Ofrecemos hoi al público uno de los libros mas interesantes que podríamos entresacar del ya casi agotado repertorio nacional, porque la Descripcion histórico jeográfica del reino de Chile escrita en Madrid a fines del siglo pasado por el chileno don Vicente Carvallo i Goyeneche, natural de Valdivia, reune a la investigacion paciente de lo antiguo muchos datos preciosos que pueden servir al curioso, al historiador i al hombre de Estado, en la actualidad.

La jeografia física i política de Chile ha sido, en verdad, un punto casi secundario en el estudio i en la aficion de los chilenos, porque hasta la publicacion del pequeño, pero interesante: Diccionario Jeográfico del señor Astaburuaga, no habíamos tenido mas fuente de consulta que el Diccionario Jeneral de la América, del guayaquileño Alcédo, i alguna que otra noticia publicada por separado, semejante a la que hoi damos como apéndice del laborioso i entendido jesuita Villarreal. Verdad es que en los últimos tiempos, los trabajos topográficos del señor Pissis i de sus discípulos, como el intelijente injeniero señor Pedro Lucio Cuadra, i ántes los estudios de Gay, Philippi, Domeyko i otros sabios que han rejistrado sus vijilias en los Anales de la Universidad, han abierto una nueva era en ese jénero de saber entre nosotros.

Pero, por lo mismo, la publicacion del paciente trabajo inédito de Carvallo, se hacia un complemento indispensable para los antiguos como para los modernos, puesto que sus noticias son especiales, minuciosas, de observacion personal i abrazan todo lo que en el reino de Chile podia interesar al estudíoso: Las costumbres, las fundaciones, la ciencia la agricultura jeneral i local, el gobierno político i eclesiástico, los descubrimientos i hasta los derroteros de riquezas, como el de la célebre mina de oro del Timon, en el rio Neuquen. I la del famoso cerro de Payen (cobre), que se supone una gran masa de este metal, como la de Tamaya, en las dereceras de Antuco.

No son ménos interesantes los capítulos que tratan sobre los indios, porque Carvallo, siendo capitan de dragones, vivió constantemente entre ellos, i da curio, datos sobre sus hábitos, vida, relijion, gobierno i demas circunstancias, que solo un cautivo como Bascuñan, o un misionero como Olivares han podido revelarnos.

Bajo todos estos respectos, esperamos que la obra que hoi damos a luz, con algunas imperfecciones tipográficas, inevitables por la mala calidad de las copias, será recibida con induljencia por el ilustrado público chileno.

A esta misma induljencia, confiamos la reproduccion complementaria del famoso informe del padre Joaquin de Villarreal, sobre que tan vivamente llamó la atencion en la Aurora de Chile el ilustre Camilo Henriquez.

Por ultimo, nos ha parecido digno de este repertorio darle remate con la descripcion que del "reino de Chile" hizo a fines del siglo pasado, el famoso cosmografo mayor del Perú don Cosme Bueno, tan justamente alabado por el ilustre Humboldt.

El trabajo jeográfico de Cosme Bueno ha pasado, en efecto, durante un siglo por el mejor compendio jeográfico de Chile, i tal vez hoi mismo podria merecer ese alto honor.

Por ésto lo entregamos con confianza al criterio del lector, i porque completa i remata este tratado que podríamos llamar con propiedad nuestra Jeografía Colonial.

Santiago, diciembre 30 de 1876.

Los editores.