ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Tomo II
Capítulo XVI. Vuelve el marqués a la capital - Rompen los indios la paz i sale a campaña contra ellos.

No pudo descansar mucho tiempo el gobernador en la ciudad de la Concepcion: en el mes de abril (1641) le hizo salir para la de Santiago una grave necesidad. Cayeron sobre sus campos en aquel verano densas nubes de langostas, desmedidamente grandes, que bajó de los Andes. Devoró los pastos i las sementeras i era todo aquel territorio aflijido de una jeneral carestía; pero el prudente gobernador tomó tan acertadas medidas, que aquel pueblo fué abastecido i no sintió los molestosos efectos de la escasez.

Tampoco logró mantenerse en la capital. No pierden aquellos indios la ocasion que les parece oportuna para manifestar los efectos del odio implacable a la nacion conquistadora. Se aprovecharon de la ausencia del gobernador i volvieron a fermentar algunos movimientos de conspiracion (1643). Salió la centella de las parcialidades del pais sub-andino i por las que están situadas al oriente de los montes de Nahuelbuta trascendió hasta las de Valdivia i Osorno. Se restituyó el marqués a la frontera i llamó a los caciques situados sobre la línea divisoria. Les hizo cargo de la infidelidad i ellos se vindicaron con razones al parecer fundadas i suficientes a persuadir su inocencia. El marqués quiso hacer prueba de la fidelidad o sinceridad de su conducta i procuró estrecharles a que hiciesen guerra a los que comenzaban a moverla contra los españoles. Lo rehusaron mucho i solo se convinieron a enviar diputados amonestándoles a la paz i al cumplimiento de los tratados de Quillin. Este medio es insuficiente i del todo ineficaz para aquietar i contener sus revoluciones i siempre usa de él su política para obviar la guerra en que se intenta empeñarles.

Conoció el marques que aquella diputacion de nada mas podia servir que de dar márjen a perjudiciales dilatorias i se puso en campaña contra aquella pequeña porcion de rebeldes. Tres incursiones les hizo, siempre con mucho daño, i les tomó muchos ganados i prisioneros. Pero no quedaron estas hostilidades sin represalias. Salieron los rebeldes a la provincia de Chillan (1644), por la abra de la cordillera denominada Alico i no dejaron en las estancias jente ni ganados que no llevasen. Salid de la ciudad de San Bartolomé de Gamboa una partida de tropa contra ellos i tuvieron la satisfaccion de derrotarla i trasmontaron aquellos montes con toda la presa.

A las parcialidades situadas sobre la línea divisoria lejos de convenirles la guerra, les perjudicaba i propendian a la paz. Negociaron con el marqués permitiese a Don Francisco de la Fuente i Villalobos, veedor jeneral del ejército de aquel reino, entrase con ellos al pais rebelde, asegurando se pondria fin en aquella revolucion. Se profirió don Francisco a hacer este servicio al rei i al público. Los indios siempre tuvieron un eficaz protector en aquel caballero, quien tenia con ellos mucho partido i no poco influjo. Por este medio se alcanzó que, rendidos a la fuerza de la razon, depusiesen sus armas i saliesen con Villalobos algunos caciques a la ciudad de la Concepcion. Espusieron los motivos de su infidelidad i admitidos se volvió A restablecer la ignominiosa paz de Quillin.

Aquellas inquietudes de los araucanos no fueron efecto de su inconstancia, sino de su jenio suspicaz i receloso. Tuvieron principio en la espedicion de Mauricio de Nassau, príncipe de Orange contra Chile. Aquellos indios abominan a todo europeo. Vieron a los holandeses hacer hostilidades en la provincia de Chiloé i luego tomar el puerto de Valdivia i se persuadieron que sus armas eran unas con las de los españoles de Chile i concluyeron se les queria atacar por frente 1 espalda i determinaron anticiparse. Pero luego que los caciques de Valdivia avisaron que eran enemigos de los españoles, sin dificultad se rindieron a las persuasiones del veedor Villalobos.