La relijion seráfica, conducida del zelo apostólico que le anima, quiso tambien tener parte en la abundante mies que el reino de Chile presentaba a la iglesia católica, i pidió a la audiencia de Lima, que en obedecimiento a las reales órdenes del César, se le diesen los auxilios nacesarios para trasportar a él algunos de sus hijos que voluntariamente se determinaban a su conquista espiritual. Aquel tribunal, que deseaba lo mismo por satisfacer las ansias del emperador, anhelaba la conversion de los infieles de América, dió con franqueza cuanto pidió el provincial de Lima para la primera mision de relijiosos, que destinaba a fundar en el espresado reino. Facilitado todo, se embarcaron en el puerto del Callao los padres frai Martin de Robleda, comisario jeneral; frai Juan de Torralba, frai Cristoval Rabaneda i frai Juan de la Torre i el hermano lego, frai Francisco Trejenal, i a principios del año 1553 aportaron al de Valparaiso, de donde se trasladaron a la ciudad de Santiago.

En ella fueron recibidos con especiales demostraciones de alegría i veneracion. Se hospedaron en una casa que Juan Fernandez Alderete les dió cerca de la hermita de Santa Lucía, de que era patron i fundador, i tomaron formal posesion de ella en 3 de octubre del mismo año. El ayuntamiento, presidido de un correjidor Rodrigo de Quiroga, a solicitud del mismo Alderete, alcalde de primer voto, que profesaba especial devocion a esta sagrada relijion, les ofreció, para su establecimiento, la hermita de Nuestra Señora del Socorro, anexa al hospital i de que fué fundador i patron el Gobernador Pedro de Valdivia, cuya era la imájen de este título que en ella se veneraba i se venera hasta hoi (1554). Admitida la oferta, comparecieron en la sala del cabildo los padres Robleda i Rabaneda, i por escritura que otorgaron en 17 de marzo de 1554 ante Diego de Orue, escribano público, se obligó la relijion a dedicar el convento que allí levantase a Nuestra Señora del Socorro, a no separar del altar mayor la milagrosa imájen, i colocarla en el tabernáculo cuando edificasen el templo, a mantener tumba con cuatro luces, por tiempo de dos años, i rezar un responso por el alma de Pedro de Valdivia, i a permitir que cuando el ayuntamiento quisiese o pudiese o lo tuviese por conveniente, haga abrir en la pared del presbiterio un bulto de Pedro de Valdivia con sus trofeos militares.

I para que en ningun tiempo pudiese esta sagrada relijion fundar derecho al hospital, se separó de él la hermita i se le asignaron dos solares, incluso el que poseian los padres mercedarios, con un hospicio que se les compensó con la cosa i hermita de Santa Lucía, que cedió Alderete. La escritura se volvió a renovar i revalidar en 1.° de agosto de 1567, i el padre Guardian frai Pedro de Arriagada, a nombre de su convento, la volvió a obligar i reconoció por patron de esta memoria al ayuntamiento, i acordaron se celebrase la fiesta de Nuestra Señora del Socorro el domingo inmediato al dia de Nuestra Señora de la Merced (96).

Esto falsifica la comun opinion de los demas clásicos escritores de Chile, que nos afirman haber esta sagrada relijion ocupado por su autoridad el hospicio de los mercedarios, que se hallaba solo por fallecimiento de frai Antonio de Olmedo, i que sobre ello hubo una escandalosa desazon, que para terminarla, se dió el corte bajo la solemnidad de escritura, de que en la fiesta de Nuestra Señora del Socorro fuese de los padres Mercedarios el altar i púlpito (97), cuya práctica, dicen, se abolió, sin decirnos el tiempo i motivo de esta novedad.

Padecieron equivocacion estos escritores. Es cierto que se suscitó competencia sobre la posesion del santuario de Nuestra Señora del Socorro, pero no por contradiccion de los padres mercedarios, sino por Oposicion de los curas don Francisco Gonzalez i bachiller Calderon (marzo de 1556). Espusieron éstos, que la ciudad no pudo donar la hermita, que era del hospital, i declararon perjuros a los capitulares que firmaron la escritura de donacion. Sobre esto vinieron a las manos los clérigos i relijiosos menores, i este es el escandaloso orcurso que atribuyen a los padres mercedarios, i no tuvieron parte alguna en él. Corrieron las consultas sobre la absolucion de irregularidad, escomunion i perjuro. Los padres menores se quedaron con el santuario, i la ciudad fabricó otro en el hospital dedicado a la misma advocacion del Socorro, para que continuasen los curas al cuidado de su culto (98).

Desembarazados de esta competencia, continuaron la fábrica de su convento, i el sábado v de junio de 1572, pusieron la primera piedra para levantar un hermoso templo, que consagraron el 24 de setiembre de 1594.

Establecidos en la capital, se propagaron por todas la ciudades del reino, i empleados en los ministerios de curas i de conversores, trabajaron gloriosamente en la conversion de los indios i en la educacion e instruccion de la juventud española. Esta familia relijiosa se mantuvo dos años en calidad de custodia, gobernada por un comisario dependiente del provincial de Lima. En 1665, se separó de ella i erijió la provincia de la Sma. Trinidad, cuyo primer provincial fué el R. P. frai Juan de Torralba. Sus sucesores han sido hasta hoi con arreglo a sus constituciones jenerales. En 1773 se dividió la, provincia en dos departamentos, sur i norte, para que alternasen en el provincialato, i en el de 94 se abolió aquella alternativa, subrogándose la de americanos i españoles europeos, concedida por el papa reinante en su bula decet romanun pontificem, dada en Roma a 24 de julio de 1792, a solicitud del soberano, que tuvo la bondad de costear el trasporte de 50 relijiosos para establecerla, i fué creado primer provincial de esta alternativa, el R. P. frai Lorenzo Nuñez, natural de Llerena en la Estremadura. Tiene hoi la provincia 20 conventos, i en ella cerca de 400 relijiosos de coro.