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Crónicas
Tomo I
Capítulo C. Gobierno interino del Licenciado Hernando Talaverano - Proteje la guerra defensiva - El toqui Lientur levanta ejército contra los establecimientos españoles - Se establece la relijion de San Juan de Dios.

Desde que se estableció el tribunal de la Real Audiencia en Chile, la política de sus gobernadores tuvo la máxima de nombrar por interino al oidor-decano, i siguiendo Alonso de Rivera la misma idea en los últimos dias de su vida, nombró al licenciado Hernando Talalaverano Gallegos. El ayuntamiento de la ciudad de la Concepcion le pasó la noticia de la eleccion con testimonio del nombramiento, i en virtud de él tomó posesion del gobierno en la ciudad de Santiago. La eleccion fué acertada, porque era amante de la justicia i desinteresado, que jamas se dejó contaminar del oro (marzo 16 de 1617).

Puso buen órden de justicia en el distrito de la capital. Erijió en correjimiento el puerto de Valparaiso i su distrito, i nombró de correjidor al capitan Martin García. Salió para la frontera, i se puso en la ciudad de la Concepcion, donde publicó su resolusion de no faltar en los ápices a las reales disposiciones del soberano en órden ala guerra defensiva (abril 17). Protestó concurrir con el P. Luis i sostener a su Rvma. en la práctica de su sistema de pacificacion aprobado por el rei que lo juzgaba útil a Chile i a su real corona. De aquí pasó a las amenazas contra los que contradijesen la sábia conducta del P. Luis, i se siguieron los buenos efectos de ser todos en público de un mismo sentir con su Rvma., aunque lo contradecía el esperimental conocimiento que tenían de los indios.

Con esto serenó algo la tempestad que se había levantado contra el P. Luis i tranquilo el espíritu de su Rvma., volvió a emplearse todo en servicio del rei i del público. A sus instancias dió libertad el licenciado Talaverano a los indios que su antecesor hizo prisioneros i con ellos envió a requerir la paz de los de guerra. Surtió esta negociacion el efecto que deseaba el P. Luis Son los indios hijos de la novedad i del interes. Veían bien vestidos i obsequiados a los que suponían esclavos i picados de la curiosidad de oír al nuevo gobernador, no distaban de salir a la frontera, pero no se resolvian; i el licenciado Talaberano hizo por apartarlos de todo recelo, i les envió a decir: “que él iba con el animo opuesto al del gobernador Rivera, que ni él, ni el re, querían la guerra sino la paz, que se persuadía que ellos pensando con mejor acuerdo que en los tiempos pasados, serian del mismo parecer, i que para establecer una sólida amistad, saliesen a tratar con el P. Luis sobre los medios de su establecimiento; que hablando con su Rvma., quedarian satisfechos de la sinceridad de sus intenciones pues del mismo P. Luis sabrian que siendo ministro de la Audiencia había procurado estrechar al gobernador Rivera a las observancia de los reales mandatos que prohibian una guerra, que para ninguna otra cosa podría contribuir sino para la aniquilacion de ambas naciones.»

Ni al padre Luis ni a los indios desagradaba la conducta del licenciado Talaverano, i determinados a salir, no tuvo efecto su resolucion. El cacique Lientur lo echó todo a rodar. Era jefe de los indios de paz de la parcialidad de Cayuhuenu i se pasó a los de guerra con otros de las ole Santa F é i Nicolhuenu. Estaba bien orientado del gobierno interino de los españoles i les hizo muchos daños. Atravesó el Biobio a la entrada de una noche con una partida poco numerosa pero bien armada, i se encaminó a la provincia de Chillan. Saqueó el territorio de ella, quitó 400 caballos i cautivó algunas personas. Hecha la hostilidad trasmontó la cordillera, i dejó burlada la vijilancia de los españoles en la línea divisoria. Se desesperaban éstos, porque no se les permitia entrar a tierras de los enemigos, que talaban las suyas cuando querian. El gobernador contenia cl ardor de sus súbditos haciéndoles ver era espresa órden del soberano, que con este exceso de su real piedad justificaba mas la causa. ED estas circunstancias llegó a Chile nuevo gobernador, i el licenciado Talaverano se retiró a su Audiencia. Dejó en Chile noble descendencia, i una de sus hijas casó con don Ignacio de Vega Basan, que fué ascendido a presidente de la Audiencia de Panamá.

Uno de los primeros cuidados de Pedro Valdivia, fué establecer hospitales en las ciudades que fundaba. En la capital erijió el de Nuestra Señora del Socorro, que se estableció el año de 1555 cerca de dos años despues de su fallecimiento. Se asignó por fondos para su subsistencia una estancia en tierras de Chada: un repartimiento, o encomienda de indios en el principal paraje situado en la provincia de Maule, i la facultad de poder enviar a cada mina de oro un indio de su encomienda a sacar el apetecido metal para utilidad de la casa. Se dió sabias i prudentes ordenanzas para su gobierno, i le puso al cuidado del Ayuntamiento, que anualmente nombraba dos diputados, o administradores, i era comision que se tenia a mucha honra i distincion.

Miéntras que el padre Luis trabajaba infructuosamente en su ideada pacificacion, el gobernador Rivera se empleaba: útilmente en el establecimiento de un buen gobierno i en el aumento de su gobernacion. En todo lo que le parecia conveniente ponia la mano de su autoridad con acierto. Advirtió que en este hospital habia mucho descuido en sus administradores i que era mi-ti limitado el alivio que en él hallaba la indijencia. Tuvo presente la ejemplar caridad con que los relijiosos de San Juan de Dios servian i asistian a los enfermos. Informó al virrei del Perú don Francisco de Borja i Aragon, príncipe de Esquilache, el decadente estado de esta casa de caridad, i comisionó a don Juan Perez de Urasandí, para que pidiese, en cumplimiento de la real órden del señor don Felipe 11, en que mandaba pasasen a fundar en Chile las relijiones establecidas en Lima, dispusiese su Excma. se enviasen a Chile algunos relijiosos de la tal órden a encararse del hospital.

El virrei se conformó con tan justa solicitud, i pidió al R. P. Fr. Francisco Lopez, comisario jeneral de la órden, nombrase los relijiosos que le pareciesen aparentes para este encargo. Admitida la órden de su Excma. i percibida la habilitacion para el trasporte de los relijiosos, nombró su paternidad al P. Fr. Gabriel Molina con otros tres compañeros, a quienes el ayuntamiento de la capital dió posesion del hospital con plena administracion de su estancia i demas intereses, el 18 de abril de 1617, en virtud del decreto librado por el gobernador Rivera el dia de su fallecimiento.

Aumentó en intereses el hospital por el desvelo i cuidado de los relijiosos. Pretendió la codicia de algunos la administracion de sus rentas. Para alcanzarla sedujeron al reverendo obispo, i negociaron con su Itma. dirijiese a la corte los informes que ellos mismos le habian dado contra la conducta de los relijiosos que lo gobernaban.

Examinados en el supremo consejo de Indias, no se hallaron conformes a la verdad, ni entendidos en términos judiciales, i a su consulta declaró la real justificacion del soberano, que la pretendida administracion pertenecia i tocaba a los relijiosos, i no al ordinario, como solicitaba.

En la ciudad de la Concepcion habia otro hospital, i de fundacion real. Era administrado, dice el autor de la historia hospitalaria, por tales manos, que en ellas quedaban su rentas, i ya no tenia mas del nombre de hospital real, sino que en él tuviesen ausilio alguno los pobres. A favor de esta casa hizo tambien el Gobernador Rivera sus informes al virrei, que tuvieron la misma aceptacion, i pasaron de Lima otros dos relijiosos de la misma órden a tomar su gobierno i la administracion de sus rentas, i desempeñaron los deberes de su instituto con tan ardiente caridad, que a ejemplo suyo la han conservado sus sucesores hasta nuestros tiempos.

Poco se ha estendido en Chile esta relijion. Necesita rentas considerables para su establecimiento i para su subsistencia i la de los enfermos. No tiene mas conventos que seis; cuatro en el obispado de Santiago, incluso uno de la provincia de Cuyo, que ya no pertenece a la gobernacion de aquel reino, i dos en e i de Concepcion. De todos daremos noticia en su propio lugar.