ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Tomo I
Capítulo CVIII. El Rei determina la guera ofensiva contra los indios i su esclavitud - El Gobernador abre la campaña con una hostilidad i Butapichun corresponde con otras dos.

El virrei del Perú i otras personas condecoradas, hicieron presente al rei el infeliz estado de Chile, i le hicieron ver era consecuencia de la guerra defensiva. Probaron su inutilidad para la conversión de los indios i los perjuicios que de ella se habían seguido en trece años que se observó. Manifestaron con toda claridad i exactitud que sus gastos ascendieron a siete millones de pesos, sin contar con el valor de las plazas demolidas. El rei mandó hacer junta de teólogos i juristas para que tratada la materia expusiesen su dictamen. Después de varias conferencias resolvieron, que podía el rei, i el caso lo demandaba, disponer se les hiciese la guerra como antes, i decretar al mismo tiempo su esclavitud se conformó el soberano con el dictamen de la junta, i por su real cédula dada en Aranjuez a 13 de abril de 1625, decretó la guerra ofensiva, i también la esclavitud refiriéndose al real escrito librado en Ventosilla a 26 de mayo de 1608.

Publicase en el reino de Chile la guerra ofensiva i esclavitud de los indios prisioneros, i se les hizo saber por enviados de su misma nacion, que a este fin se les dió libertad de la presión en que estaban.

Al ejército español sirvió de alegría i ellos recibieron la noticia con demasiada indiferencia (1627).

Nada hace impresión en aquellos bárbaros. Publicada la, guerra i la esclavitud de los indios prisioneros, los indios de paz que sufrieron todo el rigor de las hostilidades de Lientur i. Butapichun i debían prometerse hatear represalia de los daños recibidos, trataron de sublevarse i ellos mismos se comprendieron en el rigor de la ley. Muchos se pasaron a los enemigos sin que fuese bastante para contener esta desercion el suplicio que sufrieron cinco de los mas principales caudillos de la rebelión.

El Gobernador conoció que era mal irremediable, i comenzó a proporcionarles el castigo de su criminal contumacia. Dispuso que el maestre de campo don Alonso de Córdova i Figueroa, hiciese una salida contra el país enemigo se aprestó con 400 españoles i 150 auxiliares con víveres a la grupa para cinco días. Entró por el estado de Arauco hasta el de Tucapel; hizo perecer a ocho indios, que temerariamente furiosos no quisieron rendirse. Tomó 115 prisioneros, 400 caballos, i algún ganado vacuno. Mui aplaudido fué este golpe de mano, no por la presa que se hizo, sino porque abrió senda a la reparacion del honor de las armas españolas.

Llegó a noticia de Butapichun esta irrupcion, i la correspondió con otras dos. Entró al territorio español sobre Chillan con una pequeña partida de jente escogida. Devastó todo aquel distrito, de que se le dió aviso al capitán Osario, recibido de corregidor en aquel mismo dia (abril 10 de 1622), que el araucano debelaba la provincia. Montó a caballo Osario con 100 españoles, i salió aceleradamente en demanda de Butapichun. Caminaba tan precipitado a encontrar su fatal suerte, que muchos, fatigados sus caballos, se quedaron en el camino se ignoraba el paraje donde estaba el araucano, i se le propuso a Osario ocupar el paso del Atolladero, i esperándole en él con los caballos descansados, i ya todos reunidos le persuadían que la precipitada marcha que llevaba era peligrosa, i no daba lugar a la reunión de los que le seguían Pero como Osorio marchaba persuadido al forzoso destino, no entró por tan saludable consejo, i después de un círculo de cuatro días fué a dar sobre el Atolladero, i halló en él a Butapichun, que acababa de llegar. Se pusieron a la vista las dos partidas con el Atolladero por medio. Le provocó Butapichun con palabras injuriosas, que la ardentía de Osorio no necesitaba para precipitarse, i se metió en el paso para atacarle. Butapichun les recibía a la salida, i atravesó a Osorio con su lanza. Lo mismo hacían los demás partidarios, que fueron escogidos por animosos con los otros españoles, e hicieron perecer a dos hijos del capitán Osorio, al alférez real de la ciudad de San Bartolomé de Gamboa, un regidor de la misma, i siete soldados.

El sargento mayor Rebolledo tuvo noticia de esta desgracia, i puso a Butapichun, emboscada de 200 españoles sobre el río Puchanquí. Los batidores araucanos dieron en ella, i el jefe de este escudaron, cuyo nombre ignoramos, se precipitó. Hizo tres prisioneros a destiempo i se le escaparon los demás, que avisaron a Butapichun de su peligro. Este famoso jefe tomo una vereda escusada i se retiró triunfante dejando burladas las providencias de Rebolledo.

Butapichun no estuvo mucho tiempo ocioso. Tomó un cuerpo de 1000 hombres, i con ellos pasó el Biobio se fué con él al territorio de Yumbel; hizo cinco divisiones iguales, que puso a las órdenes de los capitanes Lientur, nieto del jeneral de este nombre, Antuhuenu, Lincopichun, Inallican i Namuncura. Destacó a Lincopichun para que se defendiese al paso de las Congregares. Devastado el país pudo Butapichun retirarse sin tocar en la plaza, pero sabiendo que tenia poca guarnicion i mal disciplinada quiso hacer la gallardía de llevar el estrago hasta sus murallas. El sargento mayor Rebolledo que la mandaba, envió 70 soldados de caballería con el capitán Alonso Moran con destino de ocupar el paso de las Congrejeras, i aguardar allí la infantería que le habla de seguir. Moran intentó tomar el paso, pero se disputó Lincopichun con tan esforzado ánimo, que le mató al capitán Rodrigo Aranguren i 15 soldados, i le hizo tres prisioneros. La mitad de la caballería hecho pié a tierra, i a favor del bosque que hermosea las riberas del arroyo hizo su deber. Vió Moran que a Lincopichun le llegaba partida de tropa, i se retiró a una loma baja para esperar la infantería.

Llegó ésta en número de 80 soldados a las órdenes del capitán Francisco Nuñez de Pineda i Bascuñan. Formó su tropa en batalla, interpolados los piqueros con los arcabuces, i sobre los dos costados la caballería, i se fué en buen orden contra los enemigos, que ya todos se habían reunido con su jeneral Butapichun. A este tiempo llegó un capitán de caballería, cuyo nombre sigila en su relacion el capitán Nuñez de Pineda, a quien debemos esta noticia, con orden del sargento mayor para que se formase la tropa en círculo, i asi se defendiese. Respondió Nuñez de Pineda las razones que le obligaban a tener por mas conveniente el avance que la mera defensa, i el capitán de caballería arguyó que con arrojos i temeridad nada mas se sacaba que desgracias, i que era bastante fuese orden del superior para obedecerla. Pineda insistió en que la esposicion de su dictamen no era repugnancia por obedecer, i se dedicó a formar el círculo. Pero Butapichun no le dió lugar para pasar de una formacion a otra, i al movimiento que hizo le atacó. A este tiempo ya llovía abundantemente frustró el juego de la arcabuceria, i fué mayor el desorden. El capitán Moran huyó con la caballería, i dejó abandonada la infantería. Hirieron a Pineda en la muñeca de la mano derecha, i le imposibilitaron su defensa. sin perder tiempo le dieron unos golpes de maza que le derribaron, i cuando volvió del desmayo se halló prisionero del capitán Maulican, con Alonso Torres soldado de su compañía. Debeló Butapichun, i se gloriaba de ello en sus juntas. En 30 estancias mató i cautivó 300 personas, i tomó 2,000 caballos i mucho ganado vacuno. No quiso avanzar a la plaza, i se retiró victorioso (172). Los soldados muertos en esta funcion fueron 64, i prisioneros 32, i esta suerte le cupo al capitán Francisco Nuñez de Pineda i Bascuñan, i a los soldados Alonso Torres i Damián del Prado, que fueron rescatados, i los demás sacrificados en sus asambleas. Es regular que la caballería fuese castigada, aunque su mal comandante tendría buen cuidado en paliar su cobardía con el título de prudencia, i acusaría a Pineda de temerario. I de este modo lejos de ser castigado seria premiado, que asi se ve en Chile con mucha frecuencia. Se llevan los cobardes i malos servidores del rei premios, arrebatándolos a los que los supieron merecer. El Gobernador Pedro haber evitado esta desgracia. Butapichun le hizo ir a Yumbel con la derrota de Osorio, i el maestre de campo Alvaro Nuñez de Pineda i Bascuñan, que ya se hallaba tullido, le advirtió esta segunda irrupcion, i le dijo dejase buena guarnicion en aquella plaza para contener los progresos del jefe araucano, que según su fortuna i su arrogancia debía volver. Despreció el Gobernador la advertencia con cierto aire de agudeza, i se retiró a la ciudad de la Concepcion.