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Crónicas
Tomo II
Capítulo XXII. Gobierno interino del Maestre de Campo Don Alonso de Córdova i Figueroa.

A consecuencia de las ruidosas competencias que tuvo don Francisco Lazo de la Vega con la Audiencia de Chile, informo al rei que era mui perjudicial a la guerra de aquel reino recayese el gobierno en uno de los oidores por fallecimiento del gobernador, i que por lo mismo convenía tuviesen los gobernadores la facultad de nombrar sucesor en estos casos, pues debian tener conocimiento de todos los sujetos de su gobernación, i puestos en el último escalón de la vida, se debian suponer olvidados de todo espíritu de parcialidad para hacer la eleccion. Pero si el soberano concibió ser cierto lo primero, no tuvo por conveniente lo segundo: i por su real cédula dada en Madrid a 7 de mayo de 1635 dispuso que el virei del Perú pusiese anualmente en Chile un pliega cerrado con el nombramiento de gobernador para el caso de muerte en dos personas, con la alternativa de primera i segunda. Obedeció el viren; i por fallecimiento del caballero Mujica recayó su eleccion en el maestre de campo don Alonso de Córdova i Figueroa, que se Recibió del gobierno en la ciudad de la Concepción por mayo de 1649. La Audiencia no le recibió de presidente; dió dor disculpa al rei haber sido nombrado en pliego de providencia del anterior virei i que sin embargo de hallarse provisto para el gobierno de Valdivia por ascenso de don Francisco Jiles de Negrote al Tucuman, por evitar los funestos efectos de la ambición le permitieron gobernase las armas. No aprobó su majestad esta renuncia, i por su real cédula de 6 de mayo de 1651 manifiesta a la Audiencia de aquel reinó su real desagrado i le manda observar lo prevenido en la que espidió sobre este caso a 7 de Mayo de 1635, i ordena que la observen sin discurrir en ella, pues deben suponer que se tomó esta resolución con todo acuerdo i deliberacion.

Este caballero fué opuesto a la paz que estipulé el Marqués de Baides i adelanto don Martín de Mujica, por los ignominiosos artículos de ella i por la independencia que pusieron a los indios. Estos no lo ignoraban, i recelosos de que intentasen hacerles la guerra, enviaron diputados a esplorar sus intenciones con el hermoso protesto de cumplimentarle por su ascenso. Admitió el cumplimiento i los despidió mui agasajados i convidados para ratificar las paces de sus antecesores en un parlamento jeneral i salieron descuidados. Por noviembre del mismo año se celebró esta asamblea en las inmediaciones de la plaza del Nacimiento, "a donde concurrieron (dice don Pedro de Córdova) tantos indios cuanto no vio igual número años ántes ni despues. Unos le hacían recuerdo al gobernador de su amistad antigua, otros de haber militado a su comando i tal cual de la cognacion espiritual de ahijados compadres. I si esto acaeció con los indios, bien se infiere qué seria en los españoles.”

Se concluyó el congreso sobre los mismos tratados de las anteriores asambleas i todos respiran independencia. Se retiraron los indios a sus parcialidades mui obsequiados i por eso satisfechos. El gobernador hizo lo mismo i visitó las plazas de la frontera. Mandó adelantar las obras de fortificacion que estaban principiadas i reparar las ruinas de las que ya estaban concluidas, i regresó a la ciudad de la Concepcion,

Un año estuvo el gobernador, pero en tan poco tiempo supo hacer beneficio i no odioso. Asistió al pagamento de la tropa que se hacia anualmente i no diariamente como en el día, i dió estrechísimas órdenes para que ni en lo mínimo se defraudase el sueldo del soldado. En este pagamento se comenzó a obedecer la real cédula espedida en Aranjuez a 29 de abril de 1649 para que cesase el descuento de dos pesos i medio que hacia al soldado para mantener en la ciudad de Lima un procurador, que servia (dice el mismo soberano) de hacer a los superiores mas poderosos en sus recursos contra los inferiores. Informando al rei el mérito de los que servían bien, le pidió los premiase con grados en el ejército. Espuso los perjuicios que sufria el reino de Chile i propuso los medios conducentes a su reparacion por si acaso se dignaba la real piedad adoptarlos. Dió las conveniencias que ofrecía su gobernacion a los beneméritos con esclusion de los parientes. Esta virtud i fortaleza la tienen pocos hombres, i ella sola manifiesta el desinterés i la justificacion del caballero Córdova.

Era de natural pacífico i de bellísimas inclinaciones: amante de la justicia i mui celoso servidor del rei. Pasó de estos reinos a aquéllos en calidad de soldado de la compañía del capitan Bartolomé Baez de Clavijo, una de las que componían el cuerpo de mil hombres que de orden de la majestad del señor don Felipe III finé enviado a Chile para refuerzo de su ejército, i llegó por los años de 1605 al cargo del comandante Antonio de Mosquera siendo gobernador Alonso García Ramon. Fue a Lima para ser premiado i volvió a Chile con su primo el gobernador don Luis Fernandez de Córdova. Sirvió cuarenta i siete años i ocupó todos los empleos políticos i militares cae aquel reino. El rei, considerando que pudo haber errado en la administracion de Justicia a que son consiguientes los recursos que repugnan mucho a la soberbia del hombre, i suponiéndole capaz de ser dominado de la venganza., mirando, por sus vasallos, no tuvo por conveniente premiar su mérito en el mismo reino, donde muchas veces mando i le hizo librar sus reales despachos de presidente de la real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, i esta merced le hallo va difunto. Contrajo matrimonio con la señorita doña Antonia de Salgado i Rivera i dejó en la ciudad de la Concepcion noble descendencia de la que en el día hai mui brillante juventud.