ACTAS DEL CABILDO DE SANTIAGO PERIODICOS EN TEXTO COMPLETO COLECCIONES DOCUMENTALES EN TEXTO COMPLETO INDICES DE ARCHIVOS COLECCIONES DOCUMENTALES

Fuentes Bibliográficas
Homenaje a Vicuña Mackenna Tomo 2º.
Capítulo XXVIII.

En Septiembre de 1861 se inauguró la administración del nuevo presidente de la República, que habría de durar un decenio completo como la que acababa de fenecer. El mandatario recién instaurado, hombre probo y de ánimo pacífico, estaba unido al historiador por lazos de familia y de mutua simpatía. Don José Joaquín Pérez, hombre dúctil, inteligente, formado en la vieja escuela liberal, juntaba ala bonhomía de su carácter un agudo ingenio y buen sentido de gobernante. Era el hombre que convenía para dirigir el país después de largo período de agitaciones revolucionarias, de pasiones políticas enconadas y de continuas represiones que traían enervados los ánimos de todos.

Las relaciones de Vicuña Mackenna con el Presidente Pérez fueron cordialísimas desde el primer momento. El grande hombre se encontraba por primera vez en su vida próximo al gobierno y por primera vez, también, desde los días ya un poco lejanos, del breve gobierno de su abuelo, soplaban en la Moneda vientos de liberalismo. El régimen de autoridad se preparaba a aflojar riendas durante dos lustros y las influencias conservadoras comenzaban a decaer.

Vicuña no excusó su colaboración al nuevo gobierno, brindándola en cada oportunidad que le fuera solicitada con claro propósito de bien público. Así compuso a petición oficial, en Diciembre de 1861, unas Breves indicaciones sobre el nuevo plan que debe adoptarse en la Quinta Normal de Agricultura y redactó un reglamento para dicha institución por encargo del Ministro Rengifo.

Nombrado miembro de la comisión que debía traer a la capital a varios caciques araucanos, representantes de intereses que se deseaba atender y de reclamos que era justo oir, se dirigió al sur recibiendo en su gira diversos festejos. En Chillán se le dio un gran banquete, ofreciéndosele la diputación por el departamento. La misión fue llevada a cabo con todo éxito, si bien los buenos propósitos manifestados por el gobierno en favor de la raza indígena quedaron á sana intención reducidos.

En Agosto fué designado miembro académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile, honor al que tenía desde largo tiempo títulos indiscutibles. El 27 se incorporó a la Facultad, en sesión solemne celebrada por ésta, y el tema de su discurso, que alcanzó éxito bullado, versó sobre Lo que fué la inquisición en Chile. < Vicuña Mackenna-observa Donoso (123)-era el primero en abordar un tema que hasta entonces habla permanecido desconocido y virgen para los historiadores nacionales». Tres días más tarde prestó juramento ante el Consejo Universitario, teniendo el Rector don Andrés Bello, para el recipendiario, sinceras palabras de simpatía y expresiones de abierto elogio» (123).

Dentro de la enseñanza prestó servicios como miembro de comisiones examinadoras de historia en el Instituto Nacional, concurriendo también a la Escuela Normal de Preceptores.

Sus esfuerzos por honrar la memoria de los próceres de la independencia tuvieron especial satisfacción al inaugurarse el monumento a San Martín el 5 de Abril de 1862 y el 26 de Mayo siguiente al descorrerse el velo de la columna expiatoria erigida en memoria de Manuel Rodríguez en Tiltíl, sitio en que éste había sido inmolado. En la ceremonia conmemorativa Vicuña pronunció breve discurso, «admirable por su sencilla emoción y rebozante de cálida simpatía hacia el popular personaje» (123).

Y en ese mismo año 62, entre otros homenajes organizados a servidores eminentes, le fue grato prestar todo su concurso al banquete que se ofreciera al ilustre historiador Claudio Gay con motivo de su visita al país. Las palabras de Vicuña Mackenna, en esa oportunidad, fueron de generosa justicia para el hombre que había consagrado a Chile y a los chilenos muchos de los mejores esfuerzos de su vida.

En medio de vastísima labor literaria-que alcanzaba títulos de importancia vital dentro de su bibliografía-, de las comisiones que desempeñaba por encargo del gobierno y de sus actividades universitarias a las que dedicó no poco entusiasmo, tuvo tiempo de destinar algunas horas al ejercicio de la profesión. En su residencia, calle de las Rosas N.° 23, abrió estudio de abogado en 1862.

Y habiendo entablado Manuel Antonio Matta acusación contra don Manuel Montt, Vicuña adhirió a ella. Pero el poderío del ex-Presidente estaba aún vivo en la memoria de los jueces chilenos y de las cortes nacionales de justicia-de las que era miembro actual-y en los parlamentarios que sirvieron su causa, con lo que el intentado proceso hubo de sepultarse en el polvo de los archivos.

 

__________

Nota

123

Ricardo Donoso, obra citada.
Volver