Sin fecha.
En el instante en que el oficial don José María Ureta me anunció que V. S. se hallaba en la ribera del Norte del Maule, monté a caballo, pasé el río, y me interné a bastante distancia hasta la casa de Álvarez, donde tuve el honor que comiésemos juntos; nada prueba mejor la buena opinión y absoluta confianza que tengo del honor, probidad y buena fe de V. S. y de los oficiales de sus tropas, si es que alguna vez se ha podido dudar de mis verdaderos sentimientos en este particular: sólo me debían acompañar cuatro oficiales, pero me siguieron muchos más .por oficiosidad; y yo no hice alto en esta circunstancia, porque no creí que pudiese causar cuidado, ni que se tuviese por una medida de precaución cuando V. S. tenía a su disposición tantas tropas de que podía disponer a su agrado.
También me allané a pasar a Talca, para que allí concluyésemos los negocios de las dos provincias; pero cuando anticipaba mis disposiciones y lo llegó a entender la tropa, hizo una resistencia formal a esta medida; resistencia que en la sustancia y en el modo en nada se oponía a la disciplina y subordinación militar, ni tenía por fundamento una desconfianza decidida, como lo expusieron, sino el deseo de que no me expusiese a contingencias posibles, de que recordaron ejemplares acaecidos en otras partes y aseguro a V. S. que me mortificó este paso, por sola la consideración de que podía incomodar a V. S. si lo tomaba en el sentido menos favorable; pero fue preciso darles gusto.
Ayer tarde he recibido carta de la Junta con fecha del veintiséis en que me dice que ha llegado a entender que estoy resuelto a pasar a Talca a concluir los negocios pendientes; y que en consecuencia me previene que suspenda el viaje mientras no esté concluida y firmada la convención; pero que podré pasar después de esto, si soy incitado, en cuyo caso me encarga que proponga a V. S. que si gusta pasar a la villa de Linares, allí lo esperará la Junta el día que prefije, para estrechar de este modo más y más los vínculos de amistad y de unión.
Puesto en el caso de no serme factible pasar a esa ciudad a pesar de mis deseos y de mis votos es preciso buscar otros medios de comunicación.
El origen, principio y fundamento único de nuestras diferencias consiste en la no ratificación del convenio de doce de enero.
En el oficio de V. S. a la Junta de veintisiete del corriente asegura que trae poderes bastantes para terminar este negocio: trátese de él ante todas cosas; ratifíquelo V. S. desde esa y todo está acabado.
Si hay reparos que oponer a algunos de sus capítulos, diga V. S. con expresión y claridad cuales son para contestarlos y allanar los medios de que concluyamos en breve. Si hay otro medio racional de comunicación propóngalo V. S. que yo estoy llano y pronto a todo.
Si V. S. gusta acercarse al río con cierto número de tropas, yo pasaré a la otra banda con igual número, y las mías no se opondrán a este paso.
V. S. sabe que las que hay aquí todas son de caballería y que por lo mismo no pueden haberse traído con intención hostil.
Doctor Martínez de Rozas.
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