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Crónicas
Tomo II
Capítulo LXXXI. Toma posesion del Obispado de La Concepcion de Chile el Ilustrísimo señor Don Salvador Bermudes Becerra - Gobierno interino del Teniente Coronel Don Manuel de Salamanca.

Por traslacion del ilustrísimo señor don Francisco Antonio Escandon al obispado de Córdoba del Tucuman, fué traslada, do de la iglesia de Quito al de la Concepcion de Chile el ilustrísimo señor don Salvador Bermudes Becerra, natural de la ciudad de Santa. Fe de Bogotá en el nuevo reino de Granada. Pasó a ella en 1734 en el navío las Caldas, i naufragó en la ensenada del Llico, sita en el Estado de Arauco. Tomada posesion de su iglesia, propendió a la fundacion de la villa de Nuestra Señora de los Anjeles i a su costa edificó i alhajó su iglesia parroquial. Comenzó) a levantar su Catedral de tres naves, con sus paredes, arcos i pilares de cal i ladrillo. Puso esta obra en estado de enmaderarse. Compró la madera necesaria para ella i envió el dinero que fué menester para su fachada desde la ciudad de la Paz, a cuya iglesia fué promovido despues de haber gobernado con acierto la de la. Concepcion hasta el año de 1743, ¡allí descansan sus cenizas.

No inoraba la viuda del excelentísimo señor don Gabriel Cano de Aponte, los desaires que su esposo hizo a la Real Audíencia de Chile i a cada gano de los individuos que componian aquel respetable senado, i prudentemente recelaba cayesen sobre, su persona las resultas, de aquellas vejaciones. I para evitar tan íntimos sentimientos como se le preparaban i poder regresar libremente a España, alcanzó del excelentísimo señor don José de Armendaris, marqués de Castel-Fuerte, virei entónces del Perú, el gobierno interino de Chile para su sobrino don Manuel de Salamanca, caballero de la órden de Santiago.

A su regreso de la espedicion de Valdivia, recibió en la ciudad de la Concepcion el título de gobernador interino de Chile, librado por el virei de Lima i presentado en su Ayuntamiento en 29 de enero de 1734, tomó posesion del gobierno en 11 de marzo del mismo año, i dadas oportunas providencias para resguardo de la frontera con promesa a los indios de volver a celebrar con ellos un parlamento jeneral, i en 6 de mayo siguiente fue recibido en ella de gobernador i capital jeneral i presidente interino de la Real Audiencia.

En el inmediato verano facilitó a su señora tia todo lo necesario para su marcha a la ciudad de Buenos Aires donde determinó embarcarse para España; i para que no fuese sorprendida de los indios pampas en la travesía de ese dilatado camino, le dió una compañía de caballería que la escoltase. Pacíficamente emprendió esta señora su viaje, i no hubo quien se atreviese en aquellas circunstancias a deducir contra el gobierno de su marido, si acaso habia alguno (a escepcion del veedor don Juan Fermin Montero de Espinoza i tampoco se movió) que tuviese contra él queja digna de consideracion, sino es de aquellas que ocasionaba su burlesca impetuosidad, i fue de admirar, con tan prolongado gobierno, de modo que puede alegarse por prueba de su justificacion.

Luego que la señora viuda salió del distrito de sis gobernacion, volvió a la ciudad de la Concepcion, adonde le llamaban cuidados de su particular interés. Trató de afianzar con los indios independientes en un parlamento jeneral que celebró con ellos en el campo de Tapihue (13, 14 i 15 de octubre de 1735), sin que en él se tratase asunto de consideracion, ni se añadiese cosa alguna al congreso, que con los mismos caciques tuvo su tio en Negrete.

Si Salamanca, siendo maestre de campo i comandante jeneral de la frontera supo aprovecharse de la autoridad de su tio para mandar i para sus intereses, usando de la propia, fue absoluto sin medida i no sin mortificacion de muchos. Fué vano i mas impetuoso que su tio. Nunca separó sus primeras atenciones del vasto comercio que tenia entablado en la frontera i en el pais araucano. Tres años i medio duró su gobierno, sin que en él ocurriese otra cosa especial que un turbion con que el rio Mapocho amenazó a la capital el 29 de octubre de 1734, i para libertarla, de los daños que le podia ocacionar contuvo sus corrientes levantando espaldones de madera en las ruinas de su tajamar.

En el juicio de residencia que sufrió tuvo que responder a muchos i graves cargos que le hicieron. Estos son los amargos dejos que padecen los gobernadores de mando absoluto i que gobiernan sin respeto a las leyes, cuando se atraviesan o el interés o las pasiones dominantes. No quedó absuelto de todos, i le dejaron cuarenta artículos pendientes con el reato de comparecer por sí o por ajente en el supremo consejo de Indias para satisfacer a ellos. Elijió el último partido como ménos arriesgado, pues solo el bolsillo lo siente, i no trascienden a la persona los rubores i sentimientos que son infalibles consecuencias de semejantes conductas.

Se avecindó en la capital, adonde hizo conducir a su esposa doña Isabel de Zavala con su familia que la tuvo en la ciudad de la Concepcion, de donde era natural esta señora. Por gracia especial alcanzó de la real piedad la aprobacion de su gobierno i se pasó real órden para que se le hiciese regresar a España. Hubo disimulo en el cumplimiento de la real resolucion i le dejaron allí; pero ninguno de los gobernadores posteriores le empleó en asunto alguno del real servicio, ni logró otra satisfaccion que la de haberle consultado el inmediato sucesor a su ingreso en el gobierno sobre la utilidad de celebrar parlamentos con los indios.

Entregado el gobierno al sucesor, quedó en la capital jirando en el tráfico mercantil, hasta que Dios fué servido de llamarle a la eternidad. Procuro) con tiempo disponerse para pagar' la comun deuda, i ántes de su fallecimiento dispuso dos legados pios a favor del obispado de la Concepcion, uno i otro de los indios independientes. Dotó en aquella ciudad una casa para que el público haga anualmente los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, i otra de conversion en la parcialidad de Angol para que en ella fuesen instruidos los indios en la leí. evanjélica. Puso las dos a cargo, administracion i direccion de los jesuitas, quienes dirijieron su conciencia en la vejez, i despues de su espatriacion pasó la, de ejercicios con sus rentas a disposicion del ilustrísimo diocesano, i la dotacion de la de conversion a la de los padres misioneros del Colejio de Propaganda de la ciudad de San Bartolomé de Gamboa para que ínterin se logra su restablecimiento en el país interior de los indios sufrague a, los gastos que hace el colejio en su mision que actualmente predican en todas las parroquias españolas de todo aquel obispado.