Tres nobles señoras de la ciudad de Osorno, que todas llevaban el nombre de Santa Isabel, reina de Hungria, se retiraron del mundo a vivir en habito de penitencia, i fundaron una casa de recojimiento con la denominacion de beaterio (1573). Admitieron en su compañia otras doncellas, i en la visita que hizo de aquella ciudad el Ilmo. señor don frai Antonio de San Miguel, primer obispo de la Imperial, formalizó su fundacion reduciéndolas a clasura bajo la regla de Santa Clara. En 1602, despoblada la ciudad de Osorno, i trasladadas las relijiosas a la de Santiago en 1603, levantaron su monasterio con limosnas, que para ese fin recibieron, i estuvieron sujetas al ordinario como lo estaban en Osorno al de la Imperial. En todos tiempos descollaron en santidad de vida muchas relijiosas, i se dedican a educar las niñas nobles de la capital, que sus padres deseosos de criarlas en santas costumbres, las entregan a su cuidado, i salen enseñadas a observar una relijiosa conducta, i bien instruidas en todas las habilidades propias de las señoras.

Por fallecimiento del Imo. señor don frai Pedro de Azuaga, fué presentado para obispo de la catedral de Santiago de Chile el Rmo. padre frai Juan Perez de Espinoza, natural de la ciudad de Toledo, relijioso de San Francisco, en la provincia de Castilla. Tomó posesion de su iglesia en 1601. Por promocion del Imo. señor don frai Rejinaldo de Lizarraga, que de la ciudad de la Concepcion pasó a la del Tucuman, gobernó tambien aquella diócesis, hasta que en 1612 se presentó el padre Luis de Valdivia de la Compañia de Jesus, autorizado con el título de gobernador i visitador jeneral de aquel obispado. Visitó ámbas diócesis. Celebró sínodo en 1612. Fundó el colejio seminario de la ciudad de Santiago dedicado al Santo Anjel de la Guarda para servicio de la Catedral. Vivió en él icomia en el refectorio con los colejiales. Se dedicó a instruir aquella noble juventud en buenas costumbres, i tomó para sí el trabajo de leerles la cátedra de latinidad. Entró en competencias con la real audiencia, que se referian en su propio lugar. Para defender la dignidad episcopal dejó su iglesia, i pasó a estos reinos donde falleció.

Por muerte del Imo. señor don Agustin de Cisneros, la majestad del señor don Felipe III, presentó para obispo de la Imperial a don frai Rejinaldo de Lizarraga, oriúndo de Cantabria, relijioso domínico en la provincia de San Juan Bautista de Lima, donde fué provincial, i de allí pasó a serlo de la de Chile. Restituido a su provincia, se dedicó a ser maestro de novicios, i de éste laudable ministerio fué promovido a la dignidad episcopal. Halló desolada la ciudad Imperial, i por auto de 7 de febrero de 1603, espedido en cabildo o capítulo compuesto de su señoría Rma. i el licenciado don Diego Lopez de Azocar, único prebendado que habia, i refrendado de Pedro Guevara, se trasladó la silla episcopal a la iglesia parroquial de San Pedro en la ciudad de la Concepcion, con calidad que se erejía en cátedra hasta la recuperacion de la Imperial, si el rei i el Sumo Pontifice no disponian otra cosa.

En 1607 fué este Ilmo. prelado promovido a la iglesia del Paraguai, i quedó vacante la silla: de la Imperial, hasta que en 1616 fué presentado i consagrado obispo de la Concepcion 'el Ilmo. señor don Cárlos Marcelo Cormerino. Esta presentacion daría mérito a que el señor doctor don Cosme Bueno se persuadiese que en dicho año fué erijida en catedral la espresada parroquia de San Pedro, i quedó vacante la silla de la iglesia de San Miguel de la Imperial por desolacion de la ciudad de este nombre. Del contesto del auto de traslacion, se infiere que el Ilmo. señor Lizarraga dió parte al rei de su resolucion, i no sabemos la contestacion de su majestad. Pero se evidencia que la corte no la ignoraba, pues por dos reales cédulas de 1718 i 1719, pide el soberano los motivos i causas de la traslacion. I ello es constante, que la silla de la iglesia de la Concepcion trae la serie de sus obispos desde el Ilmo. don frai Antonio de San Miguel, primer prelado de la Imperial, se gobierna por la ereccion que hizo este Ilmo. i fué lejítimamente aprobada, i sin contradiccion cuenta desde entónces su antiguedad.