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Crónicas
Tomo I
Capítulo CIII. Gobierno interino de Don Cristóbal de la Cerda - Se mantiene en la defensiva - Lientur i Catillanca hacen una presa a los españoles.

El ayuntamiento de la ciudad de la Concepcion avisó a la capital el fallecimiento de don Lope Ulloa i Lemus, i por ministerio de la leí, que prevenía entrase de gobernador en caso de muerte, el decano de la Audiencia, tomó el gobierno de Chile el licenciado Cristóbal de la Cerda, oidor mas antiguo, i único a la razón (noviembre 1.° de 1620). Mandó cerrar el tribunal, i publicó su jornada a la frontera. Le siguieron todos los soldados i capitanes que estaban en la capital i muchos de sus vecinos. Se hallaba en Perquilabquen, acercándose a la ciudad de San Bartolomé de Gamboa, i tuvo noticia de que Lientur i Catillanca forzaron la línea con un grueso escudaron, i desbastaron el territorio de Yumbel. Envió en su alcance a Jines de Lillo, a quien dió el empleo de maestre de campo. Llegó este jefe a Yumbel, i orientado de la rapidez con que aquellos capitanes entraron a nuestro país, i que en él saquearon, degollaron i cautivaron, i que condujeron muchos ganados, conceptuó que pudieran hallarse repasando el Biobio. Se persuadió fuese cuadrilla de ladrones que conducían los generales araucanos, i envió al capitán Juan Alonso con su compañía para que los debelase i quitase la presa. Alonso se empeñó en el alcance, i paso el Biobio araucano no le permitió hacer mucho camino, i luego que tuvo a la parte austral del río, se le presentó, le acometió i le venció. Ninguno se libertó de la muerte, o de ser prisionero, i esta infeliz suerte tuvo Juan Alonso.

Lientur i Catillanca tomaron bríos con esta victoria, i meditaron algo mas. Juntaron alguna mas tropa, i repasando el Biobio sorprendieron el pequeño fortín de Neculhuenu, i degollaron 14 españoles que lo defendían. Entregaron al fuego sus edificios, i se llevaron cautivos a los únicos indios soldados que le quedaban al ejército de aquel reino para la conduccion de la artillería.

De la ciudad de San Bartolomé de Gamboa se traslado el gobernador a la plaza de Yumbel. Desde allí tomo serias providencias para asegurar la línea. Fundó un fuerte distante del río Laja, poco mas de una legua al norte de él i cerca de una al sudoeste de aquella plaza, con el fin de sostener una parcialidad de indios de paz, que todavía permanece, i lo denominó San Cristóbal para perpetrar su memoria.

Dejo la plaza de Yumbel i se trasladó a la de Buena Esperanza, porque tuvo la desgracia de incendiarse hasta reducirse a cenizas (1622). La hizo reedificar sin perder momento, porque su territorio era el objeto de las incursiones i hostilidades de los jefes de Puren.

Cuando los indios estaban mas empeñados en hostilizar la frontera, i el gobernador en observar inviolablemente la defensiva, llegó de Lima el gobernador nombrado por el virrei del Perú, príncipe de Esquilache, i el licenciado Cerda se restituyo a su. Audiencia. Era natural de la ciudad de Méjico, de noble prosapia, i tan animoso como prudente. Escuchaba con sagacidad los dictámenes ajenos, i ejecutaba sigilosamente. Lientur no se hubiera burlado de él, si. las estrechas órdenes para la guerra defensiva no le hubieran atado las manos. Dejó en Chile noble descendencia, i se mantiene brillante.