ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo I

Capítulo XVI. Se refieren varias disposiciones del Gobernador - Envia a Jerónimo de Alderete a reconocer el país - Los araucanos levantan ejército para atacar la ciudad de La Concepcion.

Al tiempo de salir el Gobernador para los paises meridionales de su gobernacion, dejó dispuesto que diesen vendidas o prestadas cuatro yeguas Bartolomé Flores i Alonso de Escobar, i otras seis doña Catalina Jufré, García Fernández, Juan Jufré, Gregorio Blas, Alonso Moreno i Alonso Navarro, i que se repartiesen al licenciado Antonio de las Peñas, Juan Godines, Pedro Gómez, Gonzalo de los Ríos, Javier de la Cruz i Juan de Cuevas, para que tuviesen caballerías en que poder montar i defender la ciudad de Santiago de donde eran vecinos. I que en uso de la facultad real que tenia para que de los seis regidores electivos, eligiese tres perpetuos, dejaba nombrado a Diego García de Cáceres, Rodrigo de Quiroga i Juan Gómez de Almagro, i mandaba se recibiesen por la antigüedad de sus títulos; que se despachasen por el cabildo cartas de vecindad i fuesen admitidos por vecinos, Juan de la Higuera, Sebastián de Segovia i Francisco Galvez; que se publicasen los veintiún capítulos, que añadió a las ordenanzas de minas i de su orden compuso Antonio Nuñez para arreglar sus labores. Prohibió los juegos de envite a toda clase de jente: i mandó que el rejidor de turno para las minas, conociese en ellas de todas las causas que allí fuere necesario levantar. i pocos días después de su salida, los alcaldes Pedro Gómez i Rodrigo de Araya, comisionados para mandar su publicacion, la hicieron hacer por todo el distrito de la ciudad de Santiago.

 Después de la batalla de Andalien, no estuvo ociosa la policía de este jefe. Mandó curar a los prisioneros Heridos, porque sabia igualmente triunfar con la jenerosidad que con su inimitable valor, i luego que estuvieron sanos, les llenó de dones i les dió libertad. Les encargó dijesen a sus caudillos, que el reí don Carlos de Austria le mandaba ser valiente para vencer, i el Santo Padre de la religión cristiana, que fuese piadoso para perdonar. I a ellos les previno fuesen enviados fieles para ajustar entre las dos naciones una paz sólida. Los araucanos, que en sus guerras nacionales jamas vieron retirarse las armas vencedoras del centro de la victoria, ni ménos dar libertad i dones a los prisioneros, se aficionaron de los vencedores, i manifestándose agradecidos, o haciendo de la necesidad virtud, pidieron la paz, que la concedió alegremente el Gobernador.

Una de las condiciones de ella, fué la cesión del valle de Penco donde se hallaba el fortín. Consintieron libremente i a fin de marzo de 1550 i en los primeros días de abril, la mandó delinear (49). Trazada la plaza mayor, señaló sitio para la Iglesia Parroquial  poniendo en él una cruz, i dedicada al Apóstol San Pedro, presentó para cura al licenciado Gonzalo López. Se midió otro sitio para Santuario de N. S. de Guadalupe, a solicitud de la devocion de López de Landa, a quien le dieron tierras detrás de él, i hasta hoy lleva el nombre de loma de Landa. Lo mismo se hizo a favor de la Religión Mercadería por solicitud de su Vicario jeneral en Chile; i a peticion de Gonzalo i, también se dió sitio para iglesia de San Antonio. Finalmente, asignados solares para un hospital, para casas del gobernador i del ayuntamiento, i para habitaciones de sus vecinos, le dió por término de su jurisdiccion de norte a sur, desde el río Maule hasta el Biobio, i de oriente a poniente, desde la cima de los montes de la cordillera, hasta el mar del sur.

En este tiempo ocurrió, sin duda, algún asunto grave en la, ciudad de Santiago. Vemos que la prudente conducta del Gobernador toma la seria resolucion de separar al licenciado Antonio de las Penas de su gobierno. Envió al adelantado Jerónimo de Alderete con poderes de poder mandar durante su estacion en ella, i Alderete hace salir al licenciado Peñas para la ciudad de la Concepcion. Pide esta determinacion un grave motivo que ni inferirlo he podido. Ello es que el Gobernador, por descargo de su conciencia, condujo del Perú a este jurista, i a poco tiempo de haberle confiado el gobierno civil de todo lo conquistado, le separó de él, i da a Rodrigo de Quiróga (mayo de 1550), el título de correjidor i justicia mayor de la ciudad de Santiago (50). Hecha esta dilijencia, volvió Alderete con una partida de españoles que vinieron del Perú, i dejó aprontándose otra para incorporarse con el Gobernador en el nuevo establecimiento de la Concepcion.

Concluida la delineacion de la ciudad i distribucion de solares, hizo el Gobernador la eleccion de su ayuntamiento. Nombró de correjidor a Diego de Oro, i dió las alcaldías a Per Esteban del Manzano i al licenciado Antonio de las Peñas. Por rejidores perpetuos puso al. mismo Diego de Oro, Antonio Beltran, Diego Díaz, i a otros cuyos nombres se ignora, i en clase de electivos, nombró a Cristóbal de la Cueva, Francisco Riberas Ontiveros i Agustín de Las Casas. Hizo alguacil mayor a Jerónimo Vera, i procurador jeneral a Gaspar de Vergara. Aceptaron éstos sus empleos i prestaron el juramento de ser fieles a los empleos i administracion que se les confiaba. El mismo Gobernador entregó el libro de esta fundacion al escribano Domingo Lozano, i al ayuntamiento las sabias ordenanzas que expidió en 42 artículos para el buen gobierno de aquella colonia i su jurisdiccion, i ellas solas eran capaces de colocar a Pedro de Valdivia entre los mas sabios i prudentes lejisladores. Se avecindaron muchos capitanes (51), i el mismo Gobernador tuvo solar i tierras para hacienda de campo, i fueron todas las que se comprenden entre los ríos Biobio i Andalien, i cerros de la Mocha i el mar, que hoy están repartidas entre muchas personas i componen dos estancias i muchas chácaras (52).

Asentadas las cosas pertenecientes a este nuevo establecimiento, empezó a meditar el modo de hacer otra poblacion, sin fatigar el cito en marchas inútiles i tal vez peligrosas. Ningún método le pareció mejor que el de descubrir Juntes el país, pera dirijir la marcha del ejército a determinado paraje. Envió a Jerónimo de Alderete con 60 soldados de caballería (octubre de 1550), i atravesó el anchuroso Biobio dos leguas mas arriba de su embocadura en el mar, a vista de muchos indios que ocupaban la opuesta ribera, i admirados de tan valiente resolucion, se retiraron a los montes, desamparando sus chozas i dejando libre la entrada, en su país i franco el tránsito para las provincias interiores. Corrió Alderete por elles, i atravesando los estados de Arauco i Tucapel, internó hasta, el río Canten, donde halló sitio ventajoso para establecer otra ciudad. Lo demarcó, i peor otra ruta regresó a la ciudad de la Concepcion (noviembre de 1550), sin la menor oposicion, porque asombrados los indios de ver a los hombres a caballo a los montes.

Los araucanos volvieron sobre sí, i conocieron que el descubrimiento de Alderete lo dirijían los españoles al aumento de poblaciones para: subyugarlos, i determinaron destruir la de la Concepcion con muerte de todos sus habitantes, para cortar aquellas ideas que miraban enderezándose a la destruccion de su libertad. Lincoya, Rengo, Caupolican i Tucapel tomaron sobre sí este negocio, i convocaron a los dos estados de Arauco i Tucapel para la celebracion de una junta de guerra, que se hizo en la parcialidad de Colcura, con asistencia de los de Penco, Hualpen i Talcahuano (octubre de 1550). De esta asamblea salió la resolucion de atacar la nueva ciudad, i juntaron un ejército de 40,000 a las órdenes de los capitanes de la liga, i señalaron por punto de reunión las llanuras de las Lagunillas en el ángulo que forman el Biobio i costa del mar.

Unido el ejército, le dividieron en tres trozos, i el primero, que componía la vanguardia, se dió a Lincoya: el de retaguardia se puso a las órdenes de Tucapel i Rengo, i a las de Caupolican el del centro, i atravesaron el Biobio por Hualpé, donde pusieron su campamento. El dia antes de la batalla se supo en la ciudad de la Concepcion esta valiente determinacion, i el Gobernador mandó reconocer el ejército enemigo. Se hizo el reconocimiento volvieron los exploradores con la noticia de ser tan numeroso que cubría las llanuras i cerros de Hualpén. La accion era mui dudosa, porque las fuerzas eran demasiado superiores, i trataron de implorar el favor divino, i limpiaron las conciencias como soldados católicos. Hecha esta cristiana dilijencia i recibida la sagrada eucaristía, salió Pedro de Valdivia al frente de 300 españoles (53) i del cuerpo de auxiliares promaucaes, a recibir a los enemigos (diciembre de 1550). Puestos a la vista de ellos, animó con aquella eficaz persuasiva a sus soldados que los prevenía para morir o vencer. Destacó al capitán Jerónimo de Alderete con veinticuatro soldados de caballería a principiar la batalla i divertirles con escaramuzas, para acometerlos él con todo el cuerpo de su pequeño ejército por la parte que conviniese. Al mismo tiempo que acometió Alderete, mandó el Gobernador hacer fuego graneado de mosquearía. A los primeros encuentros, que resistieron flojamente los indios contra su natural animosidad, huyó la primera división, i cargaron los españoles contra las otras dos, que también huyeron precipitadamente. El Gobernador les dejó huir, i no le pareció conveniente el perseguir la victoria, porque eran muchos los vencidos i pocos los vencedores, i era fácil desordenarse siguiendo los alcances de los que huían i podían rehacerse, i de esto aventurarse lo ganado. Dejó en este estado la victoria i se retiró a la ciudad a dar gracias al Altísimo por tan señalado favor (54).