No dejaban pasar los indios ocasion, i aprovecharon la, que les presentó la ausencia del Gobernador. Atravesaron el Biobio algunas de sus partidas volantes hicieron muchas presas en las estancias. Se le dió al Gobernador esta noticia, i salió para la ciudad de la Concepcion (octubre de 1609). Tomó las providencias conducentes para salir a campaña, i se puso en marcha con 800 españoles, igual número de ausiliares. Entró por tierras de Puren  donde estaba el mayor número de los  enemigos que se hallaba fortificado en la ciénega de Lumaco, salió con 6 mil combatientes a presentarles batalla. Estaban los jenerales ese las disposiciones de comenzarla i salió el Capitan Policheu en un brioso caballo i con su enclavada maza en la mano. Hizo una gallarda escaramuza, i al fin de ella desafió al Gobernador. Uno de los ausiliares cuyo nombre ignoramos, sin pedir permiso se fué hácia el arrogante Policheu, i a pocos encuentros dió con él en tierra, i le cortó la cabeza. Con esto comenzó la funcion, se batieron los dos ejércitos sobre el desague del Lago, sitio que por ventajoso supo elejir el jefe araucano. La batalla fué cruel i mui reñida. Los españoles estuvieron en mucho peligro, i estuvieron a punto de ser derrotados, pero estrechados del aprieto, pelearon con esforzado valor, i vencieron con mucho estrago de los enemigos i no pequeña pérdida suya. El Gobernador hizo todo el costo de la victoria. La necesidad le obligó a llamar en su socorro los brios de su juventud. No le faltaron éstos, i con la espada en mano, se puso a la derecha de la primera línea de su ejército. Su presencia causó espanto en los indios, i puso a los españoles en no sé qué confiaza de la victoria, que les infundió ánimo para castigar empeñosamente a sus caballos i vencieron.

Huyeron los enemigos, i el Gobernador prosigió la victoria. Corrió todo el pais de los llanos i sub-andino, llevando por todas partes los horrores de la guerra, (abril de 1610), aunque sin efecto alguno. Se retiró a la ciudad de la Concepcion con la salud mui quebrantada, i dejó a los araucanos tan rebeldes como los halló. Nada avanzó, ni alcanzó otra cosa que matarles mucha jente, i este destrozo no fué sin pérdida de cerca de 2 mil españoles, de los 3 mil con que entró en el gobierno.

Mucho angustiaba el ánimo al Gobernador la imposibilidad en que estaba de corresponder a la real confianza con la sujecion de los indios, que miraba mui a lo léjos. Este pensamiento le agrababa sus dolencias, i le acabó de postrar la noticia de que Ayllavilu habia degollado sobre la ribera del rio Tolpan a los capitanes Araya i Antonio Sanchez con sus compañías de resultas de una salida que hicieron de la plaza de Angol. Esta desgracia consternó tanto al anciano Gobernador, que reagrabada su prolija enfermedad, le condujo a los horrores del sepulcro, i descansan sus cenizas en la catedral de la Concepcion.

Era Alonso Garcia Ramon natural de la ciudad de Cuenca en la Alcarria i de ilustre nacimiento. Mal afable i de tanta mansedumbre, que hasta de los enemigos se Hacia amar i jamas llegó algun necesitado que no saliera aliviado de la urjencia que le molestaba. Su desinteres era notorio, i por eso nada tuvo que dejar cuando falleció. Desde sus tiernos, años se dedicó a la profesion militar. Sirvió en la guerra de i en la batalla naval i jornada de Navarino. Estuvo de presidio en la Goleta con el tercio de don Lope de Figueroa hasta tanto que el serenísimo don Juan do Austria, ganó a Tímes. Estuvo tambien en la jornada de los Guerguenes i fué a los estados de Flandes. Se Halló en el reencuentro del príncipe de Palma con los enemigos que estaban fortificados en Burgonete. Fué uno de los primeros que asaltaron las trincheras i tomó prisionero a un capitan frances de los que allí estaban. Mereció que don Juan de Aguila, siendo su capitan le encargase la retaguardia de todo el ejército. En el sitio i espugnacion de Maestric fué el primero que de todo el ejército subió a la muralla i entro tomando dos banderas a los enemigos i se ganó la ciudad, i el príncipe de Palma, por consideracion de haber sacado dos heridas, le dió ocho escudos do ventaja sobre cuatro que ya tenia, con especial gracia de gozar los doce en cualquiera oficio i en cualquiera sueldo que tuviese. Se mantuvo en Flandes hasta que salieron los españoles de aquellos estados por las condiciones de paz que se estipularon. De Flandes a Sicilia en el tercio de Franco Valdez, i con licencia del virei Marco Antonio Colona, vino a España. De aqui fué a Chile donde vivió diez, años en los empleos de sarjento mayor i maestre do campo. El virei don Garcia Hurtado de Mendoza le llamo para enviarle a sosegar las revoluciones de las provincias de Quito, i no fué a ésta por nada, porque cuando arribó al Perú, ya las habia aquietado el capitan Pedro de Azaña. Le dió el virrei el correjimiento de Arica, i le hizo juez visitador para la venta de tierras de aquel distrito, i desempeño bien la comision. Tambien le dió el mando de uno de los buques de la, escuadra que salió del Callao a las órdenes de don Baltazar de la Cueva i Castro contra el pirata Ricardo Hawkins. Despues sirvió los correjimientos de Potosí, Charcas i la Paz; i últimamente el empleo de maestre de campo del Callao, de donde salió para el gobierno de Chile a hacer los servicios que se han referido.