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Fuentes Bibliográficas
Homenaje a Vicuña Mackenna Tomo 2º.
Capítulo XIV.

No todo había de ser viajar. El colegio real de Cirencester le aguardaba, con actividades que habían de ser utilísimas en su tierra, y a él se acogió en las postrimerías de aquel año de 1853, tan bien aprovechado (74).

El colegio de agricultura de Cirencester estaba situado en el condado de Gloucester, en una aldea de seis mil almas, sumida en quietud provinciana. Allí se daba enseñanza especializada en materias agrícolas, en cursos prácticos cuya finalidad era servir los intereses del reino de modo eficaz. El profesorado tenía fama de competente, pero su helado estiramiento no le dejaría la menor huella de afecto. Salvo cierto señor Voelcker, doctor alemán.

Alojase Vicuña en casa de la familia Bugg, entregándose con todos sus sentidos al estudio, que comprendía, entre otras materias, geología, física, química, metereología, botánica.

Su vida era triste, monótona como el panorama que por constraste le traía las visiones de su tierra, más queridas cuanto más distantes. De los compañeros de estudio no había que hablar. Secos, deportivos, indiferentes. «Yo tenía-escribe Vicuña(75) -más de cien condiscípulos, y aunque la mayor parte eran de mi misma edad, jamás, después de muchos ensayos, encontré un solo tipo que cautivara mis simpatías ni mi aprecio». Había que contentarse con excursiones campestres los días festivos, paseos por los alrededores en las tardes, las lecturas de infaltable compañía y la muy rara de algún compatriota de paso. Salía a caballo o en carruaje por «los verdes campos de Albion o galopaba de aldea en aldea a lo largo de los excelentes caminos ingleses que a fe no le son superiores las mejores calles de la capital de Chile».

Swindon, Choltenham y Bath recibieron alguna vez su visita.

Esa época de estudios fue utilísima para Chile. Adquirió conocimientos muy sólidos, siéndole así posible, más adelante, ahondar en las necesidades agrícolas de su tierra.

Con fecha 25 de Junio de 1854 escribió extensa carta a don José Rafael Larraín, la cual fue impresa en Valparaíso, en volumen de más de cien páginas, con el título de Estudios sobre la agricultura. «Obra esencialmente técnica-escribe Donoso (76) -era el fruto de los estudios de Vicuña, pero escrita. con ese estilo liviano y ameno que con el tiempo había de ser tan personal y único. Se encuentran en ella páginas de positivo interés, tales como las relativas al estado de la agricultura en Europa y la organización agrícola británica que revelan un cabal conocimiento de la materia». Corridos tres cuartos de siglo ese interés no pasa. . .

Posteriormente -en París, a comienzos de 1855- dio a la estampa en la librería de Mme. Bouchard Huzard un volumen en claro y elegante francés, bajo el título de Le Chili consideré sous le rapport de son agriculture et de L'émigration européenme (77).

«Su autor -escribió Vicuña- se proponía dos objetos.

El primero llamar la atención de los emigrantes sobre Chile y el segundo hacer de éste una descripción rápida pero compacta, concisa pero exacta, para el uso de los mismos chilenos. El primer objeto ha sido conseguido en lo que un simple individuo podía alcanzar. Además de una considerable circulación en Europa, el Monitor francés y la Gaceta de los emigrantes de Alemania han publicado extractos y largos análisis». El historiador Michelet, dato que conviene recordar, en su obra L'Oiseau citó con elogio el trabajo del joven escritor chileno.

Inútil parece agregar que toda esa propaganda, a base de ciencia y de verdad excrupulosamente expuesta, la hacia Vicuña Mackenna a costa de su flaquísimo bolsillo, sin recibir ni pretender la menor ayuda del fisco de su país. ¡Rara lección que entonces y más tarde muy pocos chilenos han sabido recoger!

En Le Chili Vicuña analizaba con noble franqueza la condición social de los campesinos, levantando en su pecho un grito de justicia social que brotado ya en las asonadas políticas de 1851, junto a Bilbao y a Santiago Arcos, no cesarla de renovarse.

Ese grito, como un lema justificativo de su vida, parecía decir: Con el pueblo, junto al pueblo, por el pueblo.

 

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Notas

74

Antes de dirigirse nuevamente a Inglaterra, estuvo en Rouen y el Havre. En Londres, a donde llegó a fines de Noviembre de 1853, visitó cuanto era digno de conocerse. Su impresión no fué del todo grata aquella vez. «La vida británica-escribe Donoso-no le entusiasma: deja en su espíritu una amarga sensación de frialdad, de rigidez, de estira-miento y de hipocresía».
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75

La Agricultura de Chile.
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76

Ricardo Donoso, obra citada.
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77

Una traducción, hecha por don Marcial Martínez, se publicó en Chile, en El Mensajero de la Agricultura.
Le Chili está dedicado a don Emeterio Goyenechea, en hermosa página escrita en español. En la advertencia-Avant-propos-dice: «Nous avons écrit cette ébauche du Chili pour les émigrants et pour les Chiliens. Les Chiliens d'aujourd' huy et ceux qui le seront demain. J'ai dit de tout mon coeur, aux uns et aux autres, ce que je croyais la verité».
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