos. Le dieron estos jefes una alborada cuando ménos la aguardaban, i aunque la resistieron con calor i con tenacidad, le forzaron su fortificacion, i se vieron precisados a ceder el puesto, con pérdida de mas de 200 hombres. El maestre de campo se retiró a la ciudad, i Pedro Cortez prosiguió la victoria i dispersó aquellas tropas fujitivas.

Ya no tuvo el Gobernador objeto para la espedicion que meditaba, i emprendió la conquista de la isla de Chiloé, que don Garcia Hurtado de Mendoza descubrió en el Archipiélago. Los ayuntamientos de la Concepcion i Santiago la resistieron, porque con su poblacion que debia sostenerse, era indispensable debilitar las fuerzas que se necesitaban para sostener a los araucanos. El Gobernador se mantuvo firme en su resolucion, i comisionó para ella al capitan Ruiz de Gamboa con 60 soldados en calidad de comandante de la espedicion, i a Alonso Benitez, vecino de Valdivia, en la de maestre de campo jeneral de ella.

En la ciudad de Osorno hizo el capitan Gamboa las últimas disposiciones para, la empresa, i marchó al distrito del cacique Carelmapu, situado sobre la, ribera del golfo de Chiloé, i los mismos isleños le facilitaron embarcaciones para navegarle. Los habitantes de la isla le recibieron de paz, i reconocido casi todo su territorio, fundo una ciudad (156 ), que de orden del Gobernador se dedico al Apostol Santiago, con el renombre de Castro, en obsequio del licenciado Lope García de Castro, que le dió el gobierno de aquel reino. El capitan Gamboa tampoco se descuidó en esta parte, i para perpetuar su memoria:, dió el nombre de Gamboa al rio que baña la poblacion. Dejo a Benitez de comandarte jeneral de aquel distrito, i regreso a la Concepcion, pero en tan breve tiempo, que un escritor lo espresa diciendo: que fué, vió i venció, como se dijo de Julio Cesar.