ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Segunda parte de la "Descripcion historico-jeográfica del Reino de Chile"
Capítulo XXI. Descripcion de la provincia de La Laja.

Esta provincia establecida el año pasado de 1793, era territorio dependiente de la de Rere, i lo llaman isla de la Laja, a causa de tener su situacion entre el río de este nombre, el Bio-Bio, i la cordillera. Por el norte la separa de aquella el espresado río, por el sur tiene al Bio-Bio, que deslinda con el país independiente, por el poniente corre el mismo río, i llega a los Andes por el oriente. Su estension norte i sur, es de 17 leguas, i de 24 este oeste, i hace una superficie de 408 cuadradas, que las ocupan cinco mil personas, que tienen las mismas inclinaciones, costumbres i ocupaciones, que los demas habitantes de este obispado, i consumen los mismos jéneros de Europa i del Perú, que tienen despacho en las otras provincias. Es la tierra mas llana i meas bien regada que tiene esta division del obispado de la Concepcion. Corren por ella los ríos Duqueco, Arelahuen, Coreu, Quieco, Paillihue, Quirque, Digto, Rarinco, Guaque, Cariboro i Rucué, i tiene las lagunas Virquenco, Guaque i Cauquen, tan abundantes de truchas, cauques i peladillo, que en algunas ensenadas se pesca los de la última especie con mantas en lugar de redes, i en los brazos de ríos poco rápidos, cortan aquellos habitantes las corrientes por una i otra banda con terraplenes de estacas, tepes i fajina para formar una manga, i en lo mas estrecho de ella colocan una cesta de cañas de figura piramidal, donde se encierra todo jénero de peces i de este modo cojen a centenares de las tres especies. Las truchas de Duqueco son exquisitas i hai muchas de dos palmos, siendo de mas de un pié las comunes.

Produce mucho vino, pero no le hacen de la mejor calidad. Abunda en toda especie de frutales, i las fresas del campo son excelentes. Se cosecha mucho trigo, cebada i legumbres, i se crian ganados de todas especies. Engorda mucho el vacuno, i el cabrio se multiplica i crece mas que en otros territorios, i de sus pieles se hacen curtidos de cuatro pies de largo. Casi todos sus productos los consume en su abasto i en el comercio que tiene con los indios pehuenches i de los llanos.

Su capital es la villa de nuestra señora de los Aujeles, fundada en 1741 por el conde de Superunda, a instancia del ilustrísimo señor don Salvador Bermudez. Tiene su ubicacion sobre los 37 grados de latitud i 304, 30 minuntos de lonjitud , en la estremidad cale una, colina mui baja i expuesta a todos vientos. Tiene muchas vertientes de agua blanquesina que tira a azul, a causa, de los muchos lechos de ocre de este color que se dejan ver casi desde la superficie. El terreno es arcilloso, i siempre brotando agua. Su temperamento nada tiene de sanidad, son característica de aquel lugar las calenturas pútridas. i las diarreas de sangre por abajo. Su trazo es un cuadro de 32 manzanos, con sus calles tiradas a cordel, pero intransitables en invierno por los muchos lodos, i porque cada una de ellas es una quebrada por donde baja un arrollo de agua. Tiene 159 vecinos i alguno de ellos tienen buenas poseciones de campo. Su parroquia, cuya jurisdicciones mui dilatada, es gobernada por un párroco, que en la actualidad lo es clon Pedro José Salcedo; tiene buen pié de altar en la renta de diezmos partibles con su párroco, que tiene gruesa entrada de derechos parroquiales.

Es dominada de una plaza de armas, i el gobierno de aquel reino la constituyó residencia del cuerpo de dragones veteranos, i con este motivo ha resuelto sea subdelegado de esta nueva provincia el comandante de este cuerpo, i actualmente del el coronel de ejército don Pedro Velazco del Rio. De este modo se evitan las continuas i fastidiosas competencias que se susitan entre los subdelegados de Rere i los comandantes de las plazas de la frontera, que no embarazan poco al gobernador, aunque por otra parte influyen mucho en la decadencia de aquellos territorios estas desmembraciones, hijas ya del capricho, ya de la ambicion, i ya del interes particular, o mas bien de todo lo dicho.

Sus fuerzas consisten en el espresado cuerpo de dragones veteranos, que dando destacamentos para las ciudades de Santiago i Concepcion, i para muchos destinos de la frontera, quedan en la plaza las cabezas de compañías con 100 hombres. Un escuadron de milicias de caballería, i es el 4°. del rejimiento de Rere; dos compañías de infantería de milicias urbanas, i en 1788 se levantó otra de caballería, con cierta ideas, denominada: "Las Canteras."

Cinco leguas al noreste de la villa, tuvo antiguamente su situacion la plaza de Yumbel, con la denominacion de San Felipe de Austria, sobre el lago Virquenco, i ubicada despues cerca del Río Guaque, se denominó San Cárlos de Austria, i de aquí fué trasladada al sitio donde hoi se halla dos lagunas al sur de Virquenco, i seis al oeste de la misma villa; tuvo su ubicacion la plaza del Nacimiento sobre la ribera seteutrional del Bio-Bio, cuyo escarpado risco la servia de inaccesible e impenetrable muro por la parte del sur, i cerca de este paraje está la casa de conversion de Santa Fe, en cuyo distrito, que será una superficie de 16 leguas cuadradas, viven dispersos 705 indios de todas edades i sexos, libres de tributo, i de ellos se forma una compañía de ausiliares con 259 individuos, que siempre ,llevan la vanguardia, i hacen las descubiertas en las correrias que hacen los españoles contra los de guerra, cuando estos la mueven, sin que jamás hayan cometido infidelidad; los pehuenches i sub andinos se la castigaron mucho en la última que movieron por los años de 1769 i siguientes. Bien merecen el nombre de trascaltecas chilenos. Esta mision fué gobernada por los jesuitas, i en ella residió el último superior de misiones, P. Pedro Pesel, natural de Alemania, i hoi está al cargo de un clérigo en calidad de párroco mantenido por el rei, i lo es el présbitero don Pablo Gomez.

En el confluente del río Guaque con el Bio-bio, en el monte denominado Postahue, que fué estancia de los jesuitas perteneciente al colejio Huilquilemu, tuvo su situacion el fuerte de la Cruz, levantado en 1586.

Once leguas al sur-este de la espresada villa de los Anjeles, tiene su ubicacion la plaza i villa de Santa Bárbara, fundada por el Exmo. señor don Manuel de Amat en 1758 ;sobre la ribera septentrional del Biobio, cuyo risco le sirve de muro por el lado del Sur. Es gobernada por un subalterno, i guarnecida por un destacamento de 20 hombres, i tiene la villa 40 vecinos. Hai en ella una capilla edificada i dotada por el rei, i estramuros de la plaza un hospicio del colejio de propaganda con dos relijiosos que subsisten del real erario. De los 40 vecinos i de los demas habitantes de su distrito, se ha formado una compañía de milicias de caballería. En el Bio-Bio hai dos o tres balsas con dos hombres pagados por el rei para que transiten al territorio español los indios pehuenches.

Cinco leguas al sur de la de los Anjeles, i seis mas abajo de la de Santa Bárbara, siguiendo las corrientes del Bio-bio, tenemos la de San Carlos de Puren. Esta fué fundada por el adelantado Pedro de Valdivia en el país independiente, donde tuvo diversas suertes, hasta que en 1724 la demolió el Exmo. señor don Gabriel Cano de Aponte, i la trasladó a la ribera septentrional del espresado río; de aquí la trasladó a la banda opuesta en 1765, el mariscal de campo don Antonio Guill para sostener el establecimiento de pueblos de indios que meditó levantar. Pero frustrado este pensamiento, a solicitud i repetidas instancias de los indios sub-andinos, a quienes tenia cuidadosos esta plaza, como acontece con todas las poblaciones de españoles cuya vecindad no les acomoda para el libre uso del libertinaje, la volvió a trasladar a la ribera del norte el Exmo. señor don Agustin de Jauregui. La dió la denominacion de San Cárlos por la de San Juan que ántes tuvo, i la mandó ubicar una milla mas abajo de su antigua situacion, sobre una altura de cien varas que escarpada hasta el rio, sirve de muro por uno de sus lados. En ella reside el párroco, que tambien lo es de la de Santa Bárbara i su distrito, i subsiste de los derechos parroquiales i de la congrua que le dá el reí por capellan de las dos plazas, i actualmente lo es don José Antonio Somosa. En la parroquia se venera la milagrosa imájen de Nuestra Señora de Boroa, i es mui frecuentada de los fieles que concurren a cumplir sus votos con limosnas.

Manda la plaza un subalterno, i es guarnecida de un destacamento de 20 hombres, i tiene tambien una compañía de milicias de caballería formada de 27 vecinos, que componen un lugar debajo del cañon de la plaza, i de otros habitantes, que viven dispersos en su distrito. En el Bio-bio hai tambien algunas balsas servidas por otros dos hombres, pagados por el rei para que transiten al territorio español los indios sub-andinos. En su distrito hai dos montes de poca elevacion, uno sobre el Bio-bio, donde hai una grande capa, o lecho de tierra blanca, de la que se hace uso para blanquear los edificios. El otro está sobre el Duqueco, i le llaman cerro de los cristales, porque con las lluvias se descubren infinidad de pedacillos de diferentes tamaños, gruesos i figuras.

Otras tres leguas al sudoeste de la de los Anjeles, i cuatro mas abajo de la de San Cárlos, siguiendo siempre las corrientes del Bio-bio, en 1777, mandó levantar el Exino. señor de Jáuregui un pequeño fortin, a que se dió el nombre de San Agustin de Mesamávida. Tiene su situacion sobre una pequeña colina de este nombre, al norte del rio Duqueco, cerca de su confluente con el Bio-Bio, i al frente de otra denominada Negrete, que está sobre la ribera meridional de este rio, en cuyo paraje descubre vado en fin del estio. Aquella colina tiene 300 toesas de circunferencia en su base, es larga i angosta, i mas ancha por la parte del sur que por la del norte. Su elevacion será de 50, i cortada su circunferencia en la base por dos líneas, una de norte a sur, i otra de este a oeste, tendrá aquella 100, i esta 60. No escarparon toda la colina, sino que abrieron un foso en lo mas ancho, i la cortaron de este a oeste, i allí levantaron la fortificacion. Es guarnecida de un destacamento de 15 hombres mandado por un subalterno.

El rio a quien los españoles dieron la denominacion de Laja, que dá nombre a este territorio, tiene su oríjen en un lago que baja siete leguas, situado en el valle de la Cueva entre las dos primeras cadenas de montes, en 36 grados 43 minutos de latitud, i 306-30 de lonjitud. Descargan las aguas de este lago a un profundo barranco, i a las cinco leguas de su rápida carrera, sale de los elevados montes andinos i recibiendo el pequeño rio de los Chacayes, baja rápido i caudaloso, i a una legua de distancia de aquel, toma al de Tubunleu en cuyo confluente tuvo su situacion el fuerte de este nombre, levantado para cubrir el boquete de Antuco, que conduce a la parte oriental de los Andes. Otras dos mas abajo recibe al estero de Malalcura, donde hoi tiene su ubicacion aquel fortin con la denominacion de Vallenar. Descendiendo cerca de otras dos, le entran por la ribera septentrional el de la Puelcura, i baja por el centro de un valle de ocho leguas de largo i cuatro de ancho, que se es. tiende entre los montes sub-andinos Tupan i Antuco. Estos se acercan en el paraje llamado Punta del Risco, donde recibe los esteros Manco i Rucue, que se le incorporan éste por el sur i aquel por el norte, i empieza a regar el pais mediterráneo. Aquí da vado en algunos tiempos del. año, i corriendo otras ocho, se divide en varios brazos i descubre otro vado en el Pangal, paraje fertilísimo del dominio i residencia de los Heredias, mis amigos, de quienes tengo la complacencia de hacer memoria por sus relijiosas costumbres, i allí se ve la única palma de cocos chilenos que hai en este obispado, ellos la pusieron i la cultivaron con especial esmero, i cuenta ya mas de 50 años de duracion. Tres leguas mas al oeste, se ensancha cerca de una milla, i presenta el vado de Curanilahue. Bajando una legua se divide en dos brazos. El meridional se despeña desde la altura de mas de 300 toesas sobre grandes peñascos, i forma; una deliciosa cascada. Sin duda entre estas rocas, hai grandes cavernas, porque nada de lo que cae en ellas sale sino las aguas. A distancia de cerca de 100 toesas de esta cascada, está el vado del Salto que le pasé en muchas ocasiones, i conduciendo unos campesinos una cantidad de vacas en circunstancias de alguna creciente, se despefiaron mas de 100, i hasta hoi ni una uña ha salido en sus corrientes. La otra mitad del rio, dos millas mas abajo, también se despeña i forma otra vistosa cascada. Con el golpe de las aguas i el aire, se elevan innumerables globulillos, que heridos del sol a poco rato de haber salido, i mirados a distancia de 25 toesas, describiendo ángulo obtuso con el sol i la línea de la vista, se ven muchos arco-iris tanjentes. Desde la punta del risco de Tupan, que dista doce leguas, se vé la columna que forman estos globolillos. El año pasado de 791 se desplomó una gran parte de la cascada, i se vió que la superficie por donde corrian las aguas, era un puente natural, i que debajo de él bajaba la mitad del rio. Dos millas mas al oeste se unen todas sus aguas, i pasan por un canal de ocho toesas de ancho, donde se hace todos los años un puente de madera, que sirve en todas las estaciones ménos en la de invierno. Media legua mas abajo le entra el rio Cariboro, i bajando una milla está el balseadero de Perez, donde se transita en balsa en cualquier tiempo del año. Cerca de una legua al oeste, se esplaya cosa de tres millas, i presenta el vado de Tarpellanca. Una milla mas abajo le entra por la ribera del norte  el rio Claro, llevando consigo a los de Yumbel i Tapigüe, i otras dos mas al oeste de este confluente, está el vado de Curipichun, que tiene media legua de ancho, i bajando otras seis millas descarga en el Bio-Bio.

Diez i ocho leguas al este de la plaza de los Anjeles, está el fortin de Villacura, denominado Príncipe Cárlos, sobre la ribera meridional del rio Duqueco, en 37° de latitud i 305°48' de lonjitud. Defiende el boquete de Villacura por donde se transitan los Andes para viajar a su parte oriental, i es guarnecido como el de Vallenar, por un sarjento i ocho hombres.

Sobre el nacimiento del rio Laja hai un volcán situado en un cerro de los de la primera cadena de montes andinos, que .hizo su cráter en 1750. Lleva el nombre de Antuco por denominarse así un paraje inmediato a él. En la altura de 37° 45' de latitud tiene su situacion el de Notuco, en la tercera cadena de los mismos montes que pertenecen a este distrito.

En la cadena mas oriental hai una mina de oro, donde se puede cortar a cincel este precioso metal. Le dan el nombre de Timon de oro, i tiene el monte su situacion en la union de los rios Neuquen i Butacobunleu; su descubierta se debe a la casualidad de haber pasado a la estancia de don Julian de Arechavala, natural del señorío de Vizcaya, vecino i del comercio de la ciudad de Concepcion, sita en Quilacoya, provincia de Rere, algunos pehuenches, que son los habitantes de estos montes, con destino de vender sal. En la partida iba uno ménos advertido i poco sijiloso, i viendo que Arechavala compraba oro a los mineros de Quilacoya, se llegó al mayordomo de la estancia, diciéndole dijese a su amo que le conduciría mucho laton como el que compraba; pero que le había de tener un freno con las guarniciones hebilladas de plata, una casaca encarnada, un sombrero con galon, i algunas bujerías de las que aquellos nacionales hacen mucha estima. Se concertaron i señalaron tiempo, al que no faltó el peluenche, que llegado a la estancia de don Julian i reconvenido, supo decirle que cuando durmiesen sus compañeros, tendría lo prometido. I en efecto, antes de la media noche, le puso en su habitacion dos costales de piel de caballo poco mas que medios de tierra, porque lo restante hasta la boca era de sal, para no ser descubierto de sus paisanos. Aquella misma noche lavó Arechavala la porcion de tierra i sacó de oro el valor de dos mil pesos, i por la mañana llamó al indio, le manifestó un poco del precioso metal, i le dijo no haber rendido mas. Entónces el peluenche le entregó un escroto de avestruz con algunos pedacitos que pesaron cerca dedos libras, diciéndole no había podido sacar mas, porque se le rompió la punta del puñal, i gravó a su amigo don Julian en la compostura de su alhaia.

Picado Arechavala de la sagrada hambre del oro, de que jamas se saciaron los mortales, entró por vereda al peluenche para que condujese al mayordomo i a un criado al paraje donde está la mina. Se convino, i acordó el indio, que para no hacerse sospechoso i dar mérito a ser descubierto, -porque ocultan las minas como ocasion de la pérdida de su libertad, llevasen algunos jéneros para comprar ponchos, i prometió volveria por ellos.

Con esto regresó con sus compañeros largamente regalado de Are. chavala por el buen laton que le habia conducido, i volvió al tiempo estipulado. Salieron a la espedicion prevenidos de mercaderías aparentes para la compra de ponchos, i disimular con su comercio la verdadera causa de su viaje. Llegaron a la cadena de montes donde está la mina, i por disposicion del peluenche aguardaron la noche para ir a ella. Puestos en la ribera del río Neuquen, se profirió el indio a pasarle primero i descubrir vado, porque a la sazon iba caudaloso, i en esta descubierta se ahogó a la vista de los dos españoles, que por no ser prácticos de aquel río i ser de noche, no se atrevieron a favorecerle. Mui pesarosos esperaron el día, i de madrugada reconocieron que tenían río de por medio el cerro de la mina, con todas las señales que habia dado el desgraciado peluenche desde su primera estacion en casa de don Julian.

Temerosos de ser encontrados allí, regresaron i orientaron a su señor de todo lo que vieron. No perdió Arechavala la esperanza, i dispuso que el criado, como práctico de aquella tierra, volviese a tentar la entrada a la mina para satisfacerse esperimentalmente de su existencia. Emprendió el viaje, i asociado de un peluenche ancimo, estuvo en ella i tomó la cantidad de piedras vetadas de oro, que podía conducir en su caballería, i algunos pedacillos que cortó con un cincel que llevó con este fin. Al salir de la vereda, que conduce al paraje, les encontró una partida de indios que iba de marcha a otro lugar. Sospecharon lo que era, i por buen partido los dejaron con vida, pero los hicieron volver con ellos i arrojar en la mina el mineral que habian tomado. El español pudo ocultar un pedacillo, i lo entregó a su señor.

Cerciorado ya don Julian de la riqueza de la mina i de su situacion, se presentó judicialmente al gobernador de aquel reino, siéndolo el excelentísimo señor conde de Superunda, pidiendo permiso para hacer aquel descubrimiento, solicitando se le diesen de los reales almacenes de armas i municiones de guerra las necesarias, con cargo de reintegro, dando competente resguardo a la real hacienda. El gobernador pasó el expediente a la junta de real acuerdo, de cuyo juzgado no dimanó providencia alguna, i Arechavala no siguió la instancia porque tuvo poderosas insinuaciones p. va no ajitarla, i se vió en indispensable necesidad de que sus propios intereses se diesen a otros, aunque particulares. Pero aunque se apartó de la solicitad, conservó en su poder el derrotero, que desones de su fallecimiento, pasó al de don Domingo Eizaguirre, su yerno, avecindado en la capital de aquel reino.

En el paralelo de esta provincia, 20 leguas al oriente de la última cadena de montes, sobre los 37° 30' de latitud i 307° 45' de lonjitud, está el famoso monte que los indios llaman Payen, célebre por sus ricas minas de oro, de que hai positivas noticias auquiridas por los españoles que han residido en aquellas tierras. Prudencio Beltran, que fué comisario de naciones muchos años en aquella frontera, íntimo amigo de los pehuenches Gueruante, Nahuelante i Paillamilla, famosos por las hostilidades que hicieron en las pampas de Buenos Aires, tuvo intelijencia con éstos i otros indios de los butal-mapus, contra los establecinaientos españoles de aquel reino, i con este motivo le manilestaron estos nacionales las minas referid s, i le dijeron que a su tiempo ocuparían otras mas ricas, sitas en el territorio de los huilliches, de donde sacaron mucho ojo los españoles de la ciudad denominada Villarica. Este delito condujo a Beltran a perpétuo destierro en la isla de Juan Fernandez, siendo gobernador de Chile el excelentisimo señor don Manuel de Amat, i pocos momentos antes de su fallecimiento, declaró la conjuracion con todas sus circunstancias, i dijo que para surtirse de dinero, para armas, etc., se hubiera tomado oro de ellas, i dió la ruta esponiendo, que tomando uno de los caminos de Antuco o Villacuna, se ha de viajar al cerro de Caicayen, de allí pasar el río Neuquen, sin dejar el camino real; pasado el río se toma la vereda que conduce al monte Panimavida i caminando por su falda merid ional, se toma el camino que sale a las pampas, i a distancia de 20 leguas de Panimávida, que está en la última cadena de aquellos montes, gene su situacion la mina de Payen, una milla mas al oriente de Butacobunleu i cinco leguas al norte del tránsito de este rio, está el cerro Cachabuen, que los indios llaman Butapayen por tener ricas minas i ser mas corpulento que el Payen.

Silvestre Antonio Diaz de Rojas, natural de las pampas de Buenos Aires, que tuvo la desgracia que, siendo niño, le cautivasen los indios pehuenches en el último cuadrante del siglo anterior, i logró escapárseles en 1715, confirmó lo mismo en su memorial presentado al señor don Felipe V en el siguiente año, i remitido a Chile en 1717, en testimonio legalizado por don Francisco Castellon, secretario del supremo consejo de indias. En él hace descripcion del territorio comprendido entre los montes orientales de la cordillera, costas Patagónicas i del Rio de la Plata, i describiendo varias rutas por el Tandil, camino de carruajes que conduce de Buenos Aires al célebre Payen. Desde aquí describe 10 leguas al sur, i sobre el rio Neuquen pone el cerro de los Diamantes, denominado así por la piedrería fina que en él hai; i siguiendo el rumbo para el mismo viento, afirma contener todos aquellos montes ricas minas de todos metales, i canteras de piedras preciosas. La verdadera direccion para el Payen i los demas montes de que hemos hablado, es por la ciudad de Mendoza, i acaso por ésto se remitió a Chile el citado memorial, porque esta ciudad dependia entónces de aquel gobierno, que a la sázon no se hallaba en estado de hacer el importante descubrimiento que se le ordenaba. Hoi pertenece al vireinato de Buenos Aires i es distrito de la provincia de Córdova del Tucuman.