En los primeros tiempos de la conquista de Chile poseyó el rei todo el país que hoy goza de independencia, subyugado por el incomparable Pedro de Valdivia, que, con sabia i prudente reflexión, lo había poblado, estableciendo en él varias colonias con atenta proporcion en sus situaciones, para que james pudiese moverse sus nacionales; Pero tuvo la desgracia de no haberle llegado a tiempo oportuno las fuerzas necesarias para sostenerlas, i que aguardaba con fundamento, i fue necesidad se despoblasen algunas, como resultado indispensable de su desgraciada muerte. Las recuperaron i aumentaron los dos mas famosos restauradores de aquel reino, don García Hurtado de Mendoza, marques de Cañete, i don Alonso de Sotomayor, que a costa de su sangre i sin perdonarse fatiga alguna, pusieron al soberano en su antigua posesión. En ella se mantuvo, hasta que por los años de 1599, gobernando en Chile don Pedro de Vizcarra, que no acertó a precaver las consecuencias que debían seguirse a la muerte que por confiado sufrió su antecesor, don martín García Báez de Loyola, se sublevaron los indios i destruyeron todas las poblaciones, que los espesados famosos capitanes establecieron; i de vasallos tributarios se hicieron independientes hasta hoy, sin mas gobierno ni política que sus débiles fuerzas ayudadas del capricho de Luis de Valdivia i de la falta de verdad en los informes posteriores, que ha dirigido la ambicion por fines particulares, con notable perjuicio de la religión i del estarlo.

Después de esta lamentable pérdida, que todavía hai motivos para llorar, hicieron el soberano algunas adquisiciones, que volvieron a perderse el año de 1654 por la errada conducta del gobernador don Antonio de Acuña i Cabrera que entonces gobernaba aquel reino, que se empeñó en sostener a sus cuñados don Juan i don José de Salazar, que, ejerciendo los empleos de maestre de campo i de sargento mayor, causaron por su codicia la general revolucion que hemos historiado en la primera parte. Pero pasados los horrores de este trágico suceso, repitieron las reales armas sus progresos i volvieron a levantar otros establecimientos, que no fueron en mucha permanencia, porque el año 24 de nuestro siglo, se vió precisado a dejarlos el Excmo. señor don Gabriel Cano de Aponte, para salvar la conducta de su sobrino don Manuel de Salamanca, que, ejerciendo el empleo de maestre de campo de la frontera, extendió sus operaciones mercantiles hasta el territorio de los miserables indios, porque ni la pobreza está exenta de los estragos de la codicia. De modo que toda aquella vasta posesión que tuvo la corona de España, la redujo el interés particular a los pequeños distritos que ocupan las plazas de San Pedro, Colcura, Arauco, Santa Juana, Nacimiento, Valdivia i Osorno, i lo lemas lo ocupa la gentilidad. Esto es lo que saben hacer la codicia i la ambicion.

La naturaleza dividió el territorio de que hablamos, en dos partes, colocando de norte a sur un corroan de montes paralelos a los Andes, que si no tienen la elevacion de éstos, les lió la que es bastante para que se cubran de nieve en invierno i merezcan la denominacion de cordillera, conocida por la de Nahuelbuta. Empiezan estos montes sobre el Bio-Bio, en la plaza de San Pedro, i terminan sobre el de Cautin, en la Imperial. Su base será de 10 a 12 leguas, i tanto por el oriente como por el poniente son poblados de maderas para todos usos, i hai en ellos inagotables pinares i ricas minas de oro.

Entre el mar del Sur i la parte occidental de estos montes, que distan entre sí desde dos leguas hasta nueve, está comprendido el butalmapu marítimo, estendiéndose de norte a sur entre los ríos Bio-Bio i Tolten, i se goza en él de temperamento sano i templado, i son mui frecuentes las lluvias a causa de ser mui montunos todo su territorio. Para regarle, bajan de Nahuelbuta los ríos Colcura, Chivilingo, Laraquete, Carampangue, Tubul, Raque, Canchupil, Pilpileo, Lebu, Ilicura, Tucapel, Nielan, Paicaví, Lleulleu, Quidico i Chumpull; también corren por él Cautin, Budi i Chillé, i de éstos descargan doce en el mar. El trigo, cebada i menestras cunde poco; jamas exceden de 15 por 1, mas tampoco bajan de 10; pero rinden con increíble exceso las papas, de que se cultivan hasta treinta especies diferentes. Los ganados vacuno i de lana engordan mucho i son de carnes exquisitas, i multiplica mucho el primero.

Se compone este butal-mapu de los estados de Arauco, que lió ocupacion a muchas bien cortadas plumas, i n o poco en que entender a muchas espadas manejadas por diestros brazos, que merecieron aplausos en Flandes, de Tucapel i de las parcialidades Imperial i Boroa. El de Arauco comprende los distritos Morcun, Coraleubu, Bageo, Milla. taun, Curaquilla, Melirupu, Llico, Yañi, Tubul, Raque, Quidico, Loeve, Quiapo, Ranquil, Lebu i Cupagne, i en todas ellas mandé hacer una prolija matrícula, siendo comandante de la plaza de Arauco en 1789, i no, se hallaron mas de 1363 indios de todas edades i sexos.

En 1636 se descubrió en Tubul una prodigiosa imagen de la Virgen María Nuestra Señora en accion de estar sentada con el niño Jesús sobre las rodillas. Se mira de medio rostro i como entablada en una roca que tendrá de 15 a 20 tosas de altura, i en lo alto de ella se forma una especie de nicho como de una i media, todo de color negro. En él sé representa la imagen de perfil, mirándose clara i distintamente el cabello, rostro, ojos, etc., i el niño de frente. La túnica, hasta la cintura, se deja ver de color rosado mui bajo, el manto naranjada, con el forro azul mui claro i color también mui bajo. Poniéndose al pié del risco, nada mas se ve que la piedra; pero a proporcion que uno se va apartando de él, se va distinguiendo la imagen. De modo que en la distancia de 10 o 12 tosas, se mira en bosquejo, en la de 20 se distingue, i alejándose 2 o 3 mas, se admira mui perfecta i hermosa, cual la hemos detallado. Está en el remate del cerro que llaman de la Virgen, i corresponde este escarpado risco a una pequeña vega, sita a la parte del noroeste del río Tubul, a cosa de 200 tosas de su embocadura en la ensenada de Aráuco, en tierras del indio Cumhuen, que, siendo yo comandante de la plaza de Arauco, me franqueó verla en abril de 1789, i tuve la satisfaccion de reconocerla lo mejor que pude, para no hablar de oídas.

Por la de Morcun corre el estero de las Cruces, denominado así porque las chinas o piedras peladas que bañan sus aguas, descubren una cruz que penetra en todo el centro. Si la piedra es negra, la cruz es de color de plomo, i al contrario, si aquella es plomo, ésta es negra; de las que tengo algunas. Con sus aguas muele un molino i después se une con el Carampangue para descargar en la misma ensenada.

El de Tucapel le componen las parcialidades de Ilicura, Molgüilla, Paicaví, Licureu, Lleulleu, Raquilhue, Quiridico, Cura, Tirúa, Tucapel, Ronquin, Tanaquepe i otros muchos distritos de ménos extensión, hasta los montes de Taquihua. Hai en su territorio minas de fierro i una casa de conversión al cargo de los RR. PP. del Colegio de Propaganda. Su terreno es en un todo igual al del estado de Arauco, i los indios que le habitan ascienden a 8991 de todas edades i sexos, cuyo empadronamiento también mandé hacer con prolijidad para tomar puntual conocimiento de los nacionales que correspondían a la jurisdiccion de la plaza de Arauco, en circunstancias de sospechas de levantamiento, i saber sobre poco mas o ménos el mísero de combatientes que podían poner sobre las armas. En sus costas hai buenas caletas para establecimiento de pesquería i para embarque de maderas, i en el río Tucapel se pescan innumerables lampeas.

La parcialidad de la Imperial, comprendiendo la alta i baja, hasta el río Tolten, tiene los distritos de Cuducuin, Rulon, Collico, Purunlú, Cudilcubu, Pallad, Puauchu, Yelguape, Chanco, Illahuepullí, Chilla i Rucacura. Su terreno es igual a las anteriores, ménos la Imperial alta, que como ménos montuosa, es mas fértil i mas hermoso. En la embocadura del río Cautín se hace abundante pesca de róbalo, corbina i pescada. Sus habitantes de todas edades i sexos se acercan a doce mil.

La de Boroa, que se extiende 22 leguas este a oeste, sobre la ribera meridional del río Cautin, i siete de norte a sur, entre este río i el de Tolten; tiene la poblacion cerca de diez mil indios de todas edades i sexos, i son blancos i de pelo rubio. Su territorio es una hermosa llanura cortada de oriente a poniente por una montaña de cuatro a seis millas de ancho. Es tierra mui fértil i abundante en todas simientes, a pesar de la desidia de sus poseedores.