Don Felipe II de este nombre, hijo de Carlos V i de la emperatriz dona Isabel, su mujer, nació en Valladolid a 21 de mayo de 1527. Por renuncia del emperador su padre, entró al gobierno de la monarquía de España en 1556, basta el 13 de setiembre de 1598 en que falleció. En 7 de abril de 1558, fué proclamado en el reino de Chile. El Gobernador formalizó este acto en la Imperial, i el licenciado Hernando de Santillana en la capital, i en ámbas ciudades se hizo con la mayor celebridad que permitian aquellos tiempos calamitosos para aquel reino, que se hallaba embarazado con una cruel guerra.

Los araucanos, que jamás fueron capaces de rendirse a los mas desapiados golpes de la adversa fortuna, i que, irritados con las pérdidas qne sabe proporcionar, se ponían tan distantes del abatimiento que nada ajitaba mas su imajinacion que el deseo de hacer represalias de los daños que recibieron, no despreciaban la ocasion que les venia a la mano, i aprovecharon la que les presentó Pedro de Avendaño. Salió éste con cuatro amigos a divertirse en su estancia, situada en el distrito de Puren (febrero 22 de 1561), i los indios de su encomienda les quitaron la vida. Con la cabeza de Avendaño avisaron de su hecho a los estados de Arauco i Tucapel que lo aprobaron, i fué el principio de otro nuevo rompimiento de guerra. Rodrigo de Quiroga, que 17 días ántes se había recibido del gobierno interino de Chile (febrero 5 de 1561), por nombramiento de don García, en virtud de facultad que para ello tenia del virrei su padre, era suegro de Avendaño, i sobrecojido del sentimiento, salió luego de la capital para la Concepcion. No hizo residencia en ella, i con un grueso destacamento de caballería, en pocas marchas se puso en la de Cañete. En esta aumentó el número de tropa, i se trasladó a Puren, cuyo distrito lo entregó a la desolacion, sin mas averiguacion que saberse fué cometido el delito en aquella provincia. No devastó toda la comarca, porque le llegó noticia de la aceleracion con. que marchaba Villagra para Chile, i tuvo que retirarse a la ciudad de la Concepcion, i aguardar su llegada para que, como Gobernador propietario, dispusiese a su arbitrio sobre la conspiracion que principiaba.