Oficio del General Antonio Pareja a José Miguel Carrera. 3 de Mayo de 1813.

Obligado por superiores encargos a proceder en mi comisión de modo, que en cuanto sea posible evite la efusión de sangre, proponiendo al intento el medio de terminar la discordia y opiniones, con que se encontrarían los reinos del Perú, y Chile, igualmente perjudicial a uno y a otro, porque separados de la unidad que sólo puede hacerlos felices, les priva de auxiliarse con ventajas que los han lecho, hasta los desgraciados momentos en que fue desconocida la injusticia, con que los primeros revolucionarios de éste procuraron separarse de los más sagrados deberes al Rey nuestro Señor, y a la nación, alucinando a sus habitantes con máximas, las más nocivas al Estado, y opuestas a su misma felicidad; accedí gustoso a la propuesta que me hizo don Estanislao Varela, quien con mi permiso, pasó a ese cuartel general para tratar de una composición que no ha tenido efecto, no sé, si porque V.S. la haya desatendido, o porque se valiese él, de aquel medio como estratagema, para hacer de mi permiso un uso muy diferente del que me dio a entender. Los informes que posteriormente se me han hecho de su despreciable carácter, me lo hacen creer así, más bien que pensar que V.S. mirase con indiferencia las ventajas que por sus medios le propuse, instruyéndole verbalmente de mis sanas intenciones, al mismo tiempo que de las amplias facultades con que el Supremo Consejo de la Regencia ha autorizado al señor Virrey del Perú, y éste a mí para convenir en ambos reinos, sin el menor desdoro de los jefes de este, antes sí concediéndoles todo el honor, que quepa en la posibilidad y el más elevado a aquellos, que contribuyan a unas miras tan propias de la humanidad.

No es, pues, efecto de pusilanimidad, ni mucho menos falta de vigor y fuerzas para contrarrestar las que V.S. manda, lo que me movió entonces a aquel paso.

Cuento en el día con las que sobran, para imponer la ley a esa provincia, aún prescindiendo de las que aguardo en breve en Lima, además de las que de aquella capital a ésta habrá. Deben haberse destacado, para Valparaíso, Coquimbo, si únicamente tentar el último recurso de bondad y de paz, repitiendo a V.S. por última vez el medio de procurar el reconocimiento de la nación, entera que no podrá menos de recomendar el sublime mérito de V.S., si acaso accediendo a mi propuesta, conviene en personarse conmigo bajo las seguridades de estilo, para tratar con el paraje que señale la indicada composición, a fin de evitar los estragos que son consiguientes a la guerra entre individuos, que por ningún título deben considerarse enemigos, siendo propiamente hermanos, hijos de una madre que mira a todos con igual afecto, y sabrá olvidar generosamente cualquier defecto en que hayan incurrido. Don José Hurtado es el oficial que destino a la conducción de este pliego, a quien en toda forma de derecho autorizo para el efecto, debiéndosele guardar los fueros que por derechos de gentes corresponden a un parlamentario, y espero dentro de cuatro horas su vuelta con la contestación que sea servido darme.- Dios guarde a V.S. muchos años.- Orilla de Maule, Mayo 3 de 1813. Antonio Pareja.

Señor don José Miguel Carrera.