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Capítulo III
Curicó.

Espléndido Meeting

Meeting del 29 de julio.- Discursos

(De El Independiente del 31 de octubre de 1883).

El domingo, a las tres de la tarde, tuvo lugar en Curicó un gran meeting de protesta contra a ley de cementerios y demás reformas irreligiosas que el liberalismo intenta implantar.

Había circulado de antemano la siguiente invitación:

¡Noble pueblo de Curicó!

Los infrascritos, persuadidos de que no es posible que un pueblo tan patriótico y viril como el nuestro permanezca por más tiempo indiferente y extraño al gran movimiento de opinión que en el país entero han producido las funestas reformas irreligiosas que se intentan, y especialmente la inicua ley sobre cementerios que conculca el derecho de propiedad, la libertad de las conciencias y los más delicados sentimientos del corazón, os invitamos a la grande asamblea popular que tendrá lugar hoy a las tres de la tarde.

Os esperamos, pues, en el puesto del patriotismo y del deber.

Antonio Rodríguez, Roque Urzúa Ignacio Benítez, Ramón Espinosa, José Mercedes Canales, Juan Domingo Ugarte S., Hermógenes Rojas,  Rafael Moreno, Juan B. Urzúa, Daniel Iglesias, Matías Silva, José Antonio Baeza, Marcelino Munita, Javier Silva, Joaquín Zuazagoitía, Arturo Urzúa, Juan de D. Rodríguez, Macario Silva U., Francisco Cruz, Custodio Espinosa, Hipólito Silva, Rosendo Urzúa, Rodolfo Espinosa, Baldomero Navarrete, Joaquín Guzmán Ureta, Lorenzo J. Ruiz, Juan de D. Botello, J. Raimundo Nilo, Manuel Florencio Olmedo, Pablo Silva V., M. Rodríguez,  F. Morales, Juan M. Acuña, Andrés Figueroa, Antonio Concha, T. Vergara, Fernando Rojas, Silverio Carrasco, José Ruiz, Gil Flores, Francisco Silva. (Siguen más firmas).

A la hora prefijada, la extensa casa del señor Manuel F. Olmedo, que tiene dos grandes patios y un enorme salón, estaban literalmente llenos de una concurrencia de más de 1.500 personas.

Fueron aclamados presidente de la asamblea,  el respetable caballero don Ignacio Benítez y secretario de la misma el señor don Joaquín Zuazagoitía.

Hicieron uso de la palabra los señores don Manuel F. Olmedo, don Rafael B. Gumucio, don M. Aníbal Tagle, don Agustín Bustamante, don Rafael Egaña y otros caballeros. Los discursos todos fueron calurosamente aplaudidos.

Por último, fueron aprobadas por la asamblea las siguientes conclusiones:

El pueblo de Curicó reunido en asamblea acuerda:

1°. Enviar un voto de aplausos a aquellos de sus representantes en el Congreso que han defendido las creencias y la libertad del país en la cuestión cementerios.

2º. Adherirse en todas sus partes a las conclusiones aceptadas por el pueblo de Santiago en la Asamblea del 8 de Julio.

En la noche tuvimos oportunidad de asistir a una reunión en la que se encontraban algunas de las más distinguidas señoras de Curicó.

Por una singular coincidencia, sucedió así que en el mismo día que las señoras de Santiago manifestaban al Presidente de la República sus deseos y la significación y alcance que la ley de cementerios y las demás reformas irreligiosas que se preparan tienen en el seno de la familia, las señoras de Curicó, reunidas privadamente, expresaban también el sentimiento y la alarma que esas reformas les producían.

Inútil nos parece agregar que las señoritas que allí se hallaban presentes, y que a la gracia de su juventud y de su belleza unían la gracia de sus virtudes, pensaban y sentían lo mismo que sus distinguidas y respetables madres. La mujer chilena es esencialmente católica, y la persecución religiosa iniciada por el Gobierno, tiene necesariamente que producir su eco doloroso e introducir la más profunda perturbación en el hogar.

Así, después de que los hombres habían manifestado en una asamblea pública y numerosa cuál era la opinión respecto de la política del Gobierno, las señoras expresaron en el seno de una reunión de familia cuán profundamente las hería esa misma política. Es, pues, la opinión del pueblo entero de Curicó, en todas sus clases sociales, la que se pronunció el domingo, condenando de una manera tan explícita como absoluta el camino de odio y de persecución en que ha entrado el Gobierno.

¡Quiera Dios que este grande y compacto movimiento de opinión que se está produciendo en todos los pueblos de la República haga meditar en calma al Gobierno y consiga detenerlo en la peligrosa pendiente en que resbala!

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