Pasados algunos meses, llegó a noticia del gobernador el desembarco de los ingleses en la isla de la Mocha, i la hospitalidad que les hicieron los isleños. Esta noticia lo puso en el empeño de despoblar para quitar este recurso a la piratería. Dió esta comision al maestre de campo don Jerónimo de Quiroga con orden de negociarlo por medios suaves i de amistad. Quiroga, que conocia bien el carácter de aquellos hombres les ganó la voluntad con dádivas i promesas, i les ofreció ventajoso territorio para su trasmigracion con habitaciones hechas, donde hallarian todo lo necesario para su subsistencia, i para labrar las tierras de su pertenencia, i algunos ganados de lana, cerda i vacunos para que estableciesen su crianza. Convinieron los isleños que mejoraban de situacion, i de fortuna, i se resolvieron a la despoblacion de su isla, que la eficacia de Quiroga verificó sin mal suceso en un barco de dos palos, dos piraguas, i muchas balsas (1686), Puestas en el continente seiscientas cincuenta personas de todas edades i sexos, que era el número de aquella poblacion, las condujo a la parte setentrional del Biobio a unas fertilísimas vegas situadas sobre la ribera de este rio, que comenzando dos leguas mas arriba de su embocadura en el mar cerca del cerro de Chepe, se estiende cinco leguas hacia arriba. Aquí hallaron todo lo que se les prometió, i luego destinó el gobernador dos conversores jesuitas para que verificasen su conversion al cristianismo. Los celosos conversores hallaron buena disposicion en aquella jente, i para que tuviesen continua instruccion se estableció una casa de conversion (20 de abril de 1687), dedicada al glorioso patriarca señor San José, con el sobrenombre de la Mochita, que fué una de las condiciones de su traslacion, i todo se dignó el rei aprobarlo por su real cédula de 15 de octubre de 1696.

Es naturaleza de los indios de aquel reino el recelo, i aunque se hizo saber a los cuatro butanmapus o cantones que esta trasmigracion se hacia por libertar a los indios de una invasion de estranjeros, todavía entraron en desconfianza. Concibieron se intentaba hacer lo mismo con todos los que habitaban desde el Biobio hasta la tierra del fuego, i empezó a fermentar en sus inquietos corazones el espíritu de rebeldía. Salid la centella de los pueblos de Guambalí i Tomeco, pero puesto el gobernador en la frontera, logró ahogar estos principios de levantamiento con el suplicio que hizo sufrir a un cacique de cada uno de estos pueblos que se justificó ser los dos principales motores de la revolucion. A las demas parcialidades se les aseguró de los recelos en que los de Guambalí i Tomeco les pusieron, i todos quedaron gozando de las delicias de la paz.