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Crónicas
Segunda parte de la "Descripcion historico-jeográfica del Reino de Chile"
Capítulo XXXV. Descripcion del Butal-Mapu denominado Huilli-Mapu, i noticia de las poblaciones españolas que hai en él.

El butal-mapu denominarlo huilli-mapu, es decir, país del sur, se extiende de N. a S. entre los ríos Tolten i Río Bueno, i de E. a O. desde los Andes al ornar Pacífico, i es comprehensivo de las parcialidades de Pitubquen, Doquell, Quetatué, Chedque, Pelecahuin, Cudihue, Mariquina, Rarique, Quinchilca, Riobueno, Nagtolten, Quiatoquin, Queuli i Guada, que con todas sus dependencias, puede llegar su poblacion a 20,000 habitantes.

Su territorio es montuoso: pocas i pequeñas llanuras sé ven en él, regadas de 20 ríos, de los que en el mar; llueve demasiado en todas las estaciones del año, a causa de la elevacion i espesura de sus montes; lleva toldas las simientes europeas i su fertilidad es igual a la del butal-mapu marítimo. Sobre las riberas del Río Bueno, en que no es i-nontuoso el terreno sino de, muchos esteros, es mas fertil que éste. Se hacen allí abundantes cosechas de trigo, cebada i menestras, i se cría mucho ganado de lana, caballar i vacuno; bien que en la tierra montuosa situada al septentrión del bucal-mapu, i en sus costas, no faltan de aquellas especies, pero no se crían en la cantidad considerable, como en esta parte que cae al sur.

Todo este distrito fue de los españoles, desde que lo conquistó el adelantado Pedro de Valdivia hasta el año 1599, en que lo recuperaron los indios; i aunque después de aquella época, se hicieron algunas adquisiciones en los otros butal-mapas, en éste nada, mas se reconquistó que la ciudad de Valdivia, que tiene el distinguido honor de perpetuar la esclarecida memoria de su famoso fundador. Es dedicada al dulce nombre de María, i tiene su ubicacion en el centro de, aquel reino sobre los 39° 40° de latitud austral, i 303° 45° de longitud. Su planta es hermosa; está situada sobre una colina baja que se eleva poco mas de 50 toesas sobre el nivel del río Calle-Calle, navegable i con fondo bastante aun para fragatas de 40 cañones; pasa por el setentrion i poniente de la poblacion, sirviendo de foso a su alegre i espaciosa llanura, circuida, por el oriente i mediodía de un inaccesible lago, que solo tiene dos angostas gargantas de tierra, una al sur i la otra al este.

En su primera fundacion, no habiendo sor río mas de 46 arios, entre su oriente i ocaso, se hizo una de las ciudades que se acercan al segundo orden. Su riqueza bien la publica la lama, i se acredita en la casa de moneda que tuvo. Abundaba de oro i maderas, de que hacia tan grueso comercio, que apresuradamente subir su, poblacion sobre el orden regular que tuvieron los denlas establecimientos de aquel reino, i lo manifiestan los escombros de sus edificios arruinados, que hoy, no sin, dolor, se ven i se admiran. Sus calles eran anchas i tiradas a cordel. Sus edificios de piedra tosca, labrada, o de mampostería. Además de la parroquia, tuvo un convento de arda una de las cuatro órdenes regulares que entonces tenían fundaciones en Chile, i eran la dominicana; seráfica, agustiniana i mercadería, con hermosos templos (aun quedan sus vestigios) ricamente adornados. El de San Francisco, dedicado a nuestra Señora, de los remedios, fue establecido en 1560, i es el cuarto convento que hubo en aquel reino. También había un hospital general para alivio de los pobres, principalmente indios.

Todo se perdió en la sublevacion que en 1599 hicieron aquellos hacínales; hasta la memoria de tan importante punto quedó sepultada en sus ruinas; pero los holandeses la resucitaron, i se reconquistó en 1646, como referimos en la primera parte. Se reedificó la ciudad sobre las ruinas de la primera, cuyos edificios son todos de madera con techumbres de tabla, de alerte, i los que no tienen posible para ello, los techan de urja especie de paja que llaman junquillo, i son estos techos muy abrigados i libres de goteras, pero expuestos a incendiarse. Para sostenerla, levantaron una fortificacion cuadrilonga, cuyo lado mayor tiene poco mas de 150 toesas, i el menor 125, con seis baluartes, i es mas que suficiente defensa contra aquellos indios; i con todo, después se ha aumentado con dos terrenos colocados en cada una de las gargantas, que forman el río i el lago que circuyen su plano.

Tiene hoi una parroquia, cuyo párroco es el doctor don José de Rocha, que subsiste de la congrua que el reí le asigna por capellan mayor. Los PP. del Colegio de Propaganda sirven la residencia que tuvieron los jesuitas, i en su iglesia se venera una hermosa imagen de Nuestra Señora del Rosario, que fue dádiva del señor don Carlos V, i hai una congregacion con las mismas gracias e indulgencias que estaban concedidas a las que tenían en Roma los jesuitas.  El hospital real, donde se cura la tropa veterana, está a cargo de religiosos de San Juan de Dios, que tienen un convento destinado a este fin i mantenido del real erario.

Sus habitantes, españoles europeos, peruanos i chilenos, pasan de tres mil, i de los últimos hai algunas familias nobles que traen su orejeen de los conquistadores de aquella, América, i se han conservado en su primera hidalguía, haciendo enlaces con los oficiales militares de la península que fueron destinados a aquella guarnicion. Los hijos de aquel país son un poco recios de natural, animosos, pondonorosos i mal sufridos, i de este principio les viene alguna terquedad de genio. Su inclinacion dominante es la de las armas, pero si alguno se entrega a la útil carrera mercantil, conoce i penetra sus máximas, pero no le deja medrar, por aquella militar franqueza en que nació i se crió,  bien sea la fuerza del hado que persigue con la escasez de dinero, a la profesión militar, que parece estándares hasta los dependientes de ella. Son de claro i pronto ingenio, no sé si por razón del clima que tenga influencia para disponer sus temperamentos i organizaciones con tal estructura, que exijan almas de aquellas cualidades, o si será, acaso, por especial disposicion de la Providencia, que quiera compensarles con esto otras muchas gracias que hizo a los de otros distritos de aquella América. Ello es, que si se aplican a las artes liberales, sin maestro i solo de ver obrar, salen insignes operarios, i si se dedican a la profesión literaria, no quedan taras en la carrera. En este punto produciré dos testigos de toda excepcion. Estos son las dos esclarecidas órdenes de predicadores i seráfica, que presentarán en los teatros de Minerva muchos alumnos Valdivianos. Yo haré memoria del R. P. M. F. Juan de Gacitua, dominicano, i de los R. R. P. P. jubilados, ira Gregorio Farias e F. N. Loyola. De los primeros hizo su elogio una docta pluma de esta península, que ella, sola es bastante calificacion.

Las mujeres llevan el mismo traje que las demás de aquel reino, i por lo general son de buen parecer, bien entalladas i hermosas. Se presentan con aire decoroso, que, alejándose de la desenvoltura, no toca en el extremo de terquedad; tienen un natural recato, que Basta en las plebeyas se distingue, i aun se deja conocer en aquellas que, precipitadas por los excesos de la lascivia, se abandonan a los lances de la prostitucion; pero son recatadas i no salen a provocar, los hombres, sino que aguardan ser buscadas en el retiro de su casa. Son mui hacendosas i economizasen el gobierno interior de su casa; les concedió Dios el don apreciable de la buena educacion de la familia; establecen un prudente método de crianza para los hijos i sus domésticos, sin las dificultades que tienen que vencer las señoras de otros países americanos; sin hacerse violencia, aciertan a, unir un decente entretenimiento de sus hijas en algunas labores propias del sexo i de su estado i calidad, con la concurrencia al trato sociable, a que no se niegan cuando lo pide la ocasión.

Además de la ciudad hai seis castillos. Uno de ellos, que es el de Cruces, situado sobre el confluente del río Lucuche con el de la Mariquina, seis leguas al norte de ella, sirve para asegurar el país interior orden alguna invasión de los indios; i los demás, para defensa del puerto, cuya situacion será bien decirla con alguna individualidad. Sobre los 39° 15° de latitud, tienen a origen los ríos Pelecachuin i Chedque, que unidos, dejan estos nombres por el de la Mariquina; después recibe otros ocho, i se divide en dos brazos a la salida de cabo Blanco, i uniéndose con el de Calle-Calle en las puntas de Cau-Cau i el Bayo, forman la isla de Valenzuela al frente de la ciudad. El de Calle-Calle debe su formacion a los dos latos de Guanehue, ubicados cerca del volcán de este nombre, en 39° 30° de latitud, que el uno baja cinco leguas i el otro cuatro, en la altura de 39° 26°, i recibiendo el de Quinchilca i muchos esteros, baja a unirse con el anterior en la expresada punta de Cau-Cau. Desde aquí llevan los dos el nombre de río de Valdivia; reciben los de Angachilla i Tenquelen i muchos esteros, i forman dos islas, una mui pequeña, que es un pequeño, morro i le llaman isla de Mota, i la otra, que baja nueve leguas i lleva el nombre de isla del Rei, está a una milla del castillo de Mancera, al oeste. Descarga en el mar del sur sobre los 39° 40° de latitud, donde- se forma una grande ensenada denominada Trinidad, i en ella, el puerto de Valdivia, que es el mejor de los que hai en el mar Pacífico.

Tiene su entrada entre los cabos Gonzalo i Bonifacio, que distan diez millas, i pasan las embarcaciones debajo del primero. Navegando cuatro i media, está la batería de San Carlos del Morrito, donde comienza a estrecharse el canal, i entrando una milla mas, la del Manzano, territorio del castillo de Amargos. Rebalsada la punta del Manzano, es lo mas angosto de la entrada, i deben pasar las naves entre los castillos de Amargos i Niebla, cuyos fuegos cruzan. Para dejar estos dos castillos, pone la proa a la batería de Santa Rosa, a, la que dan costado luego que se dobla la, de Amargos, i llegan a la ensenada de Chorocamayo. A distancia de tres millas del fondeadero i a su oriente, está, la isla de Constantino que baja cerca de otras tres, i en ellas, el castillo de Alancear con tres baterías, para defender la entrada al río. Tiene dos: una entre las puntas de Niebla i Carboneros, cuyos fuegos de mosquete cruzan, i distan una milla de las dos principales baterías de Mancera; la otra es entre el castillo viejo de enlaces i la punta de las Coloradas, que distan entre sí un tiro de pistola. Entrando por las de Niebla i Carboneros, que es la, mejor i mas corta navegacion para la ciudad, a distancia de cuatro millas está la isla de Mota, capaz de una buena batería, i al frente de ella está la fortilcacion que tuvieron los holandeses para abrigar su escuadra, i a otra igual distancia tiene la ciudad su ubicacion. En el día no pueden entrar embarcaciones grandes a causa de una barra que se ha hecho entre la punta de Niebla i el confluente del río Necultipay.

Esta es la defensa de la ciudad de Valdivia i su puerto, digamos también sus avenidas. Al sur de la entrada del puerto se puede hacer desembarco en una pequeña caleta denominada "Aguada del Ingles", entre el morro Gonzalo i el castillo de San Carlos; pero además de que ha de ser precisamente bajo el tiro de fusil de este castillo, la internacion de la tropa de desembarco se puede guardar imposible, a causa de la espesura i escabrosidad de la montaña; por donde debe transitar, i por la proporcion para emboscadas, en que indispensable i sucesivamente debía entrar a cada paso; de modo que cada palmo de terreno le costará muchísima sangre. Ala parte del norte, pueden fondear sobre la costa de Niebla algunos buques de cualquier porte, pero con mucho riesgo, así porque la caleta está descubierta a los vientos recios, como por hallarse a sotavento del puerto; i aunque también se puede por allí hacer desembarco, está sujeto a las mismas dificultades i a los inevitables riesgos con que se tropieza: en la del sur.

Pero dado caso de que algún armamento se apoderase del puerto, su guarnicion tiene fácil la retirada a la ciudad, i seria mucho mas el impedir la internacion a ella, pues que seria imprudencia remarcable internarla, disputando cada uno de los innumerables sanjones, desfiladeros i espesos montes, que median en la distancia de doce o catorce leguas de camino por rodeos i cordilleras; i sin el país interior, ni sirve el puerto, ni se puede sostener.

No falta quien opine la inutilidad de las defensas de este puerto, por la razón de que, por lo mismo que está bien defendido, el enemigo apartará de él sus ideas i las dirigirá, contra otros que estén indefensos; i a su consecuencia, se propone la demolicion de sus fortificaciones i que se ciegue la entrada echando a pique dos embarcaciones en lo mas estrecho del canal

Este modo de opinar prueba demasiado, porque arguye contra todas las fortificaciones del mundo, en atencion a que todas pueden evitarse. I si alguna estuviese exenta de su mismo argumento, la razón que milite por ella estará también por ésta i por todas. Aun todavía hubo quien discurriese que de ningún modo convenio la disciplina de las tropas milicianas de Chile; sin. duda no tuvo presente el de este pensamiento, la insuficiencia de este arbitrio para debilitar el poder de un reino, ni ménos se acordó que el modo de mantenerlo en subordinacion, es gobernarlo con el espíritu de las leyes, suaves i equitativas del gobierno español, que ellas por sí solas son bastantes para ahogar todo mil pensamiento de extravíos. Volvamos al asunto principal. Treinta años hace que se está fortificando a la moderna, i concluida la fortificacion i guarnecido a correspondencia, podrá Chile lisonjearse de que ni todo el poder marítimo de la Europa seria capaz de rendirlo por la natural defensa de su terreno.

Tuvo dos mil  hombres de guarnicion desde su reconquista hasta 1665, en que la puso en mil excmo. Señor don Diego Benavides, conde de San Sebastián, virrey del Perú, número suficiente para tiempo de paz; pero en el de 694, la redujo a 13 compañías de a 50 hombrea, su sucesor don Melchor Portocarrero Lazo de la Vega, conde de la Monclova, de las que no quedaron mas de 7 en 1753, por disposicion del virrey don José de Manso, conde de Superunda; i orientada posteriormente la corte de la necesidad que tiene de mas tropa, aun para el servicio ordinario, en la multitud de puntos que sean de cubrir, dispuso el soberano aumentarlas al número de 80; de los que se sacan algunos por compañías para servir la artillería, bajo la direccion de un capitán de este cuerpo; i También tiene una de milicias de caballería, compuesta de los vecinos que no gozan de excepcion.

En su fundacion, fue su primer gobernador el licenciado don Julián Gutiérrez de Altamirano; en su repoblacion, el maestre de campo don Alonso de Villanueva Soberal; i hoy lo es el brigadier don Pedro Quijada, natural del reino de León. En él reside toda la autoridad gubernativa, con dependencia de la capitanía general de aquel reino, en lo militar, i del gobernador intendente de la provincia de la Concepcion, de la junta superior i de la real audiencia, en lo político i civil. También tiene en los indios del butal - mapu la misma débil autoridad que el comandante general de la frontera de Chile en los de su pertenencia, con inmediata dependencia de la capitanía general; i celebra con ellos el parlamento que con éstos tiene el gobernador capitán general.

Veamos ahora las calidades i proporciones de este país. Su temperamento es saludable i se goza en él de larga vida; muchas personas nonagenarias he conocido, i algunas que pasaron de la edad centenaria. Doña Teresa de Lara falleció cumplidos 115 arios, i dos antes, todavía cumplió en la iglesia de los jesuitas con el precepto de la comunión; doña Leonarda Buendia excedió los 112, i la vi algunas veces en la calle; i doña Inés de Palma venció los ciento, pero tullida desde moza, se mantuvo en cama hasta que murió. Las estaciones del año no son regulares: comienza a sentirse el invierno desde fin de marzo i termina en los últimos de octubre, esperimentándose en este tiempo excesivas lluvias i furiosos temporales. La primavera es hermosa, templado el verano, porque la brisa del sur que suavemente sopla todos los días, mitiga los ardores de la estacion, i el otoño da lugar a cosechar las mieses.

Esta mediana alternativa hace que el terreno aun mui montuoso no sea infructífero. A expensas del cultivo i del abono, produce excelente lino, algún trigo, cebada i menestras, delicadas versas i algunas sazonadas frutas; tiene delicados repollos, coles i lechugas, cardos mui tiernos, acelgas, chirivías, brocolis, coliflores, i casi todas las demás especies de versas conocidas en Europa. De las frutas tienen manzanas mui buenas, i en tanta abundancia, que hai bosques grandes de este frutal, i hacen de ellas el vino que llaman chicha, i mui buenas cidras. hai en abundancia duraznos de varias clases, peras, algunas brebas, ciruelas, guindas i excelentes fresas, conocidas en toda aquella América con el nombre de frutillas. Las uvas quedan en agraz; pero en los veranos que no son lluviosos, maduran algunos racimos. De las del país tienen avellanas, copiu, coquilboqui, quilu, huingan, maquí i murtilla; ésta es suavísima i mui aromática.

Aunque el terreno es montuoso, tiene algunos bosques claros i algunas praderas de pastos maduros, de buen grano i salitrosos, aparentes para criar, ganados i cebarlos; i efectivamente, los vecinos que tienen estancias i chacras, no carecen de vacas i carneros, aunque no los tienen en las grandes cantidades que en lo demás de aquel reino; pero no faltan para el regular abasto de la ciudad, mayormente si se compran algunas reses a los indios de Río Bueno. Bien que todo junto no es suficiente cuando entra a aquel reino algún refuerzo provisional de tropa, como acontece siempre que la corte tiene guerra con alguna potencia de fuerzas navales, pues entonces escasean las carnes frescas, principalmente en los castillos del puerto; mas nunca falta, para los que escasean el bolsillo; pero los que sienten abrirle se privan de ella, i cuando salen del destino, intentan ocultar su menguada estrechez, decantando la falta de ganados, que no hay.   Ello es que el valor de la res del vacuno, no excede de ochenta reales, ni de doce un carnero.

Del mismo modo ponderan la escasez de aves caseras; porque, sin embargo de haber abundancia de pavos i gallinas, cuesta tres reales una de éstas i doce uno de aquellos; i a este respecto, valen un real los pollos, aunque sean pequeños. Pero a los estrechos de bolsillos, si no son desidiosos, les queda el recurso de la volatería, que es allí tan abundante como en cualquiera otra parte de Chile, exceptuando las perdices, que no las hay.

Hai pescado en abundancia i de la misma variedad de especies que en los demás puertos de que hemos hablado; pero la desidia lo hace ser escaso; mui pocos se aplican a la pesca; éstos la hacen dentro del puerto, sin salir de puntas afuera, i por esto escasea. De toda especie de mariscos hai en aquella costa; pero reducidos a hacer su pesca dentro de la bahía, no se aprovechan de otros que los erizos, piures, choros i unas cholguas pequeñas, blancas i de buen comer, que llaman conchas; privándose así de las demás especies, también por desidia. Yo conocí a don Manuel Blasques, caballero andaluz, que salía fuera de punta de la bahía, por ambas costas, i hacia que sus pescadores verificasen su ocupacion, i volvían así con mucho pescado i con toda especie de mariscos, sin faltar los delicados picos. Sin disputa, las carnes, las aves caseras, los pescados i toda la hortaliza de este país son de mejor comer que en lo demás de Chile.

Las minas de oro i los montes de madera, que en la antigüedad hicieron el fondo de la riqueza, que de aquel país nos dicen las memorias de Chile, allí están, que no son bienes amovibles. manos laboriosas, posibles i despacho es lo que falta para que vuelva a su primer estado. Hoy se conocen, aun en los mas elevados montes, los surcos con que sus primeros colonos fatigaron la tierra para que los enriqueciese en sus producciones. Quedan todavía vestigios de los trapiches en que se beneficiaban los metales, i no faltan testigos que apoyen el buen uso que hacían de las maderas. Se ven aun sobre las riberas del río, en el muelle de la ciudad, los puntales sobre aun supieron levantar quillas para el transporte de sus géneros comerciables; todavía trafica en aquellos mares el navío denominado El Valdiviano, buque de 18 a 20 mil quintales, que se construyó por el año 40 de nuestro siglo, bajo el canon de la ciudad. No recordemos dolorosas memorias de bienes perdidos.

El comercio que hoy tiene es mui limitado por falta de despacho i no la deja utilidad alguna. Vende para el Perú algunas maderas de ciruelillo, micha, aceitunillo, nogal, luma i cipreses, para ocupacion de los ebanistas; guehuin o avellano, lingue i uñihue, que son especies de hayas; laurel, patagua, alerce i roble colorado i negro, que lo llaman  i pellin, de que se hace uso para tablazón i tablazón de edificios. El ciprés, árbol resinoso i oloroso, es especie de cedro blanco, i el alerce lo es del rojo. Del pellin se hicieran baos i cubría si tuvieran despachos; pero como allí no aporta mas buque que el que conduce el situado i víveres para la tropa, i cumplida su comisión ha de volver al Perú tarado de trigo, es corto el número de piezas de madera que embarca tiene también el pequeño renglón de cuatro a cinco mil ponchos, que se compran a los indios, todo lo cambia por géneros de Europa i del Perú, aunque tiene que dar mucha parte del dinero que entra para la tropa i oficiales, i con este método no puede progresar.