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Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo I

Capítulo IX. Regresan del Perú los capitanes Monroy i Miranda - Pasa a Chile del Perú una compañia de españoles, i la atacan los copiapenses - Manda el Gobernador levantar una quilla en Concon - Dispone trabajar las minas de oro de Quillota, i funda

La conjuracion que hemos referido, si acaso la hubo, solo pudo tener lugar en hombres de poca espera, ménos constancia, i ningún sufrimiento, pues habiendo llegado a Limatambo, provincia del Perú, los fujitivos Monroy i Miranda, cuando el licenciado Cristóbal Vaca de Castro, gobernador de aquellos reinos, acababa de apaciguar con la victoria de la batalla de Chupas las revoluciones suscitadas por don Diego de Almagro, el joven, i se disponía a gratificar a los que sirvieron en el ejército del rei; persuadido de que le era imposible igualar a todos en el premió, i que convenía obviar nuevas inquietudes, formó muchas compañías para que conquistasen otros paises; alcanzaron entonces aquellos dos capitanes que enviase alguna jente a Chile.

Monroy i Miranda se hallaban sin dinero i sin abilitadores, i fué precisó que el rei hiciese casi todo el costo. El licenciado Vaca de Castro dispuso que se comprasen muchas armas, vestuarios, i otras provisiones que, a juicio de los enviados, se necesitaban en Chile, i que todo se trasportase en un buque. Aprontada la nave bajó la proteccion del licenciado gobernador, que se declaró protector de esta conquista movido de la eficacia de los expresados capitanes, se dió a la vela en el puerto del Callao, llevando a su bordo cómo sesenta soldados, vestuarios, i las provisiones referidas, que fueron recibidas en aquel reinó con tanta mas alegría cuanta era la necesidad.

Al mismo tiempo que arribaron a Chile Monroy i Miranda (27), llegó también Cristóbal Martín de Escobar Villarroel con su hijo Alonso, i un escuadrón de 300 españoles que levantó a su costa (28). Otros 80 soldados de caballería, que por negociaciones de Monroy i Miranda quedaron habilitados en la ciudad del Cuzco, i conducidos por la cordillera bajaron al valle de Copiapó, tuvieron que sufrir la fuga de aquellos capitanes. Irritados los copiapenses, se resolvieron a hacer represalia en ellos i en cuantos españoles entrasen en su país. Los atacaron con empeñoso ardimiento, i con tal tesón les disputaron el terreno, que les fué precisó ganarlo a palmo, i en varias escaramuzas i muchas emboscadas perdieron la mitad (29).

Aun con estos refuerzos de tropa, víveres i vestuarios, no pudo el gobernador hacer la formal expedicion que pedía la conquista de un país habitado de hombres tan guerreros, porque ya que los del valle de Mapocho no se determinaron a medir segunda vez sus fuerzas en otra batalla, se resolvieron a hacer la guerra con la astucia. Arbitraron no sembrar en los contornos de la ciudad sino lejos de ella, i tan poca cantidad, que escasamente tenían para su propia subsistencia, i la falta de víveres tenia en inaccion al ejército. Pero el espíritu del gobernador, tan animoso como activo, no podía contentarse dentro de los límites de la defensiva encerrado en el corto espacio de una ciudad, determinó hacer una salida hacia la costa, que cae a sudeste.

En ella hizo levantar una quilla en el puerto de Concon, que es la embocadura del rió Chile (diciembre de 1543). Dispuso trabajar las minas de los Incas en la provincia de Quillota, i encargó su direccion al capitán Gonzalo de los Ríos. Este establecimiento necesitaba de postensión i construyó un fortín, que guarnecido de veinte soldados, quedó a las órdenes de este capitán. Mandó abrir sello para quintar el oro que se sacase, i dispuso corriese al peso ínterin se acuñaba moneda. Nombró para la buena administracion de la hacienda real a Juan Fernández Alderete, en calidad de veedor general. dió despachos de contador a Francisco de Arteaga; de tesorero a Jerónimo de Alderete; i de factor, a Francisco de Aguirre. A éste i a Juan Fernández de Alderete, les nombró tenedores de bienes de difunto, en lugar de Bartolomé Flores que se hallaba ocupado de procurador jeneral de ciudad, por fallecimiento de Antonio Pastrana.

I tanto para asegurar la retirada, aunque era lo que tenia mas distante de su imajinacion, i facilitar los socorros del Perú, como también para evitar desgracias en lo venidero, resolvió fundar poblaciones en los valles de Coquimbo i Copiapó. Se puso en viaje para aquel territorio, i sobre "la ribera del rió de Coquimbo, cinco leguas mas arriba de su embocadura en el mar, fundó la ciudad de San-Bartolomé de la Serena, (30 de diciembre de 1543), i le dió esta denominacion en debido- recuerdo de su patria. Definió la poblacion, puso una cruz en el sitio destinado para parroquia, i repartió los demás solares. Le dió por jurisdiccion de norte a sur, desde el despoblado que derlinda con el Perú hasta el rió Choapa, i de oriente a poniente desde el Tucumán hasta el mar del sur. Nombró por gobernador de este distrito a Juan Bohon (30), eligió alcaldes i rejidores, i demás oficios concejiles. Ignoramos quienes fueron los que ocuparon estos empleos; se quemó el libro de la fundacion, i con él pereció esta noticia. Construyó una ciudadela que dominaba la ciudad. Encargó a Juan Bohon su defensa, i la poblacion de Copiapó. Repartió indios i tierras a sus vecinos, i se despidió de ellos diciéndoles: «digo que estáis obligados particularmente a no Hacer trabajar a los indios en los únicos meses que dura la demora (31), a cuidar de su salud, a proveerles de manutencion i vestido, a no recargarles el trabajo, a enseñarles la doctrina cristiana con sacerdotes, e inter los haya, con un español de buena vida, i si no le hubiere, lo haréis vosotros, en quienes como hai mas autoridad, hará la enseñanza mas impresiona. I en fin, continuad con empeño el edificio de la iglesia, sin quitar la cruz que en el cementerio dejo puesta por mi mano. Vigilad la custodia de la ciudad, i si fuereis invadidos de los indios en ella, i por su extensión no la pudiereis defender, apogeos al fortín, que a su orilla os dejo construido, i dadme luego aviso para que os venga a favorecer, i guardaos con Dios que me voy para la ciudad de Santiago, porque me precisa mandar por socorros a Perú.»

Con la mayor eficacia cumplieron sus comisiones los capitanes Gonzalo de los Ríos i Juan Bohon. Aquel en breve tiempo acopió maderas i levantó la quilla de una fragata, i emprendió el laboreo de las minas, con tan buen efecto, que las hacia rendir gruesas sumas. Juan Bohon llegó a la Serena, i asentadas las cosas de la nueva colonia, pasó a establecer una pequeña poblacion en el valle de la Posesión en Copiapó. La ubicó en la entrada de los caminos que van al Perú por el despoblado i cordillera, i la denominó San-Francisco de la Selva. Los copiapenses cedieron a la fuerza, reservando oponerse en ocasión oportuna, i así lo hicieron después.