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Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo I

Capítulo LIV. Ereccion del Obispado de Santiago de Chile - Fundacion de los Reverendos Padres Mercedarios.

Viéndose el reino de Chile aumentado en vecinos, poblado con muchas ciudades, guarnecido de soldados, ilustrado con jeme noble, estendida la relijion católica i acrecentado el número de adoradorez con la multitud de jentiles que se agregaron al gremio de la iglesia, entró en deseos de tener un Supremo Pastor que lo gobernase. El Gobernador i los ayuntamientos pidieron al rei lo suplicase al Supremo Pontifice, i la Santidad de Pio IV tuvo a bien concederlo (128). Rodrigo de Quiroga logró la satisfaccion de que en su gobierno se erijiese en Catedral la parroquia de la capital, i la complacencia de ver premiado el mérito del licenciado don Bartolomé Rodrigo Gonzalez Marmolejo en la exaltacion a primer Obispo de ella. Este celoso prelado fije natural de la ciudad de Carmona en Andalucía hijo de padres nobles, i deseoso no de plata i oro, sino de la conversion de los infieles, pasó a la América. Siguió las reales banderas en los ejércitos que mandaron Diego de Rojas Pedro de Candia i el licenciado Gasea. Su virtud le hacia amable hasta de los desleales, i le dejaban entrar libremente en su real a tratar de medios de reconciliacion por evitar los males de la guerra civil. En una de estas ocasiones le descalabraron en una escaramuza que su santo celo intento impedir, porque con el ardor i confusion de la pelea no advirtieron en él, i lo hirieron.

Pasó a Chile con Pedro de Valdivia, i allí predicaba i administraba los sacramentos i ejercía las funciones eclesiásticas, sin admitir el estipendio que está permitido i señalado a los eclesiásticos para cóngrua sustentacion. Siguió el ejército de Pedro de Valdivia, i en el país conquistado por este capitan, convirtió muchos infieles i bautizó innumerables párvulos. Fué el primer cura de la ciudad de Santiago, que fué la primera de aquel reino, i vicario jeneral por letras del Obispo de la iglesia del Cuzco, confirmadas despues por otras del Obispo de Chárcas, a quienes perteneció su jurisdiccion espiritual, i ejerció la vicaría sin percibir los emolumentos que le estaban asignados.

Por especial gracia del re¡, Lavo una encomienda de indios en Malga Malga, provincia de Quillota. Los instruia en los dogmas de la relijion, les asistia en lo temporal sin escasez, i exijia de ellos un moderado tributo, que todo lo empleaba en limosnas. Su casa era el almacen de los pobres, i ninguno llego a ella que no saliese bien socorrido. Dos veces socorrió la ciudad de la Concepcion, con considerables cantidades, i recibió a sus espensas a sus vecinos en las dos despoblaciones que se hicieron. Distribuyo en el. ejército iras de 5,000 pesos en diferentes ocasiones, i con esta jenerosidad ocurrió a los importantes negocios que hemos referido. Le es deudor aquel país de la abundancia del ganado caballar que tiene, porque llevo a él la primera manada de yeguas que procrearon los innumerables individuos que ha¡ de esta especie.

Luego que este benéfico prelado regreso del Cuzco, a donde fué a consagrarse (1564), hizo la ereccion de la Iglesia catedral, i prosiguió con eficacia la fábrica del templo que empezó el Gobernador don García Hurtado de Mendoza. Visito su jurisdiccion desde la provincia de Copiapó Basta la de Osorno. Proveyó de doctrineros todo su Obispado, valiéndose de los religiosos para tan importante encargo. Redujo a vivir en pueblos a los indios de las provincias de los promaucaes, i levanto iglesias en ellos para facilitarles su instruccion en la fé católica, i les puso visitadores para estirpar las hechicerías. Colmado de merecimientos, falleció este ilustrísimo prelado en 1565.

No le fué de ménos gusto al gobernador Rodrigo de Quiroga ver fundar en su gobierno el principal convento de relijiosos mercedarios (1566). Se dedico a su fábrica con particular devocion i esmero. Era especialmente aficionado a estos relijiosos, que fueron los primeros predicadores del Evanjelio en aquel reino, i la primera Relijion que se estableció en él. Pasaron a Chile con don Pedro de Valdivia, i trabajaron gloriosamente en aquella abundante viña, convirtiendo innumerables infelices, reduciéndolos al cristianismo. Rabia sido Quiroga testigo ocular del fervoroso celo con que servian las parroquias que se erijieron en las ciudades que fundo Pedro de Valdivia, i les trato mucho en el ejército, que siempre acompañaron en clase de capellanes (129).