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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
Capítulo VII. Las Vinculaciones Externas y las Vicisitudes Interiores de la Revolución. 1811
Documento 22. Oficio de la Junta a la de Buenos Aires sobre remisión de tropas

Las noticias que tuvimos por el Comandante de Armas de Mendoza en carta de 9 de febrero último, y por otros pasajeros, de no haber traído Elío gente alguna, con el conocimiento de que de Montevideo no sacaría dos mil hombres, nos hicieron suspender las providencias que habíamos adoptado para unir [reunir] en esta capital una fuerza considerable que marchase a esa ciudad a resistir cualquiera violencia; y cuando hemos visto el oficio de V. E. de 18 del mismo, en que contestando al nuestro de 6, nos pide las tropas veteranas y armadas que podamos mandarle, ha sido necesario activar de nuevo los órdenes con el dolor de mirar ya tan avanzado el tiempo para el paso de la cordillera, y que aquéllas deben venir de las provincias de Concepción, distante ciento cincuenta leguas.

Nuestra situación local y el descuido o malicia de los que mandaban, nos había hecho descansar en un letargo profundo, representándosenos muy distante la necesidad de ser guerreros: por eso, sólo en Concepción para contener a los naturales bárbaros se mantenía una fuerza de poco más de mil hombres: de ellos hemos pedido trescientos, y cien más de los que servían en el nuevo Batallón de Granaderos de esta capital.

Los cuatrocientos caminarán muy breve con sus respectivas armas y oficiales, y acreditarán en Buenos Aires que el reino de Chile sabe interesarse en el empeño de conservar estos dominios a su legítimo Soberano, adoptando el medio único de conseguirlo con un Gobierno patriótico, incapaz de seducciones; y que si nuestros padres tuvieron el honor de conquistarlo, imitaremos sus glorias, manteniéndolo en el medio de los riesgos.

A más hemos tratado con el Diputado de v. E. que active, eficazmente las reclutas que se le han permitido hasta el número de dos mil hombres, para que caminen a esa capital; franqueándole los auxilios que haya menester.

Antes de muchos meses pasarán de treinta mil los milicianos perfectamente disciplinados, que haciendo renacer el valor araucano, eternizarán en Chile y en las Provincias del Río de la Plata el nombre español.

Recibirá V. E. el corto auxilio de que hemos hablado por una prueba cierta de nuestra constante adhesión; y reciba también desde ahora los sentimientos de no poder impartirlo en toda la extensión capaz de ganarse por sí solo las satisfacciones que apetece a v. E., por hallarnos en un Gobierno tan naciente.

Dios guarde, etc.

Márquez de la Plata.- Doctor Martínez de Rozas.- Carrera.- Reyna.- Rosales.- Argomedo, Secretario.

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