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Documento Nš 82 - CDHI, XXIII, 350-351.

Oficio de Bernardo O'Higgins, relativo a la conducta de Enrique Campino.

Excelentísimo Señor:

La conducta del Sargento Mayor de Granaderos don Enrique Campino ha sido hasta aquí la más escandalosa que puede oírse, y se ha particularizado en el día de ayer faltando a la subordinación, atropellando mis órdenes, y últimamente revolucionando el cuerpo de su mando, que a fuerza de persuasiones he contenido. Parece que este cuerpo ha sido creado para la esclavitud de Chile; el que se pone al frente de él, se vuelve otro don Juan José Carrera. Puedo asegurar a V.E. por la experiencia y conocimientos que he adquirido del que informo, que si la casualidad lo colocase alguna vez al frente de alguna fuerza considerable, tendría Chile que llorar horas amargamente, que hasta aquí de las tempestades pasadas; él es vano, orgulloso, ignorante, revolucionario ambicioso tiene toda la calidad mala para el empleo que obtiene, es demasiado de vicios indecibles; y últimamente si semejante hombre vuelve al ejército, yo no soy responsable de él y preferiré que V.E. me destine a cualquier servicio que fuese de su agrado menos el que hoy tengo. El ha insultado a casi todos los jefes de divisiones. En la batalla del Quilo, que se le mandó avanzar con su tropa no quiso obedecer, y sólo lo hizo cuando el enemigo había asegurado su retirada; tal vez por esto no derrotamos al enemigo completamente; en la del río Claro tampoco quiso obedecer mis órdenes y los Granaderos por la ineptitud de este hombre se quedaron a más de un cuarto de legua a nuestra retaguardia. Tenía corrompida [a] la tropa en tal forma que ya no se podía contar con tales hombres. Ha tratado de viciar a muchos oficiales, y últimamente se me ha denunciado que es traidor que tenía correspondencia con el enemigo y han llegado cartas a mis manos del traidor don Matías de la Fuente, que lo supone casado con su hija, ofreciéndole a nombre de Gaínza, grandes premios si con todo el batallón se pasaba al enemigo, y en estas circunstancias es cuando ha ejercido actos de la más escandalosa insubordinación, alucinado de un oficial chilote Vargas, agregado a su cuerpo, que es el motor de todas las disensiones y en primera ocasión remitiré a V.E. con seguridad. Cuando más me sacrifico por la libertad del Estado, cuando no hay clase de sacrificios que no experimente, y que sólo las circunstancias podrían obligarme a sobrellevar con la mayor humildad, entonces se esmeran los inicuos y porque me ven afligido los malvados quieren obligarme a que les sea servil. Ya, señor, se me hace insufrible semejante conducta, estos hombres no respetan gobiernos ni autoridades; es necesario contenerlos o vamos a ser envueltos en una anarquía que conduzca al Estado a su ruina; pero la sabia dirección de V.E. sabrá cortar en tiempo tan graves males. Es de necesidad se ponga al frente de los Granaderos un republicano fiel, y se escarmiente a los malvados. He creído necesario prevenir a V.E. lo que expongo a fin de que Campino no sorprenda a V.E.

Dios guarde a V.E. muchos años. Cuartel General de las Quechereguas, 14 de Abril de 1814.- Bernardo O'Higgins.

Excelentísimo Supremo Director del estado de Chile.

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