Todas las circunstancias y momentos nos pronostican victoria.

La fidelidad, el universal entusiasmo, el heroico desprendimiento de sus intereses y familias, y la porfía de competir en el sobresaliente amor y obediencia que manifiestan constantemente los jefes de los regimientos del otro lado de la línea de Maule, merecen en alto grado el reconocimiento público, y pasarán con gloria hasta nuestros más remotos descendientes.

Los regimientos de Quirihue, Lautaro, la Costa, el Infante, el de Cauquenes, y el de Linares, han pasado a esta parte bien armados y respirando ardor patriótico; sólo piensan en escarmentar a los tiranos y en aniquilar a los piratas.

El Teniente Coronel del Regimiento del Infante don Fernando de la Vega, reunió la fuerza de dicho regimiento con una decisión y prontitud increíbles, y prefiriendo el amor y servicio de la patria a sus propios intereses, a su familia y tiernos hijos, marchó a su frente y lo condujo a este cuartel, donde da ejemplo de patriotismo y de celo por nuestra gran causa.

Todos los ganados pertenecientes a haciendas de los pérfidos, se traen a esta parte. A la fecha se han recogido 1.500 vacas, mulas y caballos; espero siete mil carneros, y mucho mayor número de toda especie de animales.

Con la llegada del señor Obispo (el auxiliar Guerrero) se celebró hoy una función solemne en la iglesia matriz de esta ciudad (de Talca).

Peroró su Ilustrísima con tal fervor, demostró con tanta viveza y solidez la justicia de nuestra causa, que todo el gran concurso del pueblo y del ejército exclamó: ¡Viva la Patria!

No se pudo presenciar este acto sin estremecerse.

En su consecuencia se enarboló con salva el estandarte tricolor.

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