ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Crónicas
Descripcion Histórico Geografía del Reino de Chile por don Vicente Carvallo Goyeneche, precedida de una biógrafa del autor por don Miguel L. Amunátegui.
 
Primera parte. Que contiene el descubrimiento i conquista del Reino de Chile: el establecimiento de su Gobierno secular i eclesiástico: un compendio de la historia de sus Gobernadores: i una breve noticia de sus Obispos.
 
Tomo I

Capítulo CVI. Proclamacion de Felipe IV - Toman posesion de los obispados de La Concepcion i de Santiago Don Frai Luis Jerónimo de Ore i Don Francisco Salcedo - Gobierno interino de Don Francisco de Alba i Norueña.

Don Felipe IV. reí de España, hijo de Felipe III. i de doña Margarita de Austria, nació en Valladolid a 8 de abril de 1605, i en 31 de marzo de 1621 sucedió a su padre en la monarquía, que gobernó 44 años, 5 meses i 17 días, hasta 17 de setiembre de 1665, en que falleció. Hizo su proclamacion en el reino de Chile, su Gobernador don Pedro Sores de Ulloa en la capital, exediéndose aquella ciudad mas allá de lo que podía para manifestar su fidelidad, i guardando proporcion se practicó lo mismo en las demás ciudades, que en estos casos cada una se manifiesta según las rentas que tiene i con arreglo a las facultades de sus vecinos.

El doctor don Carlos Marcelo Cornerino, natural de la ciudad de Trujillo, hijo de padres franceses, siendo magistral de la metropolitana de Lima, i predicador de grande fama, fué presentado por la majestad del señor don Felipe III, en 12 de diciembre de 1616 para la iglesia de la ciudad de la Concepcion. Le consagró en Lima el ilustrísimo señor don Gonzalo de Ocampo en 18 de octubre de 1618, i estando para embarcarse i navegar a su obispado, le promovió su majestad a la iglesia de su patria. En ella fundó un colegio de jesuitas para instruccion de aquella juventud, i le dotó con 60,000 pesos con cargo de dotar cada año dos doncellas huérfanas. Dejó otros 40 000 para casar doncellas pobres, fundó dos capellanías en su tesis, i erigió una parroquia, que dedicó al príncipe de los apóstoles San Pedro. Fué varón apostólico, i con su predicacion acompañada del ejemplo (hacia lo que predicaba) logró hacer muchas conversiones. Falleció en 16 de octubre de 1620, i sus preciosas cenizas descansan al lado del evangelio de la capilla mayor de la iglesia del colegio que fundó.

Por la promocion de este ilustrísimo prelado, siguió vacante la silla de la iglesia de la Concepcion, hasta que la misma Majestad del señor don Felipe III. presentó para ella al R. P. frai Luis Jerónimo de Ore en 7 de abril de 1620. Fué natural de la ciudad de Guamanga, religioso del orden seráfico en la provincia de los Doce Apóstoles, hijo de don Pedro i de la señora doña María de Rojas, fundadores del monasterio de religiosas de Santa Clara de aquella ciudad. Tuvo don de lenguas, i fué insigne conversar de indios del Perú. En la provincia de los Collaguas descubrió un adoratorio de bronce fino, i se hicieron de él muchas campanas. Compuso un manual en siete idiomas. Tradujo al idioma jeneral del Perú el catecismo, el símbolo de San Atanacio, i muchos himnos del breviario i escribió en versos la vida de Jesucristo. También escribió la historia de los religiosos i sacerdotes que padecieron martiriza en la Florida. Pasó a esta península, i dió a la imprenta la vida de San Francisco Solano. Consagrado en Lima por el Iltmo señor don frai Fernando de Campo, obispo de santa Cruz de la sierra, navegó para el puerto de la Concepcion, i tomó posesión de su iglesia en 1622. Vistió siempre el hábito de su religión, i jamas usó lienzo. Un pobre que no lo era tanto como este religioso prelado, le pidió de limosna una camisa vieja i como de esta calidad podía dar mucho, no tuvo dificultad en darla. saco el mismo prelado una de sus túnicas interiores ya remendada. El pobre rehusó recibirla, i le dijo no era eso lo que pedía. guardó el obispo su túnica, i envió a comprar lienzo para dos camisas, i le socorrió la necesidad que llevaba. Vivía pobremente para tener algo que dar, porque la renta era mui escasa, i siempre, Corrían empeñadas sus alhajas para dar limosna. No se olvidaba aun de la mas remota parte de su apostólica misión. Le angustiaba el corazón llene de caridad, no poder visitar i consolar sus feligreses de la provincia de Chiloé, porque estaba interceptada la comunicacion de aquel distrito por la tenaz guerra de los araucanos. Pero su ardiente caridad i el fervoroso deseo de llenar todos los espacios de su pastoral oficio, le determinaron a emprender el viaje por mar. La navegacion es peligrosa, i lo era mas en aquellos tiempos que las naves eran pequeñas i débiles i todo lo venció su celo. Fué a aquella provincia, i no dejó islas de las descubiertas, que no consolase con su presencia. Navegaba de una a otra en aquellos frailes barcos, que llaman piraguas, i en muchas de aquellas travesías estuvo con la muerte al ojo. Los, jesuitas, P. Juan López Ruiz i P. Gaspar Fernández que lo acompañaban, se interesaban con eficacia para desviarle de tan peligroso empeño, i no lo pudieron conseguir. Concluyó su visita, les prometió volvía, i regresó a la ciudad de la Concepcion donde falleció (1631). Descansan sus venerables cenizas en la catedral de la ciudad arruinada.

El Iltmo. señor don Francisco Salcedo, natural de la ciudad real en la Mancha, fué mui versado en derecho canónico, especialmente en lo literal del testo. El obispo del Tucumán le hizo su visitador jeneral i despees fué tesorero de aquella catedral. En la ciudad de San Miguel fundó un colegio de jesuitas, i para su subsistencia le donó dos buenas estancias denominadas el Tejar i san Pedro Mártir; poco después le dió 6,000 pesos en dinero efectivo. Fué ascendido a deán de la metropolitana de la Plata, de donde se le promovió a obispo de Santiago de Chile. Posesionado de su iglesia en 1624, manifestó que era padre de los pobres se constituyo su defensor especialmente de los negros i de los indios. En cuanto estaba de su parte no permitía que se les hiciesen vejaciones, i les procuraba todo alivio se opuso viribus et armis a la espatriacion de los indios persuadido de que Dios, en persona del profeta Isaías le había dicho: mittam te ad gemtem conversam et ilaceram. Era liberalismo con los pobres, Con ellos i en su iglesia gastó todas sus rentas i 100,000 pesos que entraron al obispado. Edificó las casas episcopales con tiendas (171) para mercaderes, i en ellas fundó una capellanía para que todos los jueves del año se cante una misa en la catedral. Cedió muchas alhajas i ricos armamentos, i le dejó su biblioteca. Fué maestro de todas virtudes i admirable en caridad, Honestidad, modestia i templanza, quiso se sepultase su cuerpo en la iglesia de la Compañía de Jesús para que fuese trasladado a la de su colegio de san Miguel de Tucumán, pero a súplica de su clero revocó esta cláusula de su testamento. Falleció en 1635 i descansan las preciosas cenizas de este venerable prelado en su misma iglesia.

El gobernador don Pedro Sores de Ulloa conoció que su avanzada edad le conducía al sepulcro, antes de concluir el tiempo de su gobierno, i alcanzó real cédula que le diese facultad de nombrar sucesor para usar de ella a beneficio de su cuñado don Francisco de Alba, i que en el tiempo que tardase en llegar el que nombrase el virrei del Perú, pudiese disponer sin dificultades del cobro de sus intereses que fueron el único objeto i todo el cuidado del caballero Norueña. Finado el gobernador don Pedro, tomó Alba posesión del gobierno de la ciudad de Concepcion a 11 setiembre de 1624. Nada adelantó para contener las hostilidades de los indios, que siguieron devastando el territorio de la frontera.

Tuvo orden de la corte dirigida, a su antecesor para poner a cubierto la costa de Chile de las invasiones de la escuadra de Hermite, i en la Concepcion levantó algunas baterías en diferentes surtideros de aquel puerta, i para que se Hiciese lo mismo en el de Valparaíso i en otros del distrito de la capital,  dió comisión con título de teniente de capitán jeneral a Hernando de Machado, oidor de la Audiencia de aquel reino. En esto i en el cobro de sus intereses se pasaron 8 meses i dial, que tardó en llegar el gobernador nombrado por el virrei, i dejó el obispado de la Concepcion en tan decadente estado, que para aliviar las necesidades fué menester conducir trigo del Perú con excesivos costos, porque ya estaban apuradas todas las provisiones que podía suministrar la ciudad de Santiago i su distrito.