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Crónicas
Segunda parte de la "Descripcion historico-jeográfica del Reino de Chile"
Capítulo XXXII. Descripcion de las poblaciones españolas que hai en este Bupal-Mapu, i noticia de las que hubo en otro tiempo.

Siempre se procuró mantener poblado el territorio que media entre el Bio-Bio i el estado araucano; i además de la plaza de San Pedro que ya describimos, tenemos las de Colcura i Arauco. Aquella tuvo su primera ubicacion en la ensenada de su nombre hasta el año de 1751, que salió el mar sobre ella i la arruinó; i para evitar semejante desgracia, se levantó sobre la punta de una colina batida del mar, cuya escarpada roca es uno de sus lados. Toda su defensa es un rebellin con un angosto i poco profundo foso, i la pequeña guarnicion de un subalterno i doce soldados de infantería veterana. Sus habitantes ascienden a 346 i de ellos se forma una compañía de milicias de caballería de 76 hombres. Su terreno es montuoso i solo sirve para criar i cebar ganado vacuno. En las costas de su jurisdiccion hai cuatro caletas que presentan proporciones para pescar, i efectivamente despachan algún pescado fresco para la ciudad de la Concepcion, de donde distan diez leguas.

La de Arauco, que fue fundacion del adelantado Pedro de Valdivia, tuvo varias situaciones, ya en Lota sobre la marina, ya en Morcun sobre el río Carampangue, i ya en Colocolo, donde hoy se halla. El gobernador Martín García Onez de Loyola, le dio el título de ciudad, que ignoramos si tuvo real confirmacion, siendo residencia de los maestres de campo i de los comisarios de caballería. I el gobernador don Juan de Henriquez la mandó fortificar a todo costo. Se construyó un muro de piedra con cuatro baluartes, capaces de seis cañones cada uno. Se cubrió la muralla con corredores para hacer fuego en tiempo de lluvia, i se podía andar a caballo debajo de ellos. Se hicieron cuarteles para dos mil hombres, pabellones para oficiales, dos casas para el maestre de campo i para el comisario de caballería, i una casa de conversión, con buen templo, para los jesuitas. Se pusieron corredores en todo el círculo del castillo de San Ildefonso, donde estaba la parroquia i habitacion del párroco. Sé. hizo una escala de piedra de sillería, con once gradas, para subir a él, adornada con dos pasamanos de piedra, con medias cañas, i en cada uno de los cuatro remates de arriba i abajo, una pequeña pirámide con un león de media talla. Hasta hoy permanece la escala, pero no los pasamanos, que poco tiempo hace los desbarató la inconsideracion.

Se levantaron en la plaza tres puertas. La principal, que miraba al oriente, de cincuenta i unos pies de alto, toda de cantería i sillares bien labrados. En el friso tenia esculpidas de relieve las armas reales con una corona volada i calada, de hermosa arquitectura. Remataba en cinco pirámides de seis pies de alto, sin, el pedestal de cada una, i en sus planos estaban esculpidos diferentes escudos e inscripciones. En medio, sobre el arquitrabe, tenia una piedra grande con las noticias de su ereccion i remataba en una media naranja de ladrillo, i sobre ella. una pirámide de nueve pies de alto. El techo de la media naranja estaba adornado con tallas, molduras i pifias pendientes que hermoseaban lo interior de la puerta. En la parte que miraba a lo interior de la plaza tenia las armas reales en un escudo i tarja, de gallardo dibujo, i otros escudos i letreros de diferentes tarjas que adornaban la obra.

Las otras dos puertas, colocadas en las cortinas de sur i norte de la muralla, eran de 42 pies de alto desde la base hasta la bola de la última pirámide. Remataban en figura triangular, con tres pirámides cada una i con hermosos escudos, todo de piedra, con los dulcísonos nombres de Jesús i María. En lo interior estaban grabadas las armas reales con coronas caladas al vuelo. Cada una de estas puertas tenia una chambearan de piedra de quince pies de largo, con follajes i primorosos dibujos a la parte exterior, i a la interior un arco que hacia espalda a la chambearan.

Delante de la principal, se fabricó una cruz de piedra con hermosos sillares en la peaña, muchos boceles, rudones i cornisas. Tenía 21 pies de alto desde el suelo hasta la inscripcion. La asta era de una pieza, i de otra los brazos i cabeza con la inscripcion. De la peaña queda todavía alguna parte. La mayor parte de las piedras de las tres portadas se conservan hoy, aunque expuestas a los rigores e inclemencia del tiempo.

Se hicieron seis albercas para recoger todas las aguas que bajan del cerro Colocolo. Una en la plaza de armas al norte de la escala del castillo, las otras cinco a su espalda, en la escarpa del monte. Es obra de piedra labrada con boceles i rudones, i derribadas a la parte interior para que las aguas lleguen al borde. Permanecen hoy, la de la plaza con dos caños, i dos de las otras cinco; pero van caminando para su ruina, porque lo que perdonó el terremoto acaecido en 1730, lo va destruyendo la desidia i la ignorancia, nada cuidadosas en la conservacion de antigüedades.

Al sur de la escala del castillo i al norte de la fuente de la plaza de armas, se levantó una muralla de piedra tosca con tarjas i escudos de las armas reales i de algunos gobernadores de Chile, que por el motivo indicado, van tiradas por las calles.

Ya hemos dicho lo que fue, digamos ahora lo que es. Tiene su situacion en el hermoso i ameno valle de Carampangue, bañado por el río de este nombre, que corre a distancia de una legua de la plaza por su oriente; para desaguar en el mar. Por el poniente termina en unos montes de mediana elevacion, que rematan en el gallardo Colocolo; a todos superior. A mitad de su altura tiene una meseta o grada que se extiende 142 toesas de norte a sur i 40 de oriente a poniente, que hace un semicírculo capaz de cultivo. De su borde brotan varios manantiales de cristalinas aguas que, recogidos en tres acueductos; mantienen otras tantas fuentes que sirven de adorno i utilidad a la poblacion. Toda aquella campiña hasta la ribera del mar; es abundante de fresas, i su fertilidad; digna de admirarla, no hai para qué sujetarla a comparacion. Por el sur tiene los mismos montes a tiro de canon, i por el norte un golfo de mar que forma la ensenada de Laraquete, Colcura, i San Pedro, entre la isla de Talca i él continente. Es de figura cuadrada, aunque no perfectamente tal, delineada de norte á sur i circuida de muralla de piedra de cerca de dos toesas de alto i cerca de una de espesor, con dos baluartes, que cada uno de ellos tiene dos flancos para igual numero de cañones. La cortina del sur tiene 100 toesas i media, 158 la del norte, 142 la del oriente, en cuya medianía está la puerta; i la del poniente es el monte Colocolo, que, escarpado, sirve de muralla.

Es dominada de este cerro, i para que no sea atacada desde su altura, se ha fortificado con foso de competente latitud i profundidad, con dos reductos capaces de un cañon de cualquier calibre; i para cuerpo de guardia, se ha levantado en su mayor elevacion un edificio de 8½ toesas de largo. El foso de la parte del norte se entiende hasta 126, el del sur a 152, i el del poniente a 63½.

La parroquia es dedicada a San Ildefonso, i su párroco, que en la actualidad lo es don Eusebio Martínez; subsiste de los derechos parroquiales i de la congrua que el rei asigna a los capellanes. Los jesuitas tuvieron una casa de conversión, i desde su expatriacion, se puso a direccion del Colegio de Propaganda de Chillan, i hoy la gobierna el R. P. fray Tomas de Torrico, natural de la Extremadura, que colmado de los honores que da la religión; los desprecia su apostólico celo por trabajar en la conversión de aquellos nacionales. Su poblacion sé compone de 300 vecinos con dos mil habitantes, i consiste hoy sus fuerzas en 80 soldados veteranos, una compañía de milicias de infantería con 66 hombres, i dos de caballería de la misma clase con 80 cada una; i por lo regular manda la plaza un capitán de tropa veterana.

Es abundante de todo mantenimiento, de pescados, mariscos i buenas frutas. En la playa que corre entre los ríos Carampangue i Tubul, i que al frente de la plaza dista de ella de 400 a 500 toesas, se hace abundante pesca, que, despees de surtida la poblacion, se despacha fresco en la ciudad de la Concepcion. A distancia de tres leguas al poniente, tiene el río Tubul, donde también se hace buena pesca de róbale, todos, pejegallos i choros, i en Llico, que dista una legua de Tubul, se hace de piures; i todo ello compone un ramo de comercio que, aunque pequeño, sufraga bastante para la comodidad de aquellos vecinos. En el mismo distrito hai una mina de conchas, de la que se hace buena cal, i da otro renglón de utilidad que, agregado al de los ponchos que se compran a los indios, al de manteca, igual a la, de Flandes, i otros mas pequeños, aumenta si comercio i crece su poblacion.

Dista de la costa de siete a ocho leguas, i en ellas tienen los puertos de Abatís, Cunero i Lebu, i en todos ellos se pueden hacer pesquería de pescados i mariscos; pero como los indios son sus poseedores i jamas aciertan a alejar de sí la desidia, están sin uso i sin rendir la utilidad que podía sacarse.

En Quiapo tuvieron los araucanos una fortaleza, i los españoles otra en Lebu, dedicada a Santa Margarita. En Tucapel, la ciudad de Cañete, i la plaza de este nombre, que después tuvo su situacion en Caramavida; cuatro leguas al sur de Cañete, tuvimos la plaza de Paicaví. Hoy hai en el distrito de Tucapel la casa de misión de este nombre, al cargo del Colegio de Propaganda.

La ubicacion de la, ciudad de la Imperial, silla episcopal que fue despojada de resultas del levantamiento que hicieron los indios en 1599, se hizo en los confluentes de los ríos Cautin i de las Damas, sobre la ribera septentrional de aquel, en una llanura de mediana elevacion, paraje verdaderamente ameno i hermoso, i con todas las comodidades que pudiera idear el deseo para una poblacion. Por el poniente tiene los dos ríos, i perdiendo allí sus nombres, forman el de la Imperial, mui apacible, sujeto al flujo i reflujo del mar, cuyas crecientes le hace navegable i capaz de fragatas de mediano porte, aunque hoy se le ha hecho una barra en su embocadura, que no da entrada mas que a embarcaciones pequeñas. Desde la arruinada ciudad al mar, hace su carrera de cerca de siete leguas, describiendo una curvatura que se acerca a semicírculo; todo lo he mirado con atenta reflexión en dos ocasiones que allí estuve, i con tan prolija curiosidad como sentimiento, de ver desolada aquella hermosa planta, de la que recuerda la memoria de lo que hoy serian, i mueve a una inconsolable compasión. Yo jamas pude detenerme allí mas tiempo del que necesité para instruirme en los intereses de aquella situacion. Se conocen los edificios que fueron templos, i en el de la Merced se admira el prodigioso rosal que brotó en el sepulcro del R. P. frai Juan de Zamora, primer provincial de la provincia de Chile, fundador de los conventos de esta ciudad i de las de Valdivia i Osorno, cuya planta se propagó por todo el templo, después de su desolacion. Por testimonio de su confesor, sabemos que conservó su virginidad i bautizó cuatro mil indios, que convirtió e instruyó en la fe católica, i por causa de su predicacion fue muchas veces maltratado i herido, i falleció con fama de especial virtud. La de nuestro padre San Francisco tuvo otro convento, fundado en 1560, i fue el segundo establecimiento que tuvo en Chile. Puesto en aquellos escombros, por cualquiera parte que se quiera echar la vista, se descubren alegres llanuras, i tan fértiles, que para todos son útiles; llevan toda especie de simientes i presentan maduros pastos para los ganados. El territorio que cae al norte de la ciudad, es un poco elevado, pero cortado de muchos arroyos, que, si por llevar baja su carrera no se pueden esparcir por canales, no por eso dejan de ser útiles para que beban los animales que se crían i pastaran en sus claros i nada espesos bosques. Ni tampoco se echa ménos el beneficio del riego para su fertilidad, pues jamas faltan en aquella altura del polo abundantes lluvias que lo fecunden.

Toda la comarca está poblada de indios, que se mantienen con abundancia en el centro de aquella pobreza, en que les tiene la ociosidad i su desidia, i que a ellos les parece ser el vínculo de su libertad. Estos nacionales i los de Boroa, tienen cierta dulzura en su trato i una alegria natural que les hace amables, a pesar de su barbarie, de su altanería i soberbia nacional.

En la parcialidad de Boroa hubo otra plaza, i se desalojó en 1656 de resultas del levantamiento acaecido en el año anterior.