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Diarios, Memorias y Relatos Testimoniales
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Documento Nš 109 - CDHI, XXIII, 403-406.

Respuesta de José Miguel Carrera al oficio de Gaínza (documento Nº 108). 19 de Agosto de 1814.

Sobre una silla de gobierno a que generosamente me han ascendido mis conciudadanos, y con toda la dignidad de su representación, aseguro a V. S. que conozco la responsabilidad de mi comisión, que sé mis deberes, que nunca abusaré de su confianza. Chile será feliz en cuanto alcancen mis facultades; y quisiera cubrirlo, quisiera asegurarlo a costa de mi propia sangre.

A la entrada de Gobierno escribió a V.S. la Junta su deferencia a los pactos que nos impone la capitulación de mayo, y protesta siempre saldar su cumplimiento, si es posible enmendar sin indecencia la disolución que V.S. nos anuncia penosamente.

Tales son los sentimientos que nos animan, tal es mi verdadero empeño. V.S. los leerá más expresivos en los pliegos que firma el Gobierno.

Bien convenido de las obligaciones de mi magistratura, no necesito para ellos la experiencia, el honor, ni el talento, de que V.S. me escribe con la larga franqueza que reconozco. Creo los recomendables de V.S. y todas sus virtudes dispuestas al mismo fin. Seremos pues felices y llevaremos a los pueblos la quietud y la conveniencia enterando sus relaciones y su comercio.

Dios guarde a V.S. muchos años. Santiago, 19 de Agosto de 1814.- José Miguel de Carrera.

Señor don Gabino Gaínza, Brigadier y General en Jefe del ejército de Lima.

 

Señor don José Miguel Carrera.

Chillán, Agosto 5 de 1814.

Muy señor mío, y mi dueño: Es inexplicable la emoción que ha hecho en mi alma la historia de los sucesos acaecidos en esa capital los días 22 y 23 del próximo pasado julio, y cuanto me compadecía de la suerte de Ud., y su digno hermano, viendo perseguido el mérito por los mismos que debían respetarle; por esto me complací al saber que venciendo tan poderosos obstáculos, supieron ocupar por sí mismos, el lugar que por muchos títulos les era debido, con preferencia a los que obtenían.

¡Ah! ¡Qué de cosas se presentan a mi imaginación dignas de tratarse en ocurrencia tan extraordinaria, y sólo propia de un corazón, y alma privilegiada como la de Ud.! Quisiera poder votar a hablar, lo que no puedo fiar a las contingencias a que está expuesta esta carta; mas algo de ello comprenderá Ud. por el oficio de mi General, quien puedo asegurar a Ud. es acreedor a toda su consideración y aprecio, porque su carácter son la bondad, franqueza de alma, generosidad, y otras prendas que los forzosos accidentes de las circunstancias no debían rebajar, ni pueden desmentir. Así pues, ojalá vengan a parar las cosas en lo que yo deseo, y él apunta. Explíqueme Ud. su modo de pensar con franqueza, y viva persuadido de que tanto el bien común como el particular de Ud. interesa vivamente a este su servidor y amigo Q.S.M.B.- Francisco Juan de Almirall.

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