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Fuentes Bibliográficas
Julio Bañados Espinosa. La Batalla de Rancagua. Sus Antecedentes y sus Consecuencias
Capítulo XI

CAPÍTULO Xl
Opiniones diversas que hay sobre los planes de batalla.- Plan de O’Higgins.- Plan de Carrera.- Documentos que comprueban la existencia de dichos planes.- Notas de O’Higgins.- Lo que Carrera dice en su Diario.

 

Por la disparidad de opiniones que tienen los que han narrado el sitio de Rancagua en cuanto al número de soldados y a la cuota que de estos correspondió a cada división, se podrá colegir las divergencias que habrá acerca del plan, detalles y episodios de aquella memorable y grandiosa acción de armas. Pocos son los que han escrito a este respecto libres de las influencias poderosas de los dos partidos que, desde la destitución de los Carrera del mando que ejercían en el ejército antes de los pactos de Lircay, se diseñaron con rojos colores en la vida política del país: hablamos del carrerino y del o’higginista.

Por esta razón, y para no aparecer ni siquiera como sospechosos y sí como neutrales en la solución de los enmarañados problemas con que a cada paso nos vamos a encontrar, procuraremos exponer con lealtad los diversos juicios, y no daremos nuestra opinión sin que previamente los hayamos confrontado con perfecta calma y serenidad.

Los caudillos del ejército patriota, José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins, concibieron dos planes de campaña, acordes en un punto y opuestos en la base fundamental de ellos.

El de O’Higgins tenía dos fases diversas:

1ª.  Defender el paso del Cachapoal y

2ª. En seguida, encerrarse en Rancagua y luchar allí hasta vencer o morir. El de Carrera se componía a su vez de dos partes principales:

1ª.  Defender el paso del Cachapoal, en lo que estaba de acuerdo con su rival. y

2ª. Presentar en seguida la batalla definitiva en la Angostura de Paine.

Comprobaremos estas afirmaciones.

O’Higgins en nota de 14 de setiembre, desde Maipo, escribió al general en jefe el siguiente oficio:

“Número 327.

Excmo. Señor: Las reflexiones que hace el teniente coronel don Bernardo Cuevas en carta que a VE, adjunto, sobre el interés que debe tomar el enemigo en posesionarse de la villa de Rancagua, son muy conformes a razón y a lo mismo que otra vez tenía insinuado a V. E. en este particular. El punto de Rancagua es de suma importancia para aquél, y para nosotros no hay otro igual en todo el reino. Se puede hacer en él una vigorosa defensa sin exponer mucha tropa, ni aventurar la acción aun cuando nuestra fuerza sea la quinta parte menor. Estamos todavía en tiempo de poderlo salvar; pero para ello se han de activar tanto las cosas que antes de dos días pueda marchar el ejército hacia aquel destino.

Dios guarde a V. E., muchos años.

Maipo, setiembre 14 de 1814.

Bernardo O’Higgins”.

Acentuando más sus ideas, el jefe de la vanguardia escribió en el mismo día otra carta en términos más claros, y discutiendo siempre el plan de dar batalla en Paine. Héla aquí:

“Señor don José Miguel Carrera. Setiembre 14.

(ocho de la mañana)

Mi amigo:

Nos toma el enemigo el único lugar de defensa, el punto de Rancagua: desde el momento que suceda, casi preveo la infeliz suerte de Chile. Las Angosturas de Paine no son suficientes para contenerlo hay otro camino por Aculeo, que aunque difícil para artillería gruesa, no lo es para la de montaña, y dirigiéndose por él pueden dejar burlada la división de las Angosturas. Ya es tiempo de reunir el grande ejército. Usted debe ocupar el lugar    de generalísimo: es preciso salvar a chile a costa de nuestra propia sangre: yo a su lado serviré ya de edecán, ya dirigiendo cualquiera división, pequeña partida  o manejando  el fusil: es necesario para la conservación del Estado no perdonar clase alguna de sacrificios. El influjo de Ud. en el ejército, alguno pequeño mío reunido, será alguna ayuda. Si aguardamos al enemigo en el llano de Maipú, soy de dictamen es ventajoso a los piratas, así por el mejor manejo de armas en las nuevas tropas invasoras, como porque las nuestras se corromperán en Santiago y se desertarán a sus casas. Rancagua es el punto que debe decidir nuestra suerte. No quiero demorar el correo.

Adiós, mi amigo, soy el de siempre.

Bernardo O’Higgins”.

En esta carta está de manifiesto el plan, las nobles intenciones, gran patriotismo y levantado corazón de este jefe que después de la defensa del Roble fue declarado por su rival el primer soldado de Chile.

Iguales ideas expresaba en otras notas fechadas el 18, 21 y 22 de setiembre. Para que se siga conociendo el temple de alma de este oficial cuyo valor personal es legendario en nuestro país, léase lo que decía en la del 18:

“Con mil hombres de infantería, trescientos de caballería de fusil; igual número de lanceros, la culebrina de a ocho y el obús, yo soy responsable a que el enemigo no penetrará (en Rancagua) jamás”.

En otro oficio del 22, desde Rancagua, dice:

“Si llega el caso de que toda la fuerza del enemigo, avance sobre esta villa, y yo presuma con fundamento que no pueda resguardarla con la que está a mi mando, haré la retirada hasta la Angostura en los mismos términos que V. E. me ordena en carta de hoy, aunque el verificarlo con orden es lo más difícil para nuestras tropas por su impericia militar. Estoy cierto de la actividad infatigable de V. E. y que sólo su celo podrá salvar a la patria en las críticas circunstancias. Es ciertamente este punto el mejor que presenta el reino para hacer una defensa con ventajas, y sería muy sensible perderlas; pero si las circunstancias así lo exigen y la prudencia lo dicta, me veré en la precisión de retirarme hasta encontrar el refuerzo.”

Esta nota es contestación a una que le envió Carrera y que en lo principal decía:

“Si son iguales los enemigos, y tenemos la fortuna de impedir su progreso a Rancagua (por medio de la defensa del Cachapoal?) antes de unirnos, este será el mejor punto para sostenernos. Si las fuerzas enemigas avanzadas no se presentan con esta ventaja, la prudencia dicta replegarse, aunque sea doloroso perder una posición tan favorable, por no perderlo todo.”

El plan de Carrera, que ya se manifiesta muy a las claras en la carta anterior, tenía, como hemos dicho, un punto de contacto con el de O’Higgins --la defensa del paso del Cachapoal-- la discrepancia consistía en el lugar en donde debía hacerse la resistencia definitiva. Mientras el jefe de la vanguardia optaba por Rancagua, el generalísimo prefería la Angostura de Paine.

Demostremos estos asertos.

José Miguel Carrera en su Diario, dando cuenta que el día 24 de setiembre había salido de Santiago la segunda división al mando de su hermano Juan José, agrega:

“Recibió las mismas órdenes que O’Higgins para replegarse a la Angostura en caso de no poder impedir el paso del Cachapoal.”

En estas tres líneas está encerrado todo su plan de campaña.

A fin de ser más explícito, adelantaremos un episodio del drama que se acerca, a fin de que se conozcan con exactitud las ideas del general en jefe.

Hablando en su Diario del efecto que produjo en él la noticia de que Osorio había cruzado sin obstáculos el Cachapoal, dice:

“Encargué a mi ayudante el coronel Sota que fuese a Rancagua con la posible brevedad y dijese a los jefes de las divisiones: que por el camino de la Compañía se retirasen a la Angostura, aun cuando les fuese preciso clavar toda la artillería y perderla con la municiones; que serían sostenidos por la 3ª división que distaba sólo una legua.”

Aunque la confesión de parte es prueba plena; sin embargo, para que no se crea que podemos dar una falsa interpretación a las palabras de Carrera, expondremos la opinión de algunos distinguidos historiadores.

“Era el plan de Carrera, dice Benavente que era uno de los intimo amigos de José Miguel y que pertenecía a la 3ª división, defender el paso del caudaloso Cachapoal, y en caso de ser forzado por el enemigo, replegarse sobre la Angostura de Paine.”

“Su plan (el de Carrera) para conseguirlo era sencillo, dicen los señores Amunátegui en la Reconquista Española. Disputarían a los realistas el paso del Cachapoal; y en caso de ser rechazados, se replegarían a la Angostura de Paine, que a causa de la naturaleza del terreno, si Osorio cometía la imprudencia de atacarla, sería las Termópilas de Chile.”

“El general Carrera, por su parte, dice el señor Barros Arana, pensaba de muy distinto modo. Menos resuelto y decidido que O’Higgins, él creía que su deber le mandaba demorar una acción decisiva, para disciplinar sus tropas y burlar al enemigo. Su plan de campaña se reducía a disputar a los realistas el paso del Cachapoal; y en caso que esto lo forzasen, los insurgentes debían replegarse al sitio denominado la Angostura de Paine, estrecha garganta de terreno plano, cortada por dos cordones de cerros bajos.” (1)

-- Constatados de un modo evidente los planes de ambos jefes, pasamos a estudiarlos a la luz de la lógica, de la conveniencia militar y de los claros preceptos de la estrategia.

 

Notas.

1. El señor Vicuña Mackenna, tanto en su obra Ostracismo del general O’Higgins publicada en 1861, como en la Vida del capitán general de Chile don Bernardo O’Higgins, dice: Carrera había designado como el punto en que debía darse la batalla el desfiladero de Paine; pero O’Higgins insistía que debía defenderse la dilatada línea del Cachapoal.” Sigue todavía disertando en el sentido de que era de O’Higgins, solamente, el plan de defender el paso del Cachapoal. Las opiniones documentos que hemos reproducido, demuestran que Carrera, con más energía que O’Higgins, sostenía la conveniencia de impedir el paso del Cachapoal y prueban a la vez el error involuntario en que ha caído el ameno historiador y fecundo publicista.